• Se calienta el AICM
• Clinton y Obama prenden los focos rojos
Bajo la máscara de la temeridad, mi estimado, se disimulan grandes temores. Sigue la tragicomedia amarilla, el puntual script de la divertida mano que mece esa cuna. El grotesco linchamiento dentro del partido del sol azteca devela que estas lacritas (como dijera un veterano clásico, no tienen remedio) son prodigiosas para permanecer en el ring mediático batiéndose en su original debate, mientras los spin doctors presidenciales hacen su trabajo elevando el volumen de la simpática polarización y, por el otro, bajándoselo a la manzana de la discordia llamada reforma energética.
Sin lugar a dudas, my friend, es imprescindible que Felipe Calderón disminuya el maravilloso bullicio alrededor del ocurrente atraco, aunque en foros más precisos, el mensaje continúa en la misma dirección. Y ahora que el reformón de justicia penal va en camino al Senado, los bombos y platillos federales olvidan que los mentados juicios orales estarán listos y con su listón, si bien nos va, dentro de unos siete u ocho años más.
Mientras tanto, el ambiente en diversas entidades continúa su delicado ascenso en la cifra de ejecutados ante los embates de la organizada delincuencia que se disputan las plazas más codiciadas, como por ejemplo el AICM. Lugar donde en sus alrededores, amable lector, está el epicentro caliente de lo que ha venido sucediendo en la capital gobernada por Marcelo Ebrard, y donde en los últimos meses la SSP, encabezada por Joel Ortega, ha dado golpes medulares a las estructuras de diversos cárteles.
Lo más interesante de los recientes y admirables decomisos es que mientras la autoridad local carece de facultades para terminar las diversas líneas de investigación, en la PGR, de Eduardo Medina Mora, no parece haber good will, prisa ni especial interés en cerrar casos y consignar a los responsables. El caso del ex director de la Policía Judicial capitalina Ricardo McGregor, ligado, según datos puntualmente filtrados, al cártel de Sinaloa justo en medio de una importante incautación en distintas colonias de la ciudad, hoy está en punto muerto o... muerto, punto.
La impunidad federal ha sido eje, en este asunto donde el foro del debate sobre hechos que siguen ocultos bajo siete llaves, una vez más se movió en el terreno de los medios. No hay respuestas jurídicas contundentes sobre la línea de investigación por parte de la PGR que, entre sus múltiples ociosidades, tiene el inédito caso.
Si le agrega, mi estimado, que curiosamente de todos los acontecimientos sobre los flamantes decomisos por parte de la SSPDF que le fueron puntualmente entregados a las autoridades del gobierno de Calderón, tampoco generaron cruces de señales mientras por el otro lado, la organizada delincuencia se encargó, al sentir la presión local, de enviarle un atento saludo a las huestes de Ebrard con el artefacto explosivo de Chapultepec, explicándole a grandes rasgos que, porfa... se abstenga de entrarle al reventón delincuencial donde no tiene VIP pass ya que el arreglón es con the usual suspects federales —que, por cierto, tienen incrustados sus intereses en las áreas colindantes del AICM— hay altos riesgos de más volatilidad.
Ayer finalmente se entregó la estafeta del bombazo a la PGR, no sin antes (escuchar una orquesta mediática de idioteces) tener algunos divertidos pelos de la burra C4 en la mano. Ahora seguirá el turno de Medina Mora & associates para demostrar que pueden llegar a buen puerto con esta muy interesante investigación que ubica centros cardinales en el organigrama del narcotráfico.
Jugar al Tío Lolo en cinco de los seductores casos ocurridos en la capital, de los cuales está perfectamente informada la PGR (and some others), podría comprometer la histérica tonadilla de Los Pinos de ni un paso atrás whatever y el estado es más fuerte y córtalas, córtalas para siempre.
Eduardo deberá dejar el gusto por el micrófono para escupir verdades a medias y deberá ponerse más guapo y aplicarse, porque esta divertida tenebra federal por ambicionar el control, en todos los sentidos, de la capital, apenas calienta motores. Y la administración capitalina, my friend, está poniéndose las pilas, también... en todos los sentidos.
Por la Mirilla
Los alarmantes focos rojos se encendieron por la mera posibilidad, evidenciada en los discursos por parte de los demócratas Obama y Clinton, de que los Estados Unidos se retiren del simpático TLCAN abriéndole la peligrosa puerta a los verdaderos intereses que mueven, siempre, cualquier elección presidencial...
• Clinton y Obama prenden los focos rojos
Bajo la máscara de la temeridad, mi estimado, se disimulan grandes temores. Sigue la tragicomedia amarilla, el puntual script de la divertida mano que mece esa cuna. El grotesco linchamiento dentro del partido del sol azteca devela que estas lacritas (como dijera un veterano clásico, no tienen remedio) son prodigiosas para permanecer en el ring mediático batiéndose en su original debate, mientras los spin doctors presidenciales hacen su trabajo elevando el volumen de la simpática polarización y, por el otro, bajándoselo a la manzana de la discordia llamada reforma energética.
Sin lugar a dudas, my friend, es imprescindible que Felipe Calderón disminuya el maravilloso bullicio alrededor del ocurrente atraco, aunque en foros más precisos, el mensaje continúa en la misma dirección. Y ahora que el reformón de justicia penal va en camino al Senado, los bombos y platillos federales olvidan que los mentados juicios orales estarán listos y con su listón, si bien nos va, dentro de unos siete u ocho años más.
Mientras tanto, el ambiente en diversas entidades continúa su delicado ascenso en la cifra de ejecutados ante los embates de la organizada delincuencia que se disputan las plazas más codiciadas, como por ejemplo el AICM. Lugar donde en sus alrededores, amable lector, está el epicentro caliente de lo que ha venido sucediendo en la capital gobernada por Marcelo Ebrard, y donde en los últimos meses la SSP, encabezada por Joel Ortega, ha dado golpes medulares a las estructuras de diversos cárteles.
Lo más interesante de los recientes y admirables decomisos es que mientras la autoridad local carece de facultades para terminar las diversas líneas de investigación, en la PGR, de Eduardo Medina Mora, no parece haber good will, prisa ni especial interés en cerrar casos y consignar a los responsables. El caso del ex director de la Policía Judicial capitalina Ricardo McGregor, ligado, según datos puntualmente filtrados, al cártel de Sinaloa justo en medio de una importante incautación en distintas colonias de la ciudad, hoy está en punto muerto o... muerto, punto.
La impunidad federal ha sido eje, en este asunto donde el foro del debate sobre hechos que siguen ocultos bajo siete llaves, una vez más se movió en el terreno de los medios. No hay respuestas jurídicas contundentes sobre la línea de investigación por parte de la PGR que, entre sus múltiples ociosidades, tiene el inédito caso.
Si le agrega, mi estimado, que curiosamente de todos los acontecimientos sobre los flamantes decomisos por parte de la SSPDF que le fueron puntualmente entregados a las autoridades del gobierno de Calderón, tampoco generaron cruces de señales mientras por el otro lado, la organizada delincuencia se encargó, al sentir la presión local, de enviarle un atento saludo a las huestes de Ebrard con el artefacto explosivo de Chapultepec, explicándole a grandes rasgos que, porfa... se abstenga de entrarle al reventón delincuencial donde no tiene VIP pass ya que el arreglón es con the usual suspects federales —que, por cierto, tienen incrustados sus intereses en las áreas colindantes del AICM— hay altos riesgos de más volatilidad.
Ayer finalmente se entregó la estafeta del bombazo a la PGR, no sin antes (escuchar una orquesta mediática de idioteces) tener algunos divertidos pelos de la burra C4 en la mano. Ahora seguirá el turno de Medina Mora & associates para demostrar que pueden llegar a buen puerto con esta muy interesante investigación que ubica centros cardinales en el organigrama del narcotráfico.
Jugar al Tío Lolo en cinco de los seductores casos ocurridos en la capital, de los cuales está perfectamente informada la PGR (and some others), podría comprometer la histérica tonadilla de Los Pinos de ni un paso atrás whatever y el estado es más fuerte y córtalas, córtalas para siempre.
Eduardo deberá dejar el gusto por el micrófono para escupir verdades a medias y deberá ponerse más guapo y aplicarse, porque esta divertida tenebra federal por ambicionar el control, en todos los sentidos, de la capital, apenas calienta motores. Y la administración capitalina, my friend, está poniéndose las pilas, también... en todos los sentidos.
Por la Mirilla
Los alarmantes focos rojos se encendieron por la mera posibilidad, evidenciada en los discursos por parte de los demócratas Obama y Clinton, de que los Estados Unidos se retiren del simpático TLCAN abriéndole la peligrosa puerta a los verdaderos intereses que mueven, siempre, cualquier elección presidencial...
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