Dice textualmente la Declaración conjunta de su eminentísimo (sic) arzobispo de México y obispos ante la despenalización del aborto:
“Ninguna circunstancia, ninguna finalidad, ninguna ley en el mundo, podrá jamás hacer lícito un acto que es intrínsicamente ilícito, porque es contrario a la ley de Dios, escrita en el corazón de todo hombre, reconocible por la razón misma y proclamada por la Iglesia ”.
Seguramente la derrota política y cultural que recibió Rivera Carrera , comensal que acostumbra el restaurante Mercaderes, pagar la cuenta de sus invitados y dejar propinas de 500 pesos, no encuentra aún la forma de asimilarla, sobre todo porque embarcó a las derechas mexicanas, desde el bufón Jorge Serrano Limón hasta Margarita Zavala Gómez del Campo , desde el que hace honor a su nombre, Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa hasta Carlos María Abascal Carranza , el mismo que postula: “El PAN piensa en el trayecto de la vida humana, porque un pobre –que no debería ser pobre porque carece de oportunidades de empleo-- es un aborto de la vida, porque no está teniendo una vida acorde con su propia dignidad.”
Norberto Rivera --mejor conocido entre sus amigos como Chabelo -- embarcó en la aventura al mismísimo Joseph Ratzinguer –antes prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe , sustituta del Santo Oficio y ésta de la Inquisición-- o Benedicto XVI, en su doble condición de jefe de Estado y de líder espiritual.
Este atropello a la soberanía nacional y la naturaleza laica del Estado tuvo el apoyo tácito de Calderón Hinojosa y su cada día más protagónica esposa, aunque prometieron lo contrario frente al rechazo a Martha María Sahagún Jiménez . Pero desnudó a los grupos más ultras de las derechas gobernantes, al panismo confesional, a los nuevos cruzados dirigidos por el estratega Rivera y su escudero Hugo Valdemar Romero –“¡El PRD las pagará!”--, y la complacencia de Florencio Salazar Adame .
El priísta converso al panismo --por la vía del foxismo-- y quien enfrenta una demanda por usurpación de profesión, no desconoce –supongo-- que la Ley de Asociaciones Religiosas establece que “las convicciones religiosas no eximen en ningún caso del cumplimiento de las leyes del país”, además de que “nadie podrá alegar motivos religiosos para evadir las responsabilidades y obligaciones prescritas en las leyes”.
Para fortuna de la laicidad del Estado, hace tiempo que la conciencia ciudadana --católica, de otras religiones o sin ninguna--, entendió los altos costos que conlleva confundir las funciones de los guías espirituales con las de médicos y sexólogos. Igualmente, tiempo ha que los católicos y católicas mayoritariamente emplean métodos de planificación familiar y sexo seguro, e ignoran las prédicas medievales que en esos rubros sostiene la jerarquía católica.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario