En el ambiente actual se respira un aroma semejante al que había a principios de 1999 cuando el gobierno de Ernesto Zedillo decidió dar el golpe definitivo a la UNAM , aprobando, en 20 minutos, el cambio al Reglamento General de Pagos para consumar la privatización de la Máxima Casa de Estudios del país.
Había, como ahora, mucha inconformidad, pero como sucede actualmente, no se había logrado consolidar una resistencia unida y organizada. El gobierno estaba envalentonado pues dos años antes, casi sin resistencia habían abierto las puertas de la privatización con la aprobación de las llamadas “Reformas del 97” que quitaban el pase automático y posibilitaban a corto plazo la reducción de la matrícula hasta en un 60 %.
Sucedía algo semejante a lo que acontece hoy, pues los activistas se movían desesperadamente esperando que una chispa encendiera la rabia y la conciencia. Se trabajaba más por dignidad que por certeza de que hubiera una respuesta real. Se alentaba la esperanza de que el trabajo de un reducido grupo de activistas, que cabía en el salón 104 de la Facultad de Economía, pudiera con su ejemplo, dinamizar una fuerza que enfrentara los planes privatizadores del gobierno zedillista.
En 1999 como ahora, los reformistas, los apáticos, los incrédulos, los desconfiados, “veían los toros detrás de la barrera” esperando, que en caso de que hubiera una respuesta popular, ellos pudieran sacar algo de provecho para su grupo, pero nada más.
Y el estallido se dio. Fue ese día en que las autoridades dirigidas por el ex Rector Barnés de Castro decidieron dar el golpe final trasladando la reunión del Consejo Universitario fuera de la UNAM , al hospital de cardiología. En 20 minutos aprobaron todo, de la misma manera en que actualmente los diputados y senadores, por “fast track” (como ahora se dice), decidieron condenar a la muerte prematura a millones de jubilados aprobando las Reformas a la Ley del ISSSTE. Igual que en el conflicto estudiantil hay un antecedente: la aprobación hace menos de dos años, de los cambios a la Ley del IMSS, permitidos por la cúpula sindical dirigida por Vega Galina.
En 1999 un pequeño grupo de activistas estuvo presente en Cardiología, mismo que fue creciendo masivamente al grado de sostener la huelga más larga en la historia de la UNAM , misma que frenó (por lo menos temporalmente) la privatización de la educación superior en México.
Activistas que vivimos esos acontecimientos coincidimos en que ahora hay un ambiente semejante, sólo que a nivel nacional. Grandes sectores de la población comprenden que lo de la Ley del ISSSTE es un atraco y aunque no hay una estructura que permita que la protesta empiece de manera organizada, muchos están dispuestos a sumarse. Igual que en aquellos días, hay protestas pero no están articuladas e inclusive, como en aquellos tiempos, los oportunistas de siempre, se mantienen al margen, haciendo muchas declaraciones, pero dejando que otros (también “los de siempre”), se lancen por delante.
Todo empieza con las manifestaciones no coordinadas del 1º de mayo, que aunque se darán en toda la República tienen la característica de que en la mayoría de los lugares ya no podrán ser controladas ni por los patrones ni por los charros. Y el día siguiente viene el paro nacional, al que ya varios sectores, de los que no se quieren comprometer, pero que temen ser rebasados por las bases, ya manifestaron que no le entran. Aún así, en toda la República habrá protestas, cierres de carreteras, de puentes internacionales, tomas de edificios, de estaciones de radio (como ya sucedió desde el día 30 en Oaxaca). En fin, el 2 de mayo habrá una protesta nacional fuerte.
De estos sectores hay algunos que accionarán el 2, pero ya están viendo como desmovilizarse el 3; sin embargo, organizaciones importantes ven este día como el inicio, no como el fin. Algunas ven lo del 2 de mayo como “calentar motores” para un segundo paro a realizarse en una semana, todo esto como pasos preparatorios para un paro nacional indefinido. Otras ya decidieron sostener acciones permanentes desde el mismo día 2.
¿Qué va a pasar? Nadie lo sabe, pero de que hay condiciones para que se desaten acciones contundentes a nivel nacional, las hay. En eso hay consenso. También hay acuerdo en que en caso de no se estructure una protesta nacional y permanente, en muy poco tiempo el gobierno imperialista de Bush, con su “gato” Felipe Calderón, impulsarán la legalización del saqueo de lo queda de México, con las reformas fiscales, del Estado, energética, laboral, entre otras.
El que no crea que hay coraje, que hay convicción de lucha, que voltee la vista a los que va a pasar en varios Estados de la República , a las protestas organizadas por la Otra Campaña , a la rabia contenida que explotará el 3 y 4 de mayo en Atenco, a lo que harán los oaxaqueños de la APPO y la sección 22, los maestros de la sección de 18 de Michoacán y en general los de la CNTE. Pero lo más importante, lo que van a hacer muchos sectores que tradicionalmente no participan en la lucha.
Por ello los tercos de siempre, llamamos a todos los mexicanos que han sido agraviados con el alza de la tortilla, con el desempleo, con los fraudes electorales; llamamos a los estudiantes que han sido rechazados con exámenes amañados, a los trabajadores a los que “legalmente” les robaron sus ahorros y les birlaron su jubilación. A los mexicanos patriotas que entienden que la alta jerarquía eclesiástica quiere regresar la historia a antes del juarismo. A los desempleados, en fin, a los millones de mexicanos y mexicanas agraviadas por el neoliberalismo a que se enteren, a que se acerquen a las protestas, a las reuniones, a las acciones.
Pero fundamentalmente los invitamos a que siguiendo el ejemplo de la juventud universitaria del 99, se organicen y se preparen para confrontar a los capitalistas, como esos chavos lo hicieron: con acciones contundentes….. gracias a esas acciones valientes de los jóvenes, gran pare de la educación sigue siendo pública.
Sólo si se sigue ese ejemplo, dentro de unos años se podrá decir, como lo están diciendo los venezolanos, bolivianos, ecuatorianos, que a pesar de las diferencias, la lucha contra el imperialismo ¡Va!
Había, como ahora, mucha inconformidad, pero como sucede actualmente, no se había logrado consolidar una resistencia unida y organizada. El gobierno estaba envalentonado pues dos años antes, casi sin resistencia habían abierto las puertas de la privatización con la aprobación de las llamadas “Reformas del 97” que quitaban el pase automático y posibilitaban a corto plazo la reducción de la matrícula hasta en un 60 %.
Sucedía algo semejante a lo que acontece hoy, pues los activistas se movían desesperadamente esperando que una chispa encendiera la rabia y la conciencia. Se trabajaba más por dignidad que por certeza de que hubiera una respuesta real. Se alentaba la esperanza de que el trabajo de un reducido grupo de activistas, que cabía en el salón 104 de la Facultad de Economía, pudiera con su ejemplo, dinamizar una fuerza que enfrentara los planes privatizadores del gobierno zedillista.
En 1999 como ahora, los reformistas, los apáticos, los incrédulos, los desconfiados, “veían los toros detrás de la barrera” esperando, que en caso de que hubiera una respuesta popular, ellos pudieran sacar algo de provecho para su grupo, pero nada más.
Y el estallido se dio. Fue ese día en que las autoridades dirigidas por el ex Rector Barnés de Castro decidieron dar el golpe final trasladando la reunión del Consejo Universitario fuera de la UNAM , al hospital de cardiología. En 20 minutos aprobaron todo, de la misma manera en que actualmente los diputados y senadores, por “fast track” (como ahora se dice), decidieron condenar a la muerte prematura a millones de jubilados aprobando las Reformas a la Ley del ISSSTE. Igual que en el conflicto estudiantil hay un antecedente: la aprobación hace menos de dos años, de los cambios a la Ley del IMSS, permitidos por la cúpula sindical dirigida por Vega Galina.
En 1999 un pequeño grupo de activistas estuvo presente en Cardiología, mismo que fue creciendo masivamente al grado de sostener la huelga más larga en la historia de la UNAM , misma que frenó (por lo menos temporalmente) la privatización de la educación superior en México.
Activistas que vivimos esos acontecimientos coincidimos en que ahora hay un ambiente semejante, sólo que a nivel nacional. Grandes sectores de la población comprenden que lo de la Ley del ISSSTE es un atraco y aunque no hay una estructura que permita que la protesta empiece de manera organizada, muchos están dispuestos a sumarse. Igual que en aquellos días, hay protestas pero no están articuladas e inclusive, como en aquellos tiempos, los oportunistas de siempre, se mantienen al margen, haciendo muchas declaraciones, pero dejando que otros (también “los de siempre”), se lancen por delante.
Todo empieza con las manifestaciones no coordinadas del 1º de mayo, que aunque se darán en toda la República tienen la característica de que en la mayoría de los lugares ya no podrán ser controladas ni por los patrones ni por los charros. Y el día siguiente viene el paro nacional, al que ya varios sectores, de los que no se quieren comprometer, pero que temen ser rebasados por las bases, ya manifestaron que no le entran. Aún así, en toda la República habrá protestas, cierres de carreteras, de puentes internacionales, tomas de edificios, de estaciones de radio (como ya sucedió desde el día 30 en Oaxaca). En fin, el 2 de mayo habrá una protesta nacional fuerte.
De estos sectores hay algunos que accionarán el 2, pero ya están viendo como desmovilizarse el 3; sin embargo, organizaciones importantes ven este día como el inicio, no como el fin. Algunas ven lo del 2 de mayo como “calentar motores” para un segundo paro a realizarse en una semana, todo esto como pasos preparatorios para un paro nacional indefinido. Otras ya decidieron sostener acciones permanentes desde el mismo día 2.
¿Qué va a pasar? Nadie lo sabe, pero de que hay condiciones para que se desaten acciones contundentes a nivel nacional, las hay. En eso hay consenso. También hay acuerdo en que en caso de no se estructure una protesta nacional y permanente, en muy poco tiempo el gobierno imperialista de Bush, con su “gato” Felipe Calderón, impulsarán la legalización del saqueo de lo queda de México, con las reformas fiscales, del Estado, energética, laboral, entre otras.
El que no crea que hay coraje, que hay convicción de lucha, que voltee la vista a los que va a pasar en varios Estados de la República , a las protestas organizadas por la Otra Campaña , a la rabia contenida que explotará el 3 y 4 de mayo en Atenco, a lo que harán los oaxaqueños de la APPO y la sección 22, los maestros de la sección de 18 de Michoacán y en general los de la CNTE. Pero lo más importante, lo que van a hacer muchos sectores que tradicionalmente no participan en la lucha.
Por ello los tercos de siempre, llamamos a todos los mexicanos que han sido agraviados con el alza de la tortilla, con el desempleo, con los fraudes electorales; llamamos a los estudiantes que han sido rechazados con exámenes amañados, a los trabajadores a los que “legalmente” les robaron sus ahorros y les birlaron su jubilación. A los mexicanos patriotas que entienden que la alta jerarquía eclesiástica quiere regresar la historia a antes del juarismo. A los desempleados, en fin, a los millones de mexicanos y mexicanas agraviadas por el neoliberalismo a que se enteren, a que se acerquen a las protestas, a las reuniones, a las acciones.
Pero fundamentalmente los invitamos a que siguiendo el ejemplo de la juventud universitaria del 99, se organicen y se preparen para confrontar a los capitalistas, como esos chavos lo hicieron: con acciones contundentes….. gracias a esas acciones valientes de los jóvenes, gran pare de la educación sigue siendo pública.
Sólo si se sigue ese ejemplo, dentro de unos años se podrá decir, como lo están diciendo los venezolanos, bolivianos, ecuatorianos, que a pesar de las diferencias, la lucha contra el imperialismo ¡Va!
Fuente: Enrique Cisneros, Machete Arte.
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