Luis Esteban Islas
Pareciera que la calma nos alcanza, que una engañosa, fugaz, y tensa serenidad nos cobija; una tranquilidad y paz artificial, pero tranquilidad al fin y al cabo. Después de un accidentado proceso electoral en el que el país experimento algo muy cercano a un quiebre institucional, los mares se sosiegan y nuestros políticos se aclimatan, dialogan y discuten; pero los acuerdos siguen pendientes.
El poder legislativo toma la batuta y se posiciona como el principal impulsor de una Reforma de Estado. Hace un par de días se llevo a cabo la instalación de la “Comisión Ejecutiva de Negociaciones y Construcción de Acuerdos del Congreso de la Unión”, nombre rimbombante y ambicioso, igual que sus objetivos. De lo que se trata es de darle una manita de gato al sistema político mexicano, de mejorarlo pues.
Para nadie es un secreto lo que México necesita, cientos y cientos de documentos se han escrito al respecto, muchos estudios, muchos análisis y ha estas alturas del camino nos queda bien claro lo que se requiere cambiar en el sistema. La fiebre reformadora no es nueva, lo que sí es inédito es el camino trazado para la consecución de la Reforma de Estado: una ley para hacer leyes, una legislación que parece dar vueltas y rodear la realidad, sin embargo, en el fondo, representa la posibilidad de una sistematización del método para lograr acuerdos. Método meritorio en un congreso falto de profesionalismo y voluntad. Quizá en la técnica se halle su valor.
Por lo pronto, agrada el protagonismo del legislativo y su compromiso de trabajar de lado y, al mismo tiempo, independiente del Presidente. Los legisladores no sólo como hacedores de leyes sino como promotores del cambio. Sobresale también, la capacidad de convocatoria de Manlio Fabio Beltrones, no por nada a esta iniciativa se le conoce como la “ley Beltrones”. Asombra la voluntad y los puntos comunes de todas las fuerzas políticas, incluido el PRD que sin perder de vista el doble discurso entre el “fraude electoral” y el trabajo legislativo se une a los esfuerzos, el dialogo y la construcción.
PRI, PAN, PRD, PT, CONVERGENCIA, PT, PVEM, PSDC, PANAL, Ejecutivo, CONAGO, Presidentes municipales y Poder judicial, realizaron un muy buen diagnóstico del actual estado del sistema político mexicano, y acordaron que acordarán. De entrada es un buen avance. Buenas intenciones, buena voluntad, grandes y buenos discursos, pero sólo eso.
La ley traza un camino, un método que refiere los pasos que dar, pero no obliga a nada; al final del día caemos en el mismo error de siempre: dejar las decisiones fundamentales a la libre voluntad de nuestra clase política, sin sanciones de por medio, sin castigos ni sacudidas por sus malos resultados. Todo lo qué tenemos hasta el momento es una bonita recetita para alcanzar la Reforma del Estado y nada más, buenos deseos y excelentes diagnósticos. Habrá que esperar y darles el beneficio de la duda a nuestros “flamantes” legisladores para demostrar lo contrario. ¿De verdad es una luz está añeja Fiebre Reformadora?
Brújula Ciudadana
Ahora sí, de plano hemos perdido a Vicente Fox. Resulta que ahora no sólo se considera el paladín de la democracia mexicana, sino de toda América Latina; y es que durante el transcurso de esta semana anduvo por Europa, de la mano de su fiel colaborador Manuel Espino, para autopromocionarse y lograr la Presidencia de la Internacional Demócrata; y no conforme con eso, ya anunció que este fin de semana se reunirá en su rancho de San Cristóbal Guanajuato (nuevo recinto democrático) con los opositores del Presidente Chávez. ¿Ustedes entienden algo? Yo tampoco.
¿Cómo ves?
Pareciera que la calma nos alcanza, que una engañosa, fugaz, y tensa serenidad nos cobija; una tranquilidad y paz artificial, pero tranquilidad al fin y al cabo. Después de un accidentado proceso electoral en el que el país experimento algo muy cercano a un quiebre institucional, los mares se sosiegan y nuestros políticos se aclimatan, dialogan y discuten; pero los acuerdos siguen pendientes.
El poder legislativo toma la batuta y se posiciona como el principal impulsor de una Reforma de Estado. Hace un par de días se llevo a cabo la instalación de la “Comisión Ejecutiva de Negociaciones y Construcción de Acuerdos del Congreso de la Unión”, nombre rimbombante y ambicioso, igual que sus objetivos. De lo que se trata es de darle una manita de gato al sistema político mexicano, de mejorarlo pues.
Para nadie es un secreto lo que México necesita, cientos y cientos de documentos se han escrito al respecto, muchos estudios, muchos análisis y ha estas alturas del camino nos queda bien claro lo que se requiere cambiar en el sistema. La fiebre reformadora no es nueva, lo que sí es inédito es el camino trazado para la consecución de la Reforma de Estado: una ley para hacer leyes, una legislación que parece dar vueltas y rodear la realidad, sin embargo, en el fondo, representa la posibilidad de una sistematización del método para lograr acuerdos. Método meritorio en un congreso falto de profesionalismo y voluntad. Quizá en la técnica se halle su valor.
Por lo pronto, agrada el protagonismo del legislativo y su compromiso de trabajar de lado y, al mismo tiempo, independiente del Presidente. Los legisladores no sólo como hacedores de leyes sino como promotores del cambio. Sobresale también, la capacidad de convocatoria de Manlio Fabio Beltrones, no por nada a esta iniciativa se le conoce como la “ley Beltrones”. Asombra la voluntad y los puntos comunes de todas las fuerzas políticas, incluido el PRD que sin perder de vista el doble discurso entre el “fraude electoral” y el trabajo legislativo se une a los esfuerzos, el dialogo y la construcción.
PRI, PAN, PRD, PT, CONVERGENCIA, PT, PVEM, PSDC, PANAL, Ejecutivo, CONAGO, Presidentes municipales y Poder judicial, realizaron un muy buen diagnóstico del actual estado del sistema político mexicano, y acordaron que acordarán. De entrada es un buen avance. Buenas intenciones, buena voluntad, grandes y buenos discursos, pero sólo eso.
La ley traza un camino, un método que refiere los pasos que dar, pero no obliga a nada; al final del día caemos en el mismo error de siempre: dejar las decisiones fundamentales a la libre voluntad de nuestra clase política, sin sanciones de por medio, sin castigos ni sacudidas por sus malos resultados. Todo lo qué tenemos hasta el momento es una bonita recetita para alcanzar la Reforma del Estado y nada más, buenos deseos y excelentes diagnósticos. Habrá que esperar y darles el beneficio de la duda a nuestros “flamantes” legisladores para demostrar lo contrario. ¿De verdad es una luz está añeja Fiebre Reformadora?
Brújula Ciudadana
Ahora sí, de plano hemos perdido a Vicente Fox. Resulta que ahora no sólo se considera el paladín de la democracia mexicana, sino de toda América Latina; y es que durante el transcurso de esta semana anduvo por Europa, de la mano de su fiel colaborador Manuel Espino, para autopromocionarse y lograr la Presidencia de la Internacional Demócrata; y no conforme con eso, ya anunció que este fin de semana se reunirá en su rancho de San Cristóbal Guanajuato (nuevo recinto democrático) con los opositores del Presidente Chávez. ¿Ustedes entienden algo? Yo tampoco.
¿Cómo ves?
Una nota original del Inframundo Político.
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