En los discursos oficiales de los inventores, gestores y otros administradores mundiales de la globalización comercial capitalista, podemos escuchar los lemas: «libertad de comercio, libertad de empresa, fuera las barreras aduaneras, libre competividad comercial empresarial, no al estado regulador y controlador, a fuera la intervención estatal» y muchas otras por el estilo. Pero la verdad es que al momento que dejamos competir un campesino brasileño con un agricultor norteamericano, el primero produce más y a menor costo y entonces el gobierno de los EEUU ayuda económicamente a su gente. Es decir cuando esto les conviene solamente, hablan de globalización.
Ver las investigaciones del Proyecto Censurado 2006 y publicadas en 2007.
Después de casi cinco años de negociaciones comerciales globales, el 24 de julio de 2006 colapsaron las conversaciones en las reuniones de la Organización Mundial de Comercio (OMC), quizás permanentemente, dicen algunos analistas económicos. En enero de 2007, los ministros de comercio de EEUU, la Unión Europea (UE), Brasil, India, Japón y Australia dijeron que seguían desesperadamente estancados, sobre todo en la discusión aplicable al comercio de productos agrícolas.
Los negociadores de EEUU culparon de la interrupción a la UE, a la India y a Japón por frustrar la apertura de los mercados sin restricciones a los productos agrícolas. [1] Lo que no cubrieron los grandes medios en ningún análisis fue el contenido de la negociación, qué ofrecían exactamente los países implicados y qué esperaban en retribución. Para la administración Bush fue de extrema importancia exigir que EEUU recibiera inmunidad ante posibles pleitos de los países pobres antes de que expiraran –a finales de junio de 2007– las facultades especiales de «fast track» para las negociaciones comerciales aceleradas que busca Bush.
En una oferta de última hora, que no estaba incluida en la agenda original, EEUU insistió repentinamente en que todos los acuerdos comerciales incluyeran una cláusula especial llamada «Cláusula de la Paz» que le otorgaría inmunidad al uso de subsidios ilegales a la agricultura en caso de reclamos judiciales de los países afectados. Entre 1994 y 2003, tal «cláusula de la paz» ha negado a los países pobres cualquier recurso legal contra el «dumping» de productos agrícolas baratos que ha devastado a sus comunidades agrícolas.
De acuerdo con ONGs internacionales, tales como Oxfam International, la «cláusula de la paz» otorga rienda libre a los países ricos como EEUU y la UE para seguir proporcionando enormes subsidios a sus granjeros.
Tales prácticas benefician las economías de naciones que ya son ricas, mientras que perjudican a las comunidades agrícolas de las naciones más pobres.
Según el Informe 2003 de Oxfam, 38 países pobres o en vías de desarrollo han sufrido una competencia injusta como resultado de los subsidios ilegales en EEUU y la UE.
Los acontecimientos que siguieron a la expiración de estas protecciones legales explican claramente por qué EEUU estaba tan impaciente por reintroducir una nueva versión de la «cláusula de la paz» (y por qué fue propuesta tan rápidamente). Y es que después de su expiración en 2003, Brasil llevó a EEUU a la corte de la OMC, reclamando que los subsidios de EEUU a su algodón habían deprimido los precios mundiales, lastimando a los productores de algodón de Brasil y del resto del mundo. ¡Y Brasil ganó!
En 2005, la OMC aceptó la acusación de Brasil, exigiendo que EEUU interrumpiera inmediatamente su distribución de subsidios agrícolas ilegales. El temor a que otros países en desarrollo inicien sus propios juicios, condujo a los negociadores de EEUU a reintroducir una propuesta para restablecer las protecciones que disfrutaron bajo la «cláusula de la paz».
Más recientemente, después que en julio de 2006 colapsó la ronda de conversaciones de comercio de Doha, Canadá pidió a la OMC reponer los cargos porque EEUU continuaba utilizando subsidios agrícolas ilegales y «distorsionadores del comercio». El foco de las acusaciones se centró en el pago de subsidios a los granjeros estadounidenses del maíz, pero también fue un desafío a todo nivel total a los subsidios agrícolas de EEUU. Éste ha sido el desafío más significativo a la estructura de subsidios agrícolas de EEUU desde que la OMC enviara la señal favorable a Brasil en 2005.
En junio de 2007, el gobierno canadiense pidió a la OMC que estableciera un panel de conflicto para investigar su acusación. Bajo las reglas de la OMC, EEUU puede proporcionar hasta 19.100 millones de dólares anuales en subsidios que se consideran distorsionadores del comercio. Canadá asegura que EEUU ha roto las reglas cada año, desde 1999 a 2005, excepto en 2003.
Gretchen Hamel, portavoz de los representantes comerciales de EEUU, parloteó sobre la posición tomada previamente por los funcionarios de estadounidenses que manejaron el conflicto con Brasil. «Negociación, no pleito –dijo–, es el camino para la remoción de las distorsiones comerciales en agricultura y mejorar las oportunidades para los granjeros y los productores de todo el mundo». [2]
EEUU dice que necesita renovar la cláusula de la paz para protegerse contra los pleitos mientras «está en el proceso de reducir sus subsidios que distorsionan el comercio». Pero Oxfam observó que las propuestas incluidas en la nueva cláusula de la paz realmente permitirían que EEUU aumentara sus subsidios a la agricultura inferiores a 20 mil millones de dólares a casi 23 mil millones. La propuesta de la UE le permitiría aumentar los subsidios agrícolas desde 23 mil millones a 33 mil millones de dólares.
Los países pobres, que carecen de excedentes para subsidiar los déficits de rentabilidad de sus agricultores, tampoco tendrían ninguna ayuda global como para responder, ningún poder económico y ninguna posibilidad de reclamos legales.
Fuentes:
Oxfam International, June 29, 2006
Título: “US Seeks ‘Get-Out Clause’ for Illegal Farm Payments”
http://www.oxfam.org/
Financial Times UK, January 9 2007
Título: “Canada Launches WTO Case on US Subsidies”
Autor: Eoin Callan
http://www.ft.com/
Estudiante investigador: Cedric Therene
Evaluador en Negocios Internacionales: Tim Ogburn
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