El presidente Evo Morales inauguró el pasado 15 de julio la construcción de la planta separadora de líquidos en el campo petrolero Río Grande, ubicado en la provincia Cordillera del departamento de Santa Cruz, y aseguró que su producción permitirá no sólo abastecer el mercado interno, sino exportar Gas Licuado de Petróleo (GLP).
En el acto, el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Santos Ramírez, y el presidente de la empresa Catler Uniservice S.R.L., Agustín Melano, suscribieron el contrato para la edificación de la planta.
La construcción de la misma demandará una inversión de 86 millones de dólares y tendrá una capacidad de producción de 260 toneladas de GLP por día y 450 barriles de gasolina natural.
Morales indicó que la producción de esta planta, que es la más grande del país, permitirá por primera vez la exportación de GLP luego de abastecer el mercado interno.
El ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, calificó el día como histórico, porque hasta la fecha el país vendía gas rico a un precio de gas pobre sin ninguna “compasión” de si mismo debido a que no existían estrategias gubernamentales que le den a Bolivia un futuro energético.
La autoridad se refería a la actual exportación a Brasil y Argentina, en la que en junto al gas natural se vende GLP y gasolina natural y otros energéticos. Con la planta separadora de líquidos eso ya no ocurrirá.
De su parte, el presidente de la estatal petrolera, Santos Ramirez, indicó que gracias a la lucha del pueblo boliviano en la actualidad el país tiene la potestad de decidir en el marco de un nuevo escenario en el sector hidrocarburífero y fundamentalmente en el aspecto económico.
“Hoy podemos decir que la nacionalización ingresa a cada hogar, prefectura, municipio, universidad a sentar soberanía y dignidad para cada uno de los bolivianos”, dijo Ramirez.
En ese contexto, el presidente Morales añadió que según los técnicos de YPFB la planta separadora de líquidos debió construirse hace ocho o diez años y lamentó las políticas energéticas de sus antecesores.
La planta tendrá una vida útil de 20 años y estará en condiciones de entrar en funcionamiento dentro de 340 días, según se informó.
Además, representará un incremento de los dividendos que el país recibe por la exportación del gas y mejorará sustancialmente los ingresos nacionales como de las regiones productoras.
De seguro, dijo Morales, esa planta separadora de líquidos causará celos en las empresas de la región, pero es una obligación del Gobierno de resolver “nuestros problemas” y no depender de transnacionales y de países vecinos.
“Es obligación de las autoridades dejar la dependencia a nivel internacional”, aseveró el Jefe de Estado.
El Gobierno estableció que dentro de la gestión e implementación del proyecto, la empresa Catler Uniservice se hará cargo del desarrollo de las fichas y estudios ambientales complementarios a los ya existentes.
Se contratará, además, a una consultora para el seguimiento del proyecto durante la construcción hasta el arranque y puesta en marcha de la planta.
Maf/Dgav ABI
En el acto, el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Santos Ramírez, y el presidente de la empresa Catler Uniservice S.R.L., Agustín Melano, suscribieron el contrato para la edificación de la planta.
La construcción de la misma demandará una inversión de 86 millones de dólares y tendrá una capacidad de producción de 260 toneladas de GLP por día y 450 barriles de gasolina natural.
Morales indicó que la producción de esta planta, que es la más grande del país, permitirá por primera vez la exportación de GLP luego de abastecer el mercado interno.
El ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, calificó el día como histórico, porque hasta la fecha el país vendía gas rico a un precio de gas pobre sin ninguna “compasión” de si mismo debido a que no existían estrategias gubernamentales que le den a Bolivia un futuro energético.
La autoridad se refería a la actual exportación a Brasil y Argentina, en la que en junto al gas natural se vende GLP y gasolina natural y otros energéticos. Con la planta separadora de líquidos eso ya no ocurrirá.
De su parte, el presidente de la estatal petrolera, Santos Ramirez, indicó que gracias a la lucha del pueblo boliviano en la actualidad el país tiene la potestad de decidir en el marco de un nuevo escenario en el sector hidrocarburífero y fundamentalmente en el aspecto económico.
“Hoy podemos decir que la nacionalización ingresa a cada hogar, prefectura, municipio, universidad a sentar soberanía y dignidad para cada uno de los bolivianos”, dijo Ramirez.
En ese contexto, el presidente Morales añadió que según los técnicos de YPFB la planta separadora de líquidos debió construirse hace ocho o diez años y lamentó las políticas energéticas de sus antecesores.
La planta tendrá una vida útil de 20 años y estará en condiciones de entrar en funcionamiento dentro de 340 días, según se informó.
Además, representará un incremento de los dividendos que el país recibe por la exportación del gas y mejorará sustancialmente los ingresos nacionales como de las regiones productoras.
De seguro, dijo Morales, esa planta separadora de líquidos causará celos en las empresas de la región, pero es una obligación del Gobierno de resolver “nuestros problemas” y no depender de transnacionales y de países vecinos.
“Es obligación de las autoridades dejar la dependencia a nivel internacional”, aseveró el Jefe de Estado.
El Gobierno estableció que dentro de la gestión e implementación del proyecto, la empresa Catler Uniservice se hará cargo del desarrollo de las fichas y estudios ambientales complementarios a los ya existentes.
Se contratará, además, a una consultora para el seguimiento del proyecto durante la construcción hasta el arranque y puesta en marcha de la planta.
Maf/Dgav ABI
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