Por: Eduardo Ibarra Aguirre
Remover a Santiago Creel Miranda de la coordinación de los senadores de Acción Nacional, en pleno debate sobre el presente y el futuro de Petróleos Mexicanos como la joya de la corona de la economía, equivale sin hipérbole a un cambio de caballo a mitad de un caudaloso río y a cargo de un jinete inexperto.
La soberbia con la que procedió Germán Martínez Cázares, sin duda a nombre del grupo gobernante de cuyo primer círculo forma parte destacada, pone en relieve la concepción burocrática que el dirigente del panismo tiene de éste.
Evidencia también la pequeñez humana e intelectual de los que se escudan en una legalidad partidaria e institucional, en este caso bastante retorcida y atropellada, para reforzar posiciones grupales, castigar a los que perdieron la contienda interna para seleccionar al candidato panista a la Presidencia de la República, en una jornada llena de irregularidades al mejor estilo del “Haiga sido como haiga sido”, y no se plegaron a los modos políticos tan excluyentes como autoritarios que significan a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y sus proyectos gubernamentales, a los que se disciplinó el senador del Distrito Federal.
La ejemplar institucionalidad con que se desempeñó Creel, tras la discutible derrota en las urnas panistas, tarde pero la pagó al entregar las riendas blanquiazules a Gustavo Enrique Madero Muñoz “para reposicionar” y “dar nuevo aliento” al paquete de iniciativas de ley de Calderón Hinojosa para abrir todavía más la paraestatal a la inversión de las trasnacionales de la energía.
Las razones aducidas por Martínez Cázares provocan hilaridad. Más aún si se confrontan con el nuevo coordinador parlamentario que en sus primeras actuaciones mostró talante autoritario al descalificar a un colega que no formuló la pregunta al gusto de sus castos oídos, frivolizó como el inolvidable Vicente Fox Quesada el debate senatorial con ocurrencias que no logran ocultar una trayectoria de tecnócrata con sensibilidad política de paquidermo.
Por más que para los dueños de Televisa y de Televisión Azteca sea de su agrado Madero Muñoz, a diferencia del veto que mantenían contra el exsecretario de Gobernación que los benefició con licencias de juego pero se deslindó inequívocamente al legislar sobre propaganda electoral, el licenciado en ciencias de la comunicación no les garantiza materia prima para sus campañas y barras (des)informativas.
Entre los factores que influyeron en la grosera destitución de Creel Miranda, no debe omitirse su colocación a la cabeza de los precandidatos presidenciales del panismo. Mas el país está muy confrontado políticamente y polarizado en exceso socialmente, el desbordamiento del crimen organizado es tan preocupante que el miedo y la incertidumbre se apoderan de muchos, entonces resultan frívolos los ejercicios de medir las preferencias ciudadanas, cuando nadie puede garantizar que el 1 de julio de 2012 México elegirá de manera normal presidente, diputados y senadores de la República.
Tampoco es omitible que en un acto que lo aleja de la doble moral en que se desenvuelven los dirigentes del PAN, Santiago Creel reconoció públicamente la paternidad sobre la niña Constanza Creel González de cuatro años de edad y no oculta -como Diego Fernández de Cevallos- su noviazgo formal con la veinteañera Paulina Velasco Salcido.
La ovación con la que el senador fue reconocido por la Comisión Permanente del Congreso y su ausencia en la visita de Estado del michoacano a España, indican que el decoro aún existe entre algunos políticos profesionales y que éste es el primer capítulo de una historia sin desenlace todavía, pero respecto de la cual el grupo gobernante pagará caro y a cargo de la llamada reforma energética del oficialismo que ya hace agua por todos lados.
Remover a Santiago Creel Miranda de la coordinación de los senadores de Acción Nacional, en pleno debate sobre el presente y el futuro de Petróleos Mexicanos como la joya de la corona de la economía, equivale sin hipérbole a un cambio de caballo a mitad de un caudaloso río y a cargo de un jinete inexperto.
La soberbia con la que procedió Germán Martínez Cázares, sin duda a nombre del grupo gobernante de cuyo primer círculo forma parte destacada, pone en relieve la concepción burocrática que el dirigente del panismo tiene de éste.
Evidencia también la pequeñez humana e intelectual de los que se escudan en una legalidad partidaria e institucional, en este caso bastante retorcida y atropellada, para reforzar posiciones grupales, castigar a los que perdieron la contienda interna para seleccionar al candidato panista a la Presidencia de la República, en una jornada llena de irregularidades al mejor estilo del “Haiga sido como haiga sido”, y no se plegaron a los modos políticos tan excluyentes como autoritarios que significan a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y sus proyectos gubernamentales, a los que se disciplinó el senador del Distrito Federal.
La ejemplar institucionalidad con que se desempeñó Creel, tras la discutible derrota en las urnas panistas, tarde pero la pagó al entregar las riendas blanquiazules a Gustavo Enrique Madero Muñoz “para reposicionar” y “dar nuevo aliento” al paquete de iniciativas de ley de Calderón Hinojosa para abrir todavía más la paraestatal a la inversión de las trasnacionales de la energía.
Las razones aducidas por Martínez Cázares provocan hilaridad. Más aún si se confrontan con el nuevo coordinador parlamentario que en sus primeras actuaciones mostró talante autoritario al descalificar a un colega que no formuló la pregunta al gusto de sus castos oídos, frivolizó como el inolvidable Vicente Fox Quesada el debate senatorial con ocurrencias que no logran ocultar una trayectoria de tecnócrata con sensibilidad política de paquidermo.
Por más que para los dueños de Televisa y de Televisión Azteca sea de su agrado Madero Muñoz, a diferencia del veto que mantenían contra el exsecretario de Gobernación que los benefició con licencias de juego pero se deslindó inequívocamente al legislar sobre propaganda electoral, el licenciado en ciencias de la comunicación no les garantiza materia prima para sus campañas y barras (des)informativas.
Entre los factores que influyeron en la grosera destitución de Creel Miranda, no debe omitirse su colocación a la cabeza de los precandidatos presidenciales del panismo. Mas el país está muy confrontado políticamente y polarizado en exceso socialmente, el desbordamiento del crimen organizado es tan preocupante que el miedo y la incertidumbre se apoderan de muchos, entonces resultan frívolos los ejercicios de medir las preferencias ciudadanas, cuando nadie puede garantizar que el 1 de julio de 2012 México elegirá de manera normal presidente, diputados y senadores de la República.
Tampoco es omitible que en un acto que lo aleja de la doble moral en que se desenvuelven los dirigentes del PAN, Santiago Creel reconoció públicamente la paternidad sobre la niña Constanza Creel González de cuatro años de edad y no oculta -como Diego Fernández de Cevallos- su noviazgo formal con la veinteañera Paulina Velasco Salcido.
La ovación con la que el senador fue reconocido por la Comisión Permanente del Congreso y su ausencia en la visita de Estado del michoacano a España, indican que el decoro aún existe entre algunos políticos profesionales y que éste es el primer capítulo de una historia sin desenlace todavía, pero respecto de la cual el grupo gobernante pagará caro y a cargo de la llamada reforma energética del oficialismo que ya hace agua por todos lados.
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