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27 octubre 2007

Consideraciones de Estudiantes en la UNAM

Sobre el Cambio de Rector

Por Encendiendo Conciencias

En la UNAM se termina un rectorado lleno de mentiras.

Juan Ramón de la Fuente quiere despedirse de la Universidad portando la playera de defensor de la autonomía, la democracia, la gratuidad, y asumiéndose como el salvador que vino a rescatar a la UNAM de su peor crisis y la llevó a ser una de las mejores del mundo.

Pero para darle a De la Fuente la despedida que se merece, debemos recordar quién es, cómo llegó a la Universidad , qué ha hecho en ella.

La crisis a la que se refiere De la Fuente , y quienes trabajan para él en los medios de comunicación, es la huelga de 1999-2000. Lo que omiten explicar es qué provocó esa huelga.

Los grupos de poder de la UNAM , comprometidos con el proyecto neoliberal y dispuestos a vender a la Universidad , venían avanzando en su privatización, llegando hasta la imposición del aumento de cuotas a pesar del repudio de miles de universitarios. Ellos provocaron el conflicto y lo atizaron con su prepotencia. Los mismos personajes y los mismos medios de comunicación que hoy siguen el discurso de De la Fuente , antes de la huelga hablaban una y otra vez de que la universidad debía ser sólo para los más capaces, y que la educación debía ser pagada por quien la recibe. La UNAM entró en crisis porque se le trató de imponer un proyecto ajeno a ella y que la apartaba de su esencia pública y la ponía al servicio del capital. El movimiento estudiantil combatió esa crisis, con éxito. Fue gracias a la huelga que la UNAM logró arrinconar a quienes se sentían sus dueños, y los obligó a esconder sus intenciones.

Aquellos soberbios que se sentían invencibles antes de 1999, resultaron incapaces de enfrentar a la huelga del CGH, aún hoy esos grupos no han podido levantar la cabeza después del golpe que les propinó el movimiento estudiantil. Ante su torpeza, el gobierno de Zedillo tomó cartas en el asunto e impuso en la rectoría a uno de los suyos.

Juan Ramón de la Fuente llegó a la UNAM directamente del gabinete presidencial. Su misión nunca fue construir un diálogo con el movimiento estudiantil, sino pavimentar el camino a la represión. De la Fuente se lleva el trofeo del rector que más veces ha pedido la intervención de la policía en la Universidad.

A pesar de la represión, la huelga triunfó en un punto fundamental: dejó establecido que la UNAM debe ser pública y gratuita, el movimiento estudiantil ganó ese debate en contra de toda la maquinaria de propaganda neoliberal, quien dijera lo contrario firmaría su sentencia de muerte política. A De la Fuente los estudiantes lo obligaron a decir lo que hoy dice.

Quienes alaban al actual rector como defensor de la Universidad pública, deben omitir la realidad de la UNAM , porque lo que dice, lo dice además hipócritamente.

Habla de la defensa de la gratuidad de la Universidad , pero bajo su mandato han proliferado los cobros ilegales por servicios, cursos, diplomados, seminarios y especialidades en varias escuelas y facultades.

Declara que la UNAM no debe estar al servicio del mercado, mientras se reforman planes de estudio en los cuales se mutila el contenido social de las carreras y se les acerca más a los intereses de las empresas, y mientras buena parte de la investigación se realiza en beneficio de la iniciativa privada, sin atender problemas de la sociedad en su conjunto.

Las instalaciones universitarias, tan presumidas ahora como patrimonio de la humanidad, están subutilizadas cuando se trata de atender la demanda de educación superior en México, pero se entregan a quienes puedan pagar por ellas a modo de renta o por invasión de las corporaciones.

Dice mantener como prioridad el nivel académico de la UNAM , mientras los puestos directivos se siguen repartiendo según cuotas políticas para mantener el equilibrio de los grupos de poder, y los profesores universitarios sufren de malas condiciones laborales.

La antidemocracia en la UNAM.

Otra de las mentiras de Juan Ramón de la Fuente es su defensa de la democracia, ya que en la Universidad no sólo preservó un sistema de gobierno de inspiración feudal, sino que se ha servido de éste para beneficio propio.

La propaganda de rectoría insiste en decir que la designación del próximo rector será a través de un proceso democrático, honorable y abierto, cuando en la UNAM sigue vigente una estructura de gobierno en donde un sector minoritario acumula poder en detrimento de quienes realmente dan vida a la Universidad. Esta estructura asegura que la toma de decisiones se mantenga en un círculo cerrado de autoridades, que se reciclan a través de un círculo vicioso de autonombramientos.

La designación del rector es decidida sólo por 15 miembros de la Junta de Gobierno, a puerta cerrada, sin una verdadera discusión de un proyecto de universidad. La comunidad universitaria no es incluida más que como espectadora en los procesos para nombrar a las autoridades en la UNAM , y no puede influir en las decisiones importantes. Esta estructura de gobierno es la que ha provocado los grandes conflictos de la Universidad.

Con 13 de los 15 miembros de la Junta de Gobierno actual, así como la inmensa mayoría de los directores, nombrados durante su rectorado, De la Fuente asegura que el elegido será uno de los candidatos de su grupo político.

El falso discurso de los candidatos.

José Antonio de la Peña y Diego Valadés, como directores miembros del Consejo Universitario, votaron en favor del aumento de cuotas en 1999 y clamaron por la intervención de la fuerza pública en contra de la huelga estudiantil; Serrano Migallón, como abogado de la UNAM , se encargó de la farsa jurídica que sustentó la represión contra los estudiantes que defendieron la educación pública y gratuita en 2000; Pérez Correa, especialista en provocación y guerra sucia, apoyó la privatización y la represión contra la huelga desde su columna en el periódico Excélsior; Rosaura Ruiz ha sido la expresión más nítida de la descomposición sufrida por el perredismo universitario, habiendo trabajado afanosamente para De la Fuente al final de la huelga, haciéndose cargo del trabajo sucio para legitimar la entrada de la PFP y el encarcelamiento de mil universitarios; José Narro ha sido el operador político de De la Fuente desde la represión a la huelga y en el proceso de privatización soterrada de la UNAM.

¿Por qué hoy todos estos dicen defender la Universidad pública y estar en contra del cobro de cuotas, cuando se negaron a cumplir con el pliego petitorio del CGH que garantizaba la gratuidad y el carácter público de la UNAM ?

Por temor al movimiento estudiantil, a esos que no están pero están, que nadie ve pero todos sienten, que todo mundo ya mató pero que todo el tiempo creen que los están escuchando; es esa presencia etérea del movimiento estudiantil la que los obliga a asumir su programa, reconociendo implícitamente su victoria. No es para ellos una cuestión de principios, sino de un oportunista cálculo político, pero tarde o temprano la verdad se abrirá paso, y cada uno será puesto en su lugar.

Por qué apoyamos la candidatura de Luís Javier Garrido.

Nos parece necesario que una franja de universitarios alcemos la voz en contra de esta farsa que tratan de presentar como un proceso aterciopelado. Necesitamos reivindicar la universidad por la que hemos luchado, la que hemos estado defendiendo y construyendo cotidianamente en medio de toda clase de dificultades. La tarea es presentar otra Universidad, la que históricamente han defendido los movimientos estudiantiles, contrapuesta a la de los grupos de poder y sus personeros que aspiran a dirigirla.

A pesar de lo disparejo de la contienda, no cejaremos en nuestra lucha porque se escuche un proyecto de Universidad distinto al que pretende presentarse hegemónico. Para ello apoyamos la idea de que aparezca como candidato formal alguien radicalmente distinto a los candidatos de las mafias universitarias, respetado por quienes hemos resistido del lado de los estudiantes, que agrupe a todo el movimiento democrático de nuestra universidad para que actúe unitariamente, que nos represente al momento de alzar su voz para que se escuche lejos que existe un proyecto distinto y auténtico de Universidad pública, gratuita y el servicio del pueblo que la hace posible.

Luís Javier Garrido tiene una trayectoria académica y profesional intachable, reúne todos los requisitos para dirigir a la UNAM. Pero además, tiene una trayectoria consecuente con la defensa de la educación pública y gratuita y con las mejores causas del pueblo de México. A lo largo de los años, y destacadamente durante la huelga de 1999- 2000, ha demostrado su capacidad de análisis, su honestidad en los planteamientos que ha enarbolado y su congruencia ideológica que no se doblega en los momentos difíciles. Tiene un profundo compromiso con el movimiento estudiantil y con quienes hacen de esta Universidad una realidad. Quizá esta firmeza le haya ganado el no ser bien recibido en el olimpo de las altas esferas universitarias, pero sin duda le ha abierto un espacio en el corazón del movimiento democrático y popular de la UNAM y del país.

Buscamos con esta propuesta abrir la discusión sobre la UNAM a toda la comunidad, recoger todas las ideas, someter a crítica las propias, y proceder a su transformación. Para ello contamos con nuestro compañero Luís Javier Garrido.

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