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20 mayo 2008

JIMÉNEZ ESPRIÚ: "N.A." A LA REFORMA PETROLERA

20 de Mayo de 2008

ÍNDICE POLÍTICO

FRANCISCO RODRÍGUEZ

MIS RESPETOS. EL ingeniero Javier Jiménez Espriú merece no sólo los míos, sino los honores de todos los mexicanos. La razón es sencilla: apenas el jueves, en el Senado de la República, el distinguido universitario honró e hizo gala del lema de nuestra Máxima Casa de Estudios, al hacer que su espíritu hablara por millones de mexicanos que, en el mejor de los casos, manifiestan serias dudas sobre el contenido de las iniciativas del señor Felipe Calderón para reformar el régimen de propiedad del petróleo.

Académico, Jiménez Espriú lamentó que dichas iniciativas "estén tan cerca de las recomendaciones del Banco Mundial y tan lejos de los sentimientos de la nación".

En el segundo foro de análisis de la pomposamente llamada "reforma energética" –omisa en energía eléctrica, nuclear, solar, eólica…--, el universitario la reprobó al calificarla cual "insuficiente en el análisis económico, discutible desde el punto de vista técnico, inconsistente en el aspecto legal, ignorante de contenido histórico y ayuna de sensibilidad política".

En los parámetros escolares, esta nueva "reforma" del señor Felipe Calderón no alcanza ni la benévola "S" de suficiente. Se queda con el "NA", de No Acredita. Reprobada.

Jiménez Espriú no es un improvisado. Cuenta con una trayectoria en la academia y en la función pública, que incluye haber sido secretario general de la UNAM, de cuya Facultad de Ingeniería también fue director, subdirector de Comercialización de Pemex y subsecretario de Comunicaciones y Transportes.

Y en este examen a las iniciativas, Jiménez Espriú encontró "datos sesgados", lenguaje engañoso y "algunas verdades a medias", que son "mentiras dolosas" de una propuesta privatizadora.

Jiménez Espriú dijo que mediante reformas a leyes secundarias, como se hizo con el sector eléctrico –en tiempos en que el diputado panista Felipe Calderón reconoció que eran inconstitucionales--,se pretende poner en manos de particulares refinerías y la propiedad de oleoductos, lo que significa entregar a los poderosos de siempre los eslabones fundamentales de la cadena de valor de la industria petrolera.

Alertó sobre los contratos de riesgo, presentes en las iniciativas de reforma de Calderón, para beneficiar a trasnacionales y su impacto en la ingeniería mexicana, así como en las posibilidades de desarrollo tecnológico y científico del país.

Si la reforma es aprobada, sostuvo, "podemos decir que dentro de 20 años, en lugar de disponer de las tecnologías que nos hacen falta, "¡la ingeniería y la tecnología mexicana ya no estarán más!"

Preguntó al auditorio reunido en el patio central de la Cámara de Senadores: ¿qué hará una nación como México sin ingeniería y sin desarrollo tecnológico propio?, ya que se transferirá al extranjero la formación del capital intelectual.

Él mismo respondió: "Seguramente otra vez cambiar vidrios y espejos por los frutos de nuestras entrañas –del crudo a la mano de obra barata–, aunque ya no usemos penachos con plumas ni obtengamos nuestros títulos y grados en el Calmécac."

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