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20 febrero 2008

Ahora la SCT: coopelas o cuello

• Pasta de Conchos
• Ganar tiempo…

Esperanza para lo mejor, mi estimado, preparación para lo peor. Hoy se cumplen dos años del trágico accidente en Pasta de Conchos, donde perdieran la vida 65 mineros cuyos cuerpos yacen aún bajo tierra, desencadenando uno de los conflictos más delicados, pero no sólo en el capítulo del tan cacareado Estado de Derecho sino en la vida sindical del país.

La tenebra foxista heredada y revalidada por el gobierno de Felipe Calderón, my friend, que comenzó con una Toma ilegal de Nota a Elías Morales para desconocer el liderazgo de Napoleón Gómez Urrutia, hoy continúa en ese camino de no retorno, en el cual Javier Lozano Alarcón ha confirmado su ya célebre coopelas o cuello.

El titular de la STyPS no sólo se comprometió hace algunas semanas, ante testigos, de arreglarle el tiradero jurídico de 24 accidentados meses a Gómez Urrutia en un lapso de siete días, sino que, al verse balconeado, afloró esa sugestiva hormona (que mata neurona) que, en aras de salvar cara, perdón, cuello, termina contaminando cualquier asunto donde Lozano mete las manos.

Otra simpática prueba de ello, amable lector, es aquel viejo caso, hoy más vigente que nunca, donde Lozano, siendo presidente de la Cofetel en el sexenio de Zedillo, desató un culebrón económico, político y... ¿penal? en la venta de Unefon a Ricardo Salinas Pliego —a quien, por cierto, el responsable de su divertida área de inteligencia, por aquellito de sus gadgets, le maneja mentiras completas— donde la danza de los millones se ha disparado gracias al tacto de paquidermo oriental mostrado por el titular del Trabajo que, con absoluta impunidad en tiempos de Carlos Ruiz Sacristán, fijó sugestivos montos en un cobro indebido de intereses no contemplados en la base de una licitación que derivó de originales amparos que terminaron, ocho años después, dándole la razón jurídica al buen Ricardo (aunque usted no lo crea).

El peligroso problemita, medio resuelto por la SCT de Pedro Cerisola con el pago de 550 millones de pesos adeudando 46 mdp más, heredados a la administración de Felipe Calderón donde Luis Téllez, como la mujer maravilla (dando vueltas y vueltas a lo pendejo) ha evadido cubrir el resto del monto a sabiendas de una orden judicial —léase como desacato, ring fucking bell? — ya desencadenó otro espléndido giro gracias a los consejos (hormonales, of course) de un Lozano Alarcón que, queriendo tapar su frankenstein de ilegalidades donde la ASF tiene maravillosas pruebas de las excesos cometidos, mantiene tensiones innecesarias con la televisora del Ajusco que ha sido tácitamente respaldada por... el consorcio de Chapultepec 18.

El nudo marino para que no se me haga bolas, my dear friend, está en la despótica perversión que se remonta a las prórrogas que la Cofetel, encabezada entonces por Javier, otorgó a Unefon.

La estupenda historia, manejada por Lozano en Los Pinos de acuerdo con sus intereses políticos de las verdades a medias, no está siendo dimensionada por el Gymboree presidencial que de esto no entiende ni madres (ok... de lo demás tampoco) mientras el reloj jurídico sigue su curso en ruta de colisión donde, agregándole gelatina 100% a este coctelito C-4 graduado, Téllez (smart boy) se ha puesto al tiro contra Salinas Pliego negándole la renovación de su concesión de Iusacell (región 9, la más importante del Valle de México) como para demostrar de quién son los chicharrones que truenan.

¡Chingón!

El coopelas o cuello ha llegado, oficialmente, a la SCT que, desacatando órdenes judiciales hace gala, desde otro frente, del término legalidad en el sexenio de Calderón.

Sobre todo hoy, fecha del segundo aniversario de la tragedia en la mina Pasta de Conchos, donde continúan las arbitrariedades de Grupo México con Germán Larrea, donde siguen su curso las complicidades del despacho de la STyPS —manoseando a la JFCA que acaba de perder otro amparo más con respecto a la legalidad de la huelga en Cananea donde hace algunas semanas irrumpiera la fuerza pública para desactivar un conflicto sindical—, y donde se pretende ganar tiempo para que en mayo, fecha en que se llevará a cabo la 35 Convención Nacional del sindicato minero, se arremolinen los caminos políticos sociales en una escalada de confrontación.

Como ve usted, my friend, Javier Lozano Alarcón debería estar completamente orgulloso de endosar el singular modus operandi en todos sus asuntos que, literalmente, están… en chino.

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