Por Enrique Cisneros Luján
La realización de las consultas que se efectuarán en todo el país y que se inician este domingo 27 en la capital, deben de ser entendidas como un medio de lucha y organización y no un fin, en el que al terminar el 24 de agosto, se almacenen los resultados y no haya cambios.
Es claro que las consultas serán favorables a las posiciones que se niegan a la privatización de PEMEX, como lo fueron los foros que terminan hoy 22 de julio, pero no deben de ser entendidos como trámites burocráticos sino como medios de organización, difusión, articulación y acción.
Así fue la consulta zapatista que se realizó en 1995, un año y medio después de que se inició el levantamiento armado. Ante la cerrazón del estado que quería que el movimiento “se pudriera” y que a nivel nacional se olvidara la lucha de los zapatistas ellos realizaron una consulta que les sirvió como método de difusión de su lucha, además de organización. Lo mismo sucedió con las consultas que promovió el CGH de la UNAM en 99-2000: junto a la acción de consultar, los universitarios se movilizaron para enfrentar la inminente represión que ya preparaba el gobierno federal. Esta consulta sirvió para enfrentar esa ofensiva y para entrar fortalecidos a un período de resistencia.
Habrá que ver cuál es la propuesta del López-obradorismo respecto a las consultas que inician este domingo: se quedan en acciones declarativas en que los “buenos” denuncian que serán agandallados por los “malos” o se traducen en acción concreta desde ¡ya!, antes de que los panistas, como lo hicieron con la Ley del ISSSTE o las modificaciones a la Ley de IMSS, impongan los cambios constitucionales para justificar lo que ya hacen en los hechos.
Tan sólo hace unos días se anunció que salieron a la luz 108 contratos de Mouriño y sus 40 ladrones, lo que muestra que la clase dominante no esperará a que se aprueben cambios y trámites, ellos ya están en el negocio de los energéticos mexicanos, aunque no sean constitucionales.
La clase dominante no espera: ellos tienen que avanzar en privatizar PEMEX y ya lo están haciendo, más allá de debates y consultas. Pero si junto a esos ejercicios donde pueda participar la gente, se dan alternativas de acción, que vayan más allá de escoger en un papel un si o un no, entonces, sólo hasta entonces se limitarán en sus ansias de corrupción y de especulación.
Por ello afirmamos que la consulta no es un medio, como un partido de futbol que habrá que ganar, sino un medio dirigido a la acción política. Va llegando el tiempo de las definiciones y es preciso que todos los mexicanos y mexicanas honestas, democráticas, revolucionario, velen armas para la realización de acciones más contundentes.
A prepararse para los cierres de carreteras, “visitas de cortesía” a los centros de poder de la burguesía, bloqueo de aeropuertos, hostigamiento y auto defensa ante los grupos represivos del estado y muchas más. Estas acciones de resistencia civil pacífica deben de ir acompañadas con programas organizativos que les den alternativas reales de participación a los que se comprometan, sobre todo con aquellos que se inician en la lucha y que van a ser millones pues la crisis económica golpea cada vez más fuerte a los de abajo y motiva a mucha gente a luchar.
Antes, durante y después de la consulta, usémosla para avanzar, para organizar, como un medio de acercamiento y articulación de las luchas y las organizaciones, más allá de dirigentes a quienes les surge el celo político cada vez que sus agremiados se acercan a otras luchas y formas de organización.
Es indiscutible que las luchas del pueblo mexicano se van a radicalizar pronto, sea pues la consulta un medio para seguir avanzando y deteniendo en los hechos a los cínicos, corruptos y vendepatrias que están en el gobierno.
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