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21 mayo 2008

La Educación Como Mercancía

Por Celso C. Hernández Rojas*

Para el magisterio nacional, el sexenio Foxista, fue la culminación de un ataque frontal a la escuela pública con sus valores humanistas, que es como la reconoce el pueblo, la gente común. Si la educación no forma los valores en el individuo para que pueda socialmente armonizar sus intereses particulares con los de la comunidad en la que vive, entonces la educación será un instrumento al servicio de la ley de la selva, para ser usada por los dueños del dinero. No tendríamos porqué extrañarnos de que sólo los ricos tengan educación o vayan a la escuela, si los valores que se han arraigado ahora son los de la competencia, los de la supremacía de los más aptos, los mejor evaluados. La llamada “alianza para la calidad de la educción” que los maestros de la CNTE han llamado justamente la “Alianza Gordillista Calderonista” va en el sentido de darle a la evaluación educativa, un papel que se enmarca como el eje fundamental de la educación con calidad, el perfil educativo se trastoca en la competencia de la carrera magisterial, la asignación de recursos a las escuelas depende de los resultados que estas hayan obtenido en la evaluación, cuestiones que en más de un sentido chocan con los principios de la escuela pública tal como la conocemos, implican su destrucción.

Las tendencias educativas, en la actualidad están impregnadas del espíritu neoliberal, y que entendemos por esta concepción, en realidad desde hace más de una década, Gary Becker, premio nobel de economía, ha formulado la teoría más ad hoc para el caso, el llamado “capital humano”, que se refiere a las habilidades y competencias que un trabajador cualquier debe tener para ser competitivo frente a sus iguales, dichos procesos se señala deben ser certificados o evaluados, este mismo procedimiento pero en la educación es una versión del citado programa gubernamental.

El Foxismo, junto con los gobiernos proclives a la firma del ALCA, se encargaron de formular los llamados SARS, que son el apartado del acuerdo sobre servicios, que en este caso incluía a la educación, el planteamiento global sobre el tema descansaba sobre los bonos educativos –tal como desde hace una década se aplica en el sistema educativo en el área de los Ángeles, California-, donde los estudiantes están en libertad de escoger, de acuerdo con sus intereses, la escuela en que quieren asistir, siempre y cuando les alcance con su bono educativo o con los recursos de que disponen para el efecto, ya sea el propio estudiante o su familia, y se podrían orientar por los índices de calidad que proporcionaría la evaluación educativa.

Este esquema fracaso, de hecho lo hizo todo el ALCA, desde la cumbre de Monterrey no se ha podido avanzar en el acuerdo para crear el área de libre comercio de las Américas, fundamentalmente porque en América del Sur, incluido Hugo Chávez de Venezuela, le han impregnado un sentido diferente a las políticas públicas de sus gobiernos, a ellos se sumo Brasil, Uruguay, Chile, Argentina, Bolivía, Nicaragua, que han venido impulsando formas alternativas de comercio y cooperación diferentes a las del ALCA. Por tanto, en el terreno educativo no se ha avanzado, aunque en los Ángeles los estudiantes sigan con los bonos educativos.

Existe la propuesta de que las evaluaciones sean aplicadas por organismos privados autónomos, esto nos recuerda al CENEVAL A.C., en el caso del examen único de ingreso al Bachillerato, de una memoria triste por haber sido dominado por el pensamiento de la derecha y de prestarse a privilegiar la educación privada en detrimento de la escuela pública. Y es el caso de muchos otros centros de evaluación educativa en el país, que sirven para discriminar a la escuela pública, por un lado y en general asocian a los mal preparados con los más pobres.

Es conocido, que aunque la iniciativa privada pregone la calidad educativa como meta, no existe hasta ahora un sistema de calidad que lo certifique, en el caso de algunas instituciones de educación superior, como la UNAM, UAM e IPN, lo que han certificado son los procesos administrativos, pero la educación en sí, no; entre otras cosas porque aún no existen las normas, como por ejemplo la ISO2001, que se aplica a la administración educativa, en la industria manufacturera o la administración pública, por citar sólo algunas.

De manera tal que los procesos de calidad de la educación, en el mejor de los casos, se verá como procesos de evaluación educativa, que como ya vimos en el caso de la reforma hacendaria aprobada hace en año, las mejores evaluaciones tendrán a su vez mejores asignaciones presupuestarias dentro del Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (FAEB), la cual por medio de la SEP asigna hasta un 10% de estos recursos, de acuerdo a los resultados de la evaluación educativa (Reforma Leyes Federalismo, Art. 27).

Para todos es claro el golpe mortal, que para la tradición del normalismo mexicano, representa este programa; no habría, a partir de aquí, la idea del maestro por vocación, porque en el sistema ni siquiera sería necesario, como afirman los maestros de la Trinacional en contra del TLCAN, “Basta un instructor escolar, no necesariamente un maestro”, para dar las instrucciones o dar la indicación de la actividad en el aula, o ni siquiera eso, basta con que el estudiante este en línea con la computadora desde su casa, para que se le pueda dar la instrucción, y la actividad en aula o en un espacio creativo de esta profesión ya no existiría, se modificaría en forma tal que no habría necesidad del maestro.

Otras tradiciones, como las escuelas comunitarias o las formas de gestión colectivas están excluidas, si no son parte de la evaluación educativa o de las responsabilidades de los Consejos de Participación Social, los espacios educativos de otro corte poco tienen que hacer, la institución como sabemos es algo que está copado por los neoliberales, no es que no haya nada alternativo o construido por el magisterio democrático, en especial este tiene sus proyectos educativos muy claros, en muchos estados del país donde se ha podido debatir con las USED de la SEP, sus funcionarios casi siempre pierden el debate frente a los maestros democráticos, pero ahora no es sólo el tener un proyecto alternativo, sino sobre todo el que pueda ser implementado, cuando en forma desafortunada las instituciones se cierran.

Por ello los maestros agrupados en la CNTE, al margen de sus diferencias tácticas, y de las distintas plataformas reivindicativas que tienen, se han unificado en luchar contra esta alianza retrograda en materia educativa, entendiendo que se debe defender la educación pública, que está en juego la actividad creadora de los docentes en las aulas, frente a las visiones de instrucción y evaluación con los criterios de la derecha, que es necesario reivindicar los proyecto educativos formadores de valores y ligados a la vida comunitaria en el campo y la ciudad, como la única manera de preservar una educación popular. Entendemos la necesidad de alcanzar un mayor aprovechamiento en el nivel académico de los estudiantes, pero a su vez reivindicamos socialmente las condiciones de trabajo y de vida que permitan a los maestros una vida digna.

Por ello la lucha magisterial ahora tiene más objetivos, no solo la reivindicación de mejores salarios, de la democracia sindical, que pasa por la salida inmediata de Elba Esther Gordillo del SNTE sino también por una educación científica, popular, ligada a los intereses sociales dentro de la escuela pública, entendiendo su actividad como formadora de valores y en la tradición normalista de una escuela científica y laica

Por ello las jornadas de mayo-junio, del magisterio serán claves tanto para la democracia sindical como para la abrogación de la nueva ley del ISSSTE, y también para encauzar al movimiento social a una verdadera lucha nacional contra la política neoliberal.

*Miembro del Taller de Economía Social y Políticas Públicas de la Facultad de Economía de la UNAM.

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