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22 mayo 2008

LOS PROGRAMAS TELEVISIVOS INFANTILES, DISTRACTORES ANTE LA DESATENCIÓN DE PADRES

· Inciden en los patrones de conducta, dijo la académica de la ENTS de la UNAM, María Guadalupe Cortés

· La niñez invierte al año, en promedio, dos mil horas frente al televisor, mientras que asiste a la escuela sólo 700 horas

· Eva María Esparza, de la FP, consideró que la influencia de la televisión ha creado pautas de lenguaje que modifican la socialización

La televisión se ha convertido en una educadora informal para los menores que la utilizan como el principal distractor ante la falta de atención de los padres, coincidieron en señalar especialistas de la UNAM.

La académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), María Guadalupe Cortés Osorno, mencionó que aún cuando la misión fundamental de este medio no es la instrucción, lo hace de manera indirecta e incide en los patrones de conducta de niños y adolescentes. En este sentido, sostuvo, los canales de comunicación no sólo entretienen, sino que informan, forman y motivan a la acción concreta.

Programas infantiles como las caricaturas y las telenovelas, donde predomina el erotismo y la violencia, los han enfocado a receptores cautivos. Además, dijo que los anuncios y los comerciales marcan la pauta en muchos sentidos, pues los publicistas tienen un amplio conocimiento sobre los ritmos de la sociedad y por ello saben a quién destinar los mensajes y en qué horarios.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en México la niñez invierte al año, en promedio, dos mil horas frente al televisor, mientras que asiste a la escuela sólo 700 horas.

Asimismo, a la edad de 15 años, cada persona ha presenciado un promedio de siete mil 300 crímenes a través de este medio. Así, la exposición continua a esta programación genera la elevación del umbral de tolerancia frente a los hechos sociales violentos de la vida cotidiana y se pierde la capacidad de asombro y de solidaridad para combatir los delitos, el abuso de cualquier tipo hacia la niñez o la brutalidad hacia las mujeres, puntualizó.

Con respecto a la alimentación, Cortés Osorno destacó que este fenómeno afecta además y de manera directa, la forma de relación de los niños con el mundo; influye en los hábitos alimenticios y contribuye al detrimento físico.

Por otra parte, la especialista explicó que existe una relación entre los embarazos de las adolescentes y las películas o los anuncios comerciales. Al respecto, mencionó que en la ENTS se lleva a cabo una investigación acerca de la correlación del deseo por tener relaciones sexuales a temprana edad con historias en donde el atractivo y la parte lúdica más importante son las escenas eróticas.

En algunos casos, los niños ven la vida como una telenovela, porque así se les presenta y asumen que en la realidad deben seguir los estereotipos, lo que repercute en su comportamiento y en la forma de entender los hábitos sociales, recalcó.

Gran parte de los programas tienen un alto contenido de violencia y observan un alto índice de audiencia, porque esta conducta es fácilmente comercializable en todas las formas y expresiones, indicó.

La televisión no sólo incide en la conformación de ser y de percibir, sino también de los gustos. Se afirma que logra “capturar los sueños”, indicó. En el caso de las mujeres propicia la búsqueda “del ideal” del cuerpo esbelto, estereotipos que desembocan en trastornos como la anorexia y la bulimia.

En la actualidad, las niñas de 11 y 12 años dejan de comer y consumen grandes cantidades de agua, para conservar una estructura corporal impuesta por el bombardeo de los anuncios televisivos. Con ello buscan ser aceptadas, apuntó.

A fin de evitar que los infantes caigan en conductas “enajenantes”, subrayó, los trabajadores sociales plantean estrategias de intervención para aminorar esa influencia, como la creación de talleres para padres que los ayuden a instruir a sus hijos cómo aprovechar el tiempo libre.

Los medios, informó, están regidos por una estructura comercial y la única solución es crear conciencia a través de programas educativos con preeminencia de la ética. Con ello, los niños podrían discernir no sólo lo que pasa en la televisión, sino lo que ocurre en la sociedad con el consumo del alcohol, de drogas y las relaciones sexuales a temprana edad.

En la radio existen pocos programas para niños, que han capturado diversos espacios, enfatizó. En este sentido, la radio y televisión culturales necesitan afianzarse para dar paso a nuevas posibilidades para la niñez.

De igual modo, aclaró que Internet también se ha convertido en una herramienta para los menores, donde pueden encontrar información cultural y trascendente pero también pornografía.

Por su parte, la académica de la Facultad de Psicología (FP), Eva María Esparza, consideró que la influencia de la televisión ha creado pautas de lenguaje y comportamiento, que modifican la socialización, retrayéndolos del mundo social al ser un atractivo que contiene movimiento, color y música.

Asimismo, agregó que el mal empleo del idioma ha distorsionado la expresión del español, además de la difusión de palabras altisonantes utilizadas en diversos programas, sin tomar en cuenta que los niños se han convertido en el principal foco de consumo y los medios han sustituido a los padres en la incorporación de conceptos éticos.

Otro impacto negativo, dijo, es una culturización que no corresponde al entorno, pues hay pocos programas infantiles producidos en el país.

Empero, reconoció, eso no significa que los medios y la tecnología no tengan un lado positivo. Desafortunadamente, a los niños no se les han mostrado estos beneficios, sólo lo nocivo, de fácil acceso; en cambio, no saben acceder a páginas de ciencia o de divulgación.

No puede afirmarse que Internet constituya una mala influencia, más bien es una herramienta que debe utilizarse bajo la supervisión de un adulto.

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