Raymundo Rivapalacios >> El Universal << 2 mayo 2007 <<
* * * Pero focalizar en esa guerrilla el núcleo de la insurgencia y la beligerancia sería muy reduccionista. La molestia política y social tiene a personas y grupos dispuestas al quiebre legal y constitucional. Un capítulo que refleja ello es el poco conocido de la negociación con el PRD para que Felipe Calderón pudiera tomar posesión como Presidente el 1 de diciembre.
La disyuntiva que tenía el PRD era aceptar que se diera la ceremonia y se cumpliera el plazo constitucional o saltar a la ilegalidad. El coordinador de la bancada perredista, Javier González Garza, fue pieza clave en la negociación, que incluyó el que decomisara entre su bancada, en la puerta de entrada al salón de sesiones, más de 70 explosivos -incluidas algunas granadas- que llevaban sus correligionarios de partido, y en especial tres legisladores que estaban listos para generar lo que hubiera sido un principio de asonada. La violencia del México bronco está emergiendo.
Hay vasos comunicantes entre la Oaxaca sometida por la APPO y el escenario de crisis constitucional el 1 de diciembre, pero también hay correas de transmisión entre las intentonas insurreccionales bajo la cubierta de indignación por los resultados de la elección presidencial, y la molestia de los agricultores por el abandono del campo, y de los derechohabientes por la percepción de que se quedarán sin jubilaciones o que los están despidiendo para evitar las pensiones, o de los sindicatos que están viendo el nuevo orden laboral mediante nuevos tipos de contratos basados en la productividad.
México no se encuentra entre los países con mayores problemas en el mundo. Aunque en 2002 unos 50 millones de mexicanos vivían en pobreza y unos 20 millones en extrema pobreza, sólo entre 4% y 9%, de acuerdo con el Banco Mundial, vive con menos de un dólar al día. No significa que el país se encuentre bien, sino que las cosas, estadísticamente hablando, no están tan mal. Sin embargo, los números son eso, no seres humanos, y la percepción es más poderosa y motivadora que la realidad.
La molestia generalizada puede entenderse como una fuerza a la que alimenta la desigualdad. Las crisis de los 90 y el estancamiento económico entre 2000 y 2003 redujeron paradójicamente la desigualdad en México, con lo cual dejó de ser un protagonista ominoso en América Latina y se colocó por debajo de la media. Sin embargo, si 10% de la población que tiene más ingresos obtiene 40% de los ingresos totales, mientras que 10% que menos tiene recibe 1.1% del ingreso, y sus plutócratas son figuras en la lista de los multimillonarios de Forbes, y los monopolios dominan la vida cotidiana de los mexicanos, ¿cómo no entender la ira de los que no tienen y de los que se sienten desplazados y marginados de las oportunidades?
Existen dos niveles de molestia y protesta, la orgánica con fines políticos específicos y la inorgánica de todos aquellos que se sienten justificadamente agredidos por la sociedad en la que viven. Su combinación es una mezcla peligrosa, más allá de la agenda que puedan tener los sectores políticos o los movimientos populares, legales o ilegales. Se juntan el hambre y las ganas de comer, literal y figurativamente hablando, lo cual es un sedimento revolucionario al que el gobierno de Calderón tiene que encontrar respuestas prontas y salidas no violentas en el corto plazo. * * *
2 comentarios:
En pocas palabras.....
Raymundo Riva Palacio....mmmmmmm
Es que si la verdad debemos de organizarnos ya para crear una fuerza nuestra, tyo no le ctritico nada al peje verdad pero pues esta rodeado de muchas ratas y lamentablemente como Sam dice no hay mcuhas secretarias que se la crean de esto del gobierno legitimo, yo estoy puesto para apoyar sus ideas y los, planes que aqui tengan y si se me ocurre alguno por correo se los hago llegar.
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