* El académico de la Facultad de Economía de la UNAM, David Ibarra, dijo que el intento parcial de privatizar Petróleos Mexicanos, carece de sustentos técnicos sólidos
* En el cuarto día del Debate Universitario sobre la Reforma Energética, Ignacio Martínez Cortés, de la FCPyS, manifestó la urgencia de implementar una política energética de Estado
* Los recursos del sistema de pensiones podrían utilizarse para financiar a Pemex, propuso el economista Gildardo López
* El profesor de la FQ, Leopoldo Rodríguez, dijo que no se ha reconocido la importancia de contar con sectores estratégicos petroquímicos competitivos
El intento parcial de privatizar Petróleos Mexicanos (Pemex), a fin de allegarse recursos, carece de sustentos técnicos sólidos. Aún con la misma baja tributación del país, el manejo mejorado de los fondos disponibles permitiría satisfacer los requerimientos de capital de la paraestatal, afirmó el académico de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, David Ibarra Muñoz.
Al tomar parte en el Debate Universitario sobre la Reforma Energética, calificó de “falso” que no se cuente con disposición presupuestal para financiar Pemex. También, rechazó el argumento de que si se invierte en la paraestatal se recortará el gasto social, en salud y en educación, porque el presupuesto se formuló sobre la base de 49 dólares el precio del barril de crudo y hoy está por encima de 100.
En una amplia explicación, David Ibarra precisó las diversas fuentes que podrían utilizarse para capitalizar a Pemex. Al tiempo, aseguró que México tiene una de las menores cargas tributarias, pues sólo representa el 11 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en Costa Rica alcanza el 26, en Brasil el 36 y en Noruega casi el 50 por ciento.
El experto intervino en la mesa Política industrial de México y su relación con las finanzas y el régimen fiscal de Petróleos Mexicanos, en el cuarto día de trabajos del Debate, moderada por la directora del Instituto de Biología (IB), Tila María Pérez Ortiz; como relator fungió el director del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), Jorge Basave Kunhardt.
En el auditorio Raoul Fournier Villada de la Facultad de Medicina (FM), el profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), Ignacio Martínez Cortés, manifestó la urgencia de implementar una política energética de Estado, que se constituya como un pilar de la estrategia de competitividad industrial. Por ello, es necesario realizar una planeación conjunta de los sectores eléctrico, petrolero y petroquímico.
Con base en ese esquema, puntualizó, las paraestatales de esta área, garantizarían el suministro suficiente en términos de abasto, calidad, oportunidad y precio competitivo que requiere la industria nacional y, de manera particular, en la petroquímica secundaria.
Asimismo, abundó, se debe establecer un porcentaje creciente para destinar una proporción del adeudo de los recursos no renovables de la nación, hacia la inversión en otros sectores económicos. Además, se debe obligar a que inviertan en desarrollo científico y tecnológico.
Por su parte, el académico de la FE, Gildardo López Tijerina, propuso que los recursos del sistema de pensiones sean utilizados para financiar a Pemex, y lograr así autonomía de gestión para fortalecer todas las áreas. La reforma energética debe concentrarse, sobre todo, en la eliminación de obstáculos fiscales, para que sea una empresa autónoma y ya no se contemple dentro de los ingresos federales, mencionó.
López Tijerina hizo hincapié en la urgencia de un cambio estructural del capital de la paraestatal y, respecto a ello, propuso que la autonomía de gestión se realice en una emisión de dos bonos en dos series: una, suscrita por el gobierno federal y, la segunda, para el inversionista particular. Para ello, reiteró, se podrían aprovechar los recursos del sistema de pensiones, que en 2007 representaron el 12.4 por ciento del PIB.
Contrario a lo que se piensa, destacó, la mayoría de las ventas de Pemex no son exportaciones, pues el 52 por ciento son internas, y a pesar de que es el tercer abastecedor de Estados Unidos, sólo vende materia prima, e importa productos derivados, con lo que “hace el peor negocio del mundo”, al generar empleos en otros países.
En su intervención, el profesor de la Facultad de Química (FQ), Leopoldo Rodríguez Sánchez, señaló que si bien en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en el capítulo de energía y petroquímica, las tres partes negociantes reconocen la importancia de contar con sectores estratégicos petroquímicos, viables y competitivos a nivel internacional; ello aún no es un hecho.
Qué quiere decir en términos de consecuencias prácticas, se preguntó. No se han materializado estos enunciados fundamentales en el nuevo marco de economía de mercado y apertura. Ese vacío sigue existiendo y claramente aún hay una necesidad imperiosa de darle sentido, a través de una nueva política industrial facilitadora, donde en las decisiones de Pemex se apliquen criterios y reglas justas de mercado, sugirió.
Entre los orígenes de estos problemas, concluyó, están las cadenas productivas integradas en el sector público y en el privado, como el caso de Petróleos Mexicanos; asimismo, no se han definido las obligaciones de esta paraestatal como proveedor de las áreas que le competen, por ejemplo, en la petroquímica básica.
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* En el cuarto día del Debate Universitario sobre la Reforma Energética, Ignacio Martínez Cortés, de la FCPyS, manifestó la urgencia de implementar una política energética de Estado
* Los recursos del sistema de pensiones podrían utilizarse para financiar a Pemex, propuso el economista Gildardo López
* El profesor de la FQ, Leopoldo Rodríguez, dijo que no se ha reconocido la importancia de contar con sectores estratégicos petroquímicos competitivos
El intento parcial de privatizar Petróleos Mexicanos (Pemex), a fin de allegarse recursos, carece de sustentos técnicos sólidos. Aún con la misma baja tributación del país, el manejo mejorado de los fondos disponibles permitiría satisfacer los requerimientos de capital de la paraestatal, afirmó el académico de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, David Ibarra Muñoz.
Al tomar parte en el Debate Universitario sobre la Reforma Energética, calificó de “falso” que no se cuente con disposición presupuestal para financiar Pemex. También, rechazó el argumento de que si se invierte en la paraestatal se recortará el gasto social, en salud y en educación, porque el presupuesto se formuló sobre la base de 49 dólares el precio del barril de crudo y hoy está por encima de 100.
En una amplia explicación, David Ibarra precisó las diversas fuentes que podrían utilizarse para capitalizar a Pemex. Al tiempo, aseguró que México tiene una de las menores cargas tributarias, pues sólo representa el 11 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en Costa Rica alcanza el 26, en Brasil el 36 y en Noruega casi el 50 por ciento.
El experto intervino en la mesa Política industrial de México y su relación con las finanzas y el régimen fiscal de Petróleos Mexicanos, en el cuarto día de trabajos del Debate, moderada por la directora del Instituto de Biología (IB), Tila María Pérez Ortiz; como relator fungió el director del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), Jorge Basave Kunhardt.
En el auditorio Raoul Fournier Villada de la Facultad de Medicina (FM), el profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), Ignacio Martínez Cortés, manifestó la urgencia de implementar una política energética de Estado, que se constituya como un pilar de la estrategia de competitividad industrial. Por ello, es necesario realizar una planeación conjunta de los sectores eléctrico, petrolero y petroquímico.
Con base en ese esquema, puntualizó, las paraestatales de esta área, garantizarían el suministro suficiente en términos de abasto, calidad, oportunidad y precio competitivo que requiere la industria nacional y, de manera particular, en la petroquímica secundaria.
Asimismo, abundó, se debe establecer un porcentaje creciente para destinar una proporción del adeudo de los recursos no renovables de la nación, hacia la inversión en otros sectores económicos. Además, se debe obligar a que inviertan en desarrollo científico y tecnológico.
Por su parte, el académico de la FE, Gildardo López Tijerina, propuso que los recursos del sistema de pensiones sean utilizados para financiar a Pemex, y lograr así autonomía de gestión para fortalecer todas las áreas. La reforma energética debe concentrarse, sobre todo, en la eliminación de obstáculos fiscales, para que sea una empresa autónoma y ya no se contemple dentro de los ingresos federales, mencionó.
López Tijerina hizo hincapié en la urgencia de un cambio estructural del capital de la paraestatal y, respecto a ello, propuso que la autonomía de gestión se realice en una emisión de dos bonos en dos series: una, suscrita por el gobierno federal y, la segunda, para el inversionista particular. Para ello, reiteró, se podrían aprovechar los recursos del sistema de pensiones, que en 2007 representaron el 12.4 por ciento del PIB.
Contrario a lo que se piensa, destacó, la mayoría de las ventas de Pemex no son exportaciones, pues el 52 por ciento son internas, y a pesar de que es el tercer abastecedor de Estados Unidos, sólo vende materia prima, e importa productos derivados, con lo que “hace el peor negocio del mundo”, al generar empleos en otros países.
En su intervención, el profesor de la Facultad de Química (FQ), Leopoldo Rodríguez Sánchez, señaló que si bien en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en el capítulo de energía y petroquímica, las tres partes negociantes reconocen la importancia de contar con sectores estratégicos petroquímicos, viables y competitivos a nivel internacional; ello aún no es un hecho.
Qué quiere decir en términos de consecuencias prácticas, se preguntó. No se han materializado estos enunciados fundamentales en el nuevo marco de economía de mercado y apertura. Ese vacío sigue existiendo y claramente aún hay una necesidad imperiosa de darle sentido, a través de una nueva política industrial facilitadora, donde en las decisiones de Pemex se apliquen criterios y reglas justas de mercado, sugirió.
Entre los orígenes de estos problemas, concluyó, están las cadenas productivas integradas en el sector público y en el privado, como el caso de Petróleos Mexicanos; asimismo, no se han definido las obligaciones de esta paraestatal como proveedor de las áreas que le competen, por ejemplo, en la petroquímica básica.
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