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24 febrero 2008

El Seguro de desempleo en el DF

por Carla Beltrán

El 15 de octubre del 2007, se lanzó una iniciativa del Gobierno del Distrito Federal, llamada “Seguro de Desempleo”, la intención es ofrecer mil 500 pesos mensuales a 25 mil personas, el seguro se daría a los solicitantes hasta por seis meses, y no más de una vez a una misma persona en dos años. Según las declaraciones del Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubon los recursos son parte de impuestos pagados al gobierno del Distrito Federal. Esta medida es completamente necesaria, aunque debemos decir que también es insuficiente. Como lo dice el mismo gobierno del DF, la tasa de desempleo se disparó hasta 5.6 por ciento a agosto pasado, lo que representa que 224 mil personas no tienen empleo formal, el primer día de entrega de tarjetas sólo se aceptaron a mil 271 personas, llegar a los 25 mil que tiene el gobierno como objetivo será muy sencillo debido a la gran demanda que existe.
Este programa recién impulsado incluye la capacitación de los ingresados en maquiladoras de textiles, la idea es que después de terminado el plazo del seguro puedan trabajar en uno de los tres grandes talleres maquiladores de uniformes que ha abierto el GDF. Sin embargo, pese a que para muchos será una oportunidad de empleo, el trabajo en las maquilas es de los más precarios.

La situación para los millones de desempleados a nivel nacional, es desesperada, muchos optan por el empleo informal, o aceptan empleos con salarios muy bajos, empleos riesgosos o que atentan contra la salud, o empleos sin ninguna clase de prestaciones, esta es la situación para alrededor de 26 millones de mexicanos, y habla de la incapacidad del Gobierno Federal para la generación de empleos. Para dar pasos adelante en la creación de empleos de calidad para todos los trabajadores habría que enfrentarse a los empresarios, sin embargo, esto es algo que el FECAL está muy lejos de hacer, en cambio, baja los impuestos a las grandes empresas, abre los sectores claves para la economía mexicana a la inversión extranjera, permitiendo con ello la salida de capital que mucha falta hace aquí para el gasto público, la razón es la rentabilidad. Por supuesto para un empresario lo conveniente no es el gasto público sino la explotación sin par, y el “resguardo” de sus ganancias fuera del país en donde puedan estar a salvo de la variable de los movimientos sociales, y de la débil economía nacional.

El futuro para los trabajadores mexicanos es oscuro, las perspectivas de empleo no superan las necesidades reales, por ello estos seguros han sido vistos con buenos ojos por muchos ciudadanos, pese a que no cubre siquiera la canasta básica.

El Gobierno Federal por su parte a iniciado a través de la cámara de diputados la revisión de esta iniciativa para aplicarse a nivel Federal, en la propuesta inicial este seguro se cubriría a través de un mecanismo tripartita que estaría integrado por aportaciones del 2.5 por ciento del salario de los trabajadores, igual porcentaje por la parte patronal, y el 2 por ciento del equivalente a los ingresos de los empleados por parte del gobierno de la República. Tomando en cuenta el gran apoyo del gobierno a la patronal de las empresas con los impuestos de los trabajadores, estamos hablando de que en realidad seguirán siendo los trabajadores los que carguen con la crisis económica aunque en una nueva modalidad.

También en diciembre pasado, el Gobierno Federal aseguró que se crearía 980,028 nuevos empleos, objetivo que pese a ser muy bajo para las necesidades reales, está muy lejos de lograr.

El año pasado, en el país se crearon 879,533 nuevos empleos, cuando la economía creció en un 4.8 por ciento. Sin embargo, para este año la perspectiva de crecimiento no supera el 3.0 por ciento, lo cual nos deja ver la ilusoria promesa del gobierno federal.

Este seguro de desempleo para cubrir realmente las necesidades de los ahora desempleados requerirá ajustes que van desde el aumento de la cantidad mensual de manera que se cubran las necesidades básicas, hasta la extensión del mismo en tiempo y en número de personas que ingresaron al programa, sin embargo, lo fundamental de la resolución del problema no está en el seguro de desempleo sino en la creación de suficientes empleos de calidad para todo mundo, lo cual no se logrará dentro de un sistema que necesita un excedente de mano de obra disponible, llamada ejército de reserva, para jugar a través de la ley de la oferta y la demanda con millones de personas que esperan ser empleadas. Por lo tanto debemos dar la lucha por mantener y hacer eficiente esta clase de iniciativas, al mismo tiempo que luchamos por la trasformación de la sociedad y del sistema, por uno que sea capaz de dar trabajo a todo aquel que esté en condiciones de realizarlo. El trabajo es, ha sido y será fundamental para el desarrollo de la humanidad, y no debe ser un sacrificio diario a cambio de algunos pesos para vivir al día siguiente y seguir sacrificando, debe ser la posibilidad de elevar al hombre en conocimientos y habilidades. Liberemos nuestras manos del trabajo precario y luchemos por el pleno empleo.

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