ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
DESDE HACE UNOS meses, políticos y empresarios se pasan la voz. Marcando en cierto orden una serie de teclas en sus aparatos de telefonía Nextel, "es imposible que un tercero escuche las conversaciones", se dicen a unos a otros con sigilo compartido. No es así, dice un experto. Incluso ese tipo de comunicaciones denominadas "direct connect", son susceptibles a ser intervenidas, si se cuenta con los aparatos diseñados a tal efecto. No son tan directas tales conexiones, pues.
¿Por qué la psicosis? Pues porque cada vez hay más evidencias de que la Administración ha incrementado sus actividades de espionaje político entre no pocos de sus opositores y, claro, más todavía entre aquellos a los que puerilmente les da carácter de "enemigos".
Y es que, paradójicamente, entre más "avances" tecnológicos se alcanzan, más inseguras se vuelven las llamadas telefónicas. El sistema GSM que ahora presumen los proveedores de telefonía celular es el que menos protege la privacidad de las conversaciones, de acuerdo a los especialistas. Cualquiera que tenga 900 dólares puede comprar un aparato que, con un software gratuito, no sólo escucha, incluso ubica el sitio en el que segundo a segundo se encuentran los aparatos a través de los cuales se entabla la comunicación. Igual sucede con las conversaciones VoIP, esto es, las que se realizan de computadora a computadora.
De la telefonía fija, mejor ni le platico. Si las llamadas podían ser escuchadas en la década de los 60’s colgando "un alambrito", ¡imagínese usted lo que no puede hacerse ahora con o hasta sin la complicidad de los operadores de este servicio!
Descartadas las líneas telefónicas fijas y las celulares para realizar comunicaciones privadas, políticos y empresarios optaron por el servicio de Nextel –caro y no siempre accesible--, pero pronto se dieron cuenta de que también por ahí podrían ser escuchados por el "big brother" gubernamental. Surgió entonces la "invención" de la clave de seguridad, sobre la cual le platicaba líneas arriba. Inútil. También por Nextel los están escuchando, de acuerdo a información que muchos de ellos han obtenido recientemente de parte de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, a quienes se ha asignado ese tipo de tareas "sucias".
Informes fidedignos y ya verificados apuntan que, bajo el manto de la nueva legislación que permite las escuchas telefónicas en casos de sospecha de crimen organizado, desde esa dependencia se lleva a cabo el espionaje político que, cuando era más eficiente, cuando no tenía que subrogar su "chamba" a empresas "patito" recomendadas por la familia Gómez del Campo, llevaba a cabo el CISEN.
Cuando fungía como oposición, Acción Nacional y sus militantes frecuentemente condenaban la práctica del espionaje político. Hoy que ocupan Los Pinos, antes que erradicar tan condenable práctica, la han incrementado.
Entre más espía la Administración, más muestra sus flancos débiles: inseguridad, indecisión, ingobernabilidad.
Por cierto. Lo único que evita que alguien escuche sus llamadas es ¡no usar el teléfono! Si va a hablar bien de los gobernantes (jejeje), hágalo personalmente. No en un restaurante –cuidado con los meseros--. Hágalo de preferencia en la calle.
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