Le envían a Sam lo siguiente:
Mayo de 2007
“Nuestros sueños no caben en sus urnas” reza una pintada en las calles de Buenos Aires, que define con toda claridad el sentido juguetón y poético de sus autores. Pero también, con una mínima actitud reflexiva, surge nítidamente el contenido absolutamente inconducente del enunciado- en lo que concierne a construir política de masas- ya que sólo sirve para agrupar a minorías minúsculas y activistas fácilmente identificadas con la consigna. Pero no permite organizar a los verdaderos sujetos de toda transformación social: es decir las grandes masas. Por lo demás, la frase tiende a confirmar, muy a su pesar, la hegemonía del discurso dominante que se legitima en la medida en que las personas perciban falsamente que “todos los políticos son iguales y lo único que piensan es en llenarse el bolsillo”.
Por el contrario, los procesos electorales- como lo ha demostrado el reciente comicio ecuatoriano; en el que el presidente Rafael Correa logró formar una mayoría de más de tres cuartas partes del electorado a favor de su programa transformador- son escenarios decisivos en los cuales se libra la histórica y tozuda batalla desarrollada entre los pueblos de nuestro continente contra sus opresores: el imperialismo y sus aliados políticos. Sin dudas que la tarea de los ciudadanos más concientes reside en demostrar en cada caso como se muestra la contradicción y a que polo fortalecer en cada elección.
En la inminente compulsa a jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires la derecha se halla cercana a lograr un escenario similar al que casi instala en la presidencial del 2003: es decir que la segunda vuelta la dirimiesen dos candidatos a su servicio. Néstor Kirchner logró hacer naufragar hace casi cuatro años la pretensión que el ballotage lo disputaran dos esbirros del imperialismo, como Carlos S. Menem y Ricardo López Murphi. Hoy, pretenden reeditar el escenario del 2003 si consiguen que nada menos que el presupuesto y la influencia política de la reina del plata sean disputados por Mauricio Macri y Jorge Telerman. La ciudad de Buenos Aires es una de las capitales culturales de nuestra América, recientemente se engalanó para recibir al comandante Hugo Chavez, en ella reside parte del electorado progresista más politizado del país; por lo cual sería una verdadera desgracia para la causa de los pueblos latinoamericanos si se alinea políticamente contra la unidad continental.
Mauricio Macri, el empresario que representa a la derecha pura y dura, no se priva siquiera de anunciar públicamente que- en caso de ganar- se encargaría de legalizar el despojo del patrimonio público realizado por el club por él presidido, Boca Juniors. Mientras que en la coalición que apoya al actual jefe de gobierna se amontonan un variopinto conjunto de marionetas; en el que confluyen traidores que (contra la voluntad popular) votaron la destitución del ex jefe de gobierno Aníbal Ibarra; falsas profetas embusteras de un contrato moral tan falaz como inexistente; fuerzas políticas neoliberales en descomposición, funcionarios macristas y más alimañas. Sólo existen de rescatable allí algunas fuerzas populares que parecen no darse cabal cuenta quién es el titiritero que maneja desde las sombras el funesto tinglado: un alto dignatario eclesiástico convertido en el máximo operador de la oposición al proyecto presidencial.
Por todo lo dicho, no hay otra opción progresista que lograr la derrota de la pretensión tramposa enunciada líneas arriba. Y mejor candidato que exprese las necesidades locales- en lo que hace a la construcción de un proyecto de unidad continental- que Daniel Filmus, candidato de la coalición entre el Frente de la Victoria y Diálogo por Buenos Aires.
En los primeros días de junio quedará develada la incógnita si la ciudad de Buenos Aires se alinea con el proyecto más progresista o queda gobernada por la derecha abierta o encubierta. En este último mes de campaña, la tarea de todo militante y ciudadano conciente reside en ganar la mayor parte de sufragios posibles para lograr el triunfo del proyecto latinoamericano.
Desde el 1 de octubre de 2006 es factible acceder a una nueva revista virtual: Redacción Popular. Algunas de las secciones: son filosofía y teoría social, política nacional e internacional, la historia y sus polémicas, derechos humanos, movimientos sociales; testimonios militantes, educación; arte, polémicas y un dossier del mes, dedicado al 1 de mayo, día internacional del trabajo. Se accede desde www.redaccionpopular.com A continuación, el editorial correspondiente a mayo de 2007.
Los procesos electorales y la unidad de nuestra América
Mayo de 2007
“Nuestros sueños no caben en sus urnas” reza una pintada en las calles de Buenos Aires, que define con toda claridad el sentido juguetón y poético de sus autores. Pero también, con una mínima actitud reflexiva, surge nítidamente el contenido absolutamente inconducente del enunciado- en lo que concierne a construir política de masas- ya que sólo sirve para agrupar a minorías minúsculas y activistas fácilmente identificadas con la consigna. Pero no permite organizar a los verdaderos sujetos de toda transformación social: es decir las grandes masas. Por lo demás, la frase tiende a confirmar, muy a su pesar, la hegemonía del discurso dominante que se legitima en la medida en que las personas perciban falsamente que “todos los políticos son iguales y lo único que piensan es en llenarse el bolsillo”.
Por el contrario, los procesos electorales- como lo ha demostrado el reciente comicio ecuatoriano; en el que el presidente Rafael Correa logró formar una mayoría de más de tres cuartas partes del electorado a favor de su programa transformador- son escenarios decisivos en los cuales se libra la histórica y tozuda batalla desarrollada entre los pueblos de nuestro continente contra sus opresores: el imperialismo y sus aliados políticos. Sin dudas que la tarea de los ciudadanos más concientes reside en demostrar en cada caso como se muestra la contradicción y a que polo fortalecer en cada elección.
En la inminente compulsa a jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires la derecha se halla cercana a lograr un escenario similar al que casi instala en la presidencial del 2003: es decir que la segunda vuelta la dirimiesen dos candidatos a su servicio. Néstor Kirchner logró hacer naufragar hace casi cuatro años la pretensión que el ballotage lo disputaran dos esbirros del imperialismo, como Carlos S. Menem y Ricardo López Murphi. Hoy, pretenden reeditar el escenario del 2003 si consiguen que nada menos que el presupuesto y la influencia política de la reina del plata sean disputados por Mauricio Macri y Jorge Telerman. La ciudad de Buenos Aires es una de las capitales culturales de nuestra América, recientemente se engalanó para recibir al comandante Hugo Chavez, en ella reside parte del electorado progresista más politizado del país; por lo cual sería una verdadera desgracia para la causa de los pueblos latinoamericanos si se alinea políticamente contra la unidad continental.
Mauricio Macri, el empresario que representa a la derecha pura y dura, no se priva siquiera de anunciar públicamente que- en caso de ganar- se encargaría de legalizar el despojo del patrimonio público realizado por el club por él presidido, Boca Juniors. Mientras que en la coalición que apoya al actual jefe de gobierna se amontonan un variopinto conjunto de marionetas; en el que confluyen traidores que (contra la voluntad popular) votaron la destitución del ex jefe de gobierno Aníbal Ibarra; falsas profetas embusteras de un contrato moral tan falaz como inexistente; fuerzas políticas neoliberales en descomposición, funcionarios macristas y más alimañas. Sólo existen de rescatable allí algunas fuerzas populares que parecen no darse cabal cuenta quién es el titiritero que maneja desde las sombras el funesto tinglado: un alto dignatario eclesiástico convertido en el máximo operador de la oposición al proyecto presidencial.
Por todo lo dicho, no hay otra opción progresista que lograr la derrota de la pretensión tramposa enunciada líneas arriba. Y mejor candidato que exprese las necesidades locales- en lo que hace a la construcción de un proyecto de unidad continental- que Daniel Filmus, candidato de la coalición entre el Frente de la Victoria y Diálogo por Buenos Aires.
En los primeros días de junio quedará develada la incógnita si la ciudad de Buenos Aires se alinea con el proyecto más progresista o queda gobernada por la derecha abierta o encubierta. En este último mes de campaña, la tarea de todo militante y ciudadano conciente reside en ganar la mayor parte de sufragios posibles para lograr el triunfo del proyecto latinoamericano.
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