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28 febrero 2008

PARA ENTENDER LA NOTICIA: AMLO REINICIA LA LUCHA HISTORICA POR EL PETROLEO

Por Benjamín Castro

Como en 1917

Con el mitin de ayer en la Torre de PEMEX en Distrito Federal y con la movilización del próximo 18 de marzo, las fuerzas políticas alrededor y dentro del movimiento de López Obrador han reiniciado la lucha histórica de México por retomar el control del petróleo mexicano. Como sabemos, mediante una serie de trucos los gobiernos del Fondo Monetario Internacional en nuestro país que se iniciaron con Miguel de la Madrid Hurtado como presidente y continuaron ininterrumpidamente hasta el actual, el de Felipe Calderón han procurado justificar la privatización de PEMEX y de todo el sector energético. El método ha sido en cierta forma sencillo puesto que convirtieron a PEMEX en el aval de la deuda externa y después de la interna de tal forma que los ingresos de la paraestatal de los últimos 25 años han sido canalizados al servicio de esa deuda en su mayor parte.

Primero fue el plan Brady después de 1983 y diez años después, el "rescate financiero" impuesto a México después de la crisis de 1994 en donde las facturas de las ventas futuras de PEMEX fueron hipotecadas como aval del mismo rescate de 50 mil millones de dólares, "rescate" que fue utilizado solamente para salvar a los bancos en quiebra y para el rescate carretero de donde surgirían el Fobaproa y el FARAC. Durante todos estos años, PEMEX ha padecido una estrangulamiento financiero constante en donde a pesar de que sus ventas aumentan reciben menos ingresos y no puede crecer ni desarrollarse. Ahora que no tiene recursos y que lo que recibe está hipotecado, los agentes de las transnacionales petroleras en el gobierno y en el PRI así como sus aliados dentro del PRD la corriente conocida como "los chuchos" utilizan esa descapitalización para justificar su privatización. En el camino, poco a poco y de manera silenciosa han ido privatizando sectores de la producción petrolera, de gas y de electricidad. Ahora van sobre el grueso, sobre lo principal del sector energético.

Las acciones privatizadoras iniciadas por de la Madrid y continuadas por Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón forman parte del proyecto de devolver a México al pofiriato, es decir, el status colonial que vivió nuestro país durante todo el gobierno de Porfirio Díaz y dentro de la dominación global el imperio británico. Porfirio Díaz realizó sus "reformas estructurales" a principios de los 1890s, y entregó el petróleo y s explotación de manera completa y total a las compañías como El Águila "alias" la Shell, la British Petroleum y la Stándar Oil de la familia Rockefeller. Durante más de 48 años esas compañías saquearon impunemente al país sin pagar ni un centavo de impuestos y pagando salarios miserables a los trabajadores. El movimiento constitucionalista que promulgó la Constitución de 1917 en Querétaro, logró establecer el artículo 27 constitucional para poder restituirle al país su soberanía sobre los productos del subsuelo, el petróleo, las minas etc. Pero solo hasta 1938 se pudo ejercer ese derecho y México pudo usar sus recursos naturales para darle impulso a un proyecto de industrialización y crecimiento así como a la justicia social. El gobierno de José López Portillo fue el mejor momento alcanzado en esa perspectiva. No se había logrado ni siquiera la mitad de lo que era necesario cuando a principios de los años 80s, con el lanzamiento del PAN a tomar gobernaturas en ciertos estados del norte del país , se inicia la contrarrevolución para regresar al país el porfirismo precisamente a través de volver a privatizar la industria petrolera. Hoy , de nuevo, lo que sería una versión moderna del movimiento constitucionalista se aglutina en torno a López Obrador y algunos dirigentes del PRI como Manuel Bartlett, para volver a dar la misma pelea que dieron los constitucionalistas del 17 y tratar de sacar a México del dominio del mismo imperio británico que ahora reemerge bajo el disfraz de la "globalización".

El autor es miembro del Movimiento Internacional del economista Lyndon H. LaRouche.

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