El pasado 24 de febrero, Día de la Bandera Nacional, miles de mexicanos nos reunimos frente a la torre de Pemex a convocatoria de Andrés Manuel López Obrador, Presidente legítimo de México, para refrendar el compromiso con nuestra soberanía.
En este evento se aprobó el plan de acción de resistencia civil pacífica contra el intento privatizador de la industria petrolera. En la primera etapa promueve la conformación de los comités en defensa del petróleo y brigadas de información.
Posteriormente, si la iniciativa de reforma legislativa es presentada, los diputados del FAP promoverán una huelga legislativa.
También se efectuarán cercos ciudadanos en las Cámaras de Diputados y Senadores, en los Congresos locales y en los palacios de gobierno de las distintas entidades de la República.
Si la iniciativa no es retirada, los cercos se extenderán a los aeropuertos, a las instalaciones estratégicas petroleras y financieras, a las carreteras y, finalmente, se realizará un paro patriótico nacional.
En ese sentido, el 23 de febrero, constituimos el Comité Estatal en Defensa del Petróleo en Zacatecas —entidad de la cual soy responsable— con la participación de los representantes del PRD, PT y Convergencia, así como líderes sociales. Entre sus integrantes figura Arturo Romo, ex gobernador de ese estado.
El doctor Alfredo Jalife Rahme, experto en la materia e integrante del Comité Nacional en Defensa del Petróleo, tomó la protesta a los miembros del naciente órgano tras dictar una conferencia donde señaló que, de acuerdo con los resultados de las encuestas elaboradas por las empresas Mitofsky, Ulises Beltrán y el Partido Convergencia, 70% de los mexicanos rechaza la privatización del petróleo.
También denunció que, bajo el pretexto de la modernización, Calderón quiere entregar a las empresas trasnacionales nuestros recursos no renovables. Aseguró que esto va contra la tendencia internacional, ya que 90% de los hidrocarburos en el planeta están actualmente en manos del Estado. Citó como ejemplos destacados a Rusia, Irán, China, Malasia, Arabia Saudita, Brasil y Venezuela.
A base de falsedades y triquiñuelas, el PRIAN pretende consumar la privatización de este sector, que ya se inició con los pidiregas y los contratos de riesgo. Miente la derecha al decir que el Estado mexicano no tiene la capacidad económica para reinvertir en Pemex. Tan sólo en el sexenio de Fox, se obtuvieron 335 mil millones de dólares, pero casi todo se perdió en los grandes sueldos de sus funcionarios y en la corrupción que agobia al país.
Debemos estar conscientes de la importancia de este tema, pues está de por medio el futuro de México como país libre y soberano. Por eso debemos mantenernos unidos y actuar con inteligencia para no caer en las trampas que buscan dividir al movimiento.
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