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21 noviembre 2006

Inicia el gobierno del Presidente Legítimo de la mano de la Revolución de la conciencia



Lunes de un fin de semana extendido, día festivo. El 20 de noviembre amanecía con un rostro distinto al del recordar únicamente el aniversario de la Revolución Mexicana. Hace 96 años la lucha en nuestras tierras daba un cambio importante al país, que derivaría incluso años más tarde en la Constitución de 1917. Un proceso que en su momento los extraños quisieron frenar a como diera lugar, pero que finalmente el pueblo sacó a flote.




El sol hoy no revelo su rostro, le cedió el honor al sol de la política mexicana en los años más recientes. La ciudad de la esperanza con un clima frío por momentos congelaba la mirada de los adversarios y es que sí, nuevamente, el apoyo del pueblo fue total al humilde tabasqueño que encabeza el movimiento que ha de transformar el país. No era ya solo conmemorar la revolución de hace tiempo, era llegar al Zócalo de la capital de México puntualmente para iniciar la nueva revolución: la de las conciencias.



El frío que seguía y parecía no ceder a un evento multitudinario que por los medios ultraderechosos ya habían “diagnosticado” como la tumba y suicidio del candidato “derrotado” de la coalición Por el bien de todos. Pero una vez más quien tuvo la última palabra fue el pueblo de México, ese mismo pueblo que por siglos ha clamado desde su interior por la liberación de la mano represora.




El escenario no podía ser mejor, el águila republicana en el fondo, de plata fina que de inmediato robaba las miradas de todos y la cortina en vino muy elegante. En medio de tanta gente tratando de acercarnos lo más adelante posible mi carnal Pepe de Jalisco y su servidor repartíamos los volantes “IV República” y la gente los recibía y leía con detenimiento. Fue cuando ya teníamos buen ángulo y lugar para tomar video y fotos que una llamada telefónica de los bloggeros nos anunciaba que podíamos acceder a otra área más cercana al templete para hacer la cobertura.



Y así fue. Estuvimos celebrando dentro del mismo discurso del Presidente Legítimo que tomaba protesta, atentos y comentando lo que decía, asombrados de la gran cantidad de prensa que acudió para cubrir la nota, impactados del entusiasmo de chicos y grandes y olvidando el frío. Algunos pensaban por momentos que el movimiento menguaría, sea por poca fe, por falta de seguridad, por las notas de los medios vendidos, no falto quien pusiera en duda el poder de nuestro movimiento. Pero eso quedo a un lado cuando minutos después de las 5 de la tarde la voz del Presidente Legítimo de México nuevamente se escuchaba en el horizonte. Como introducción el himno nacional, la entrega de un pergamino, colocarle el símbolo del gobierno y Rosario Ibarra colocándole la banda presidencial...




“Protesto cumplir y hacer cumplir la constitución general de la república desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente legítimo de México. Me comprometo a proteger los derechos de los mexicanos. A defender el patrimonio y la soberanía nacional y procurar la felicidad del pueblo. Y si así no lo hiciere que la nación me lo demande.”



El rostro del mexicano que rendía protesta resplandecía de una nostalgia única, emoción, cariño y amor por una multitud que nuevamente se entregó a él, como él lo hizo con nosotros. No importaba el lugar donde estuvieras, podías respirar hasta de modo distinto, se libero una tensión que había impuesta por los adversarios pero que no prosperó. En mi experiencia pensaba el “como hubiese sido” si no hubiera habido fraude y siento que si bien se hubiera dado apoyo, no sería conjugando tantos sentimientos y emociones a la vez.



El México de hoy no solo celebra también inaugura una nueva etapa en su historia. De un fraude surge un esfuerzo y lucha que no hubieran surgido sin él, no es agradecer ese hecho, sino asumirlo como algo positivo, no hemos rendido los brazos y nunca lo haremos. Ahora los mexicanos están más alertas, decididos a identificar al adversario e impedir sigan los despojos. Y aquí, con todos estos ingredientes México es donde nace la Cuarta República y en ella inscrito el nombre de Andrés Manuel López Obrador.

2006-2012 Andrés Manuel López Obrador

2000-2006 Vicente Fox Quesada
1994-2000 Ernesto Zedillo Ponce de León
1988-1994 Carlos Salinas de Gortari
1982-1988 Miguel de la Madrid Hurtado
1976-1982 José López Portillo y Pacheco
1970-1976 Luis Echeverría Álvarez
1964-1970 Gustavo Díaz Ordaz
1958-1964 Adolfo López Mateos
1952-1958 Adolfo Ruíz Cortines
1946-1952 Miguel Alemán Valdés
1940-1946 Manuel Ávila Camacho
1934-1940 Lázaro Cárdenas del Río
1932-1934 Abelardo L. Rodríguez
1930-1932 Pascual Ortiz Rubio
1928-1930 Emilio Portes Gil
1924-1928 Plutarco Elías Calles
1920-1924 Álvaro Obregón
1920 Adolfo de la Huerta
1915 Roque González Garza
1915 Francisco Lagos Cházaro
1914-1920 Venustiano Carranza
1914-1915 Eulalio Gutiérrez
1914 Francisco S. Carvajal
1913-1914 Victoriano Huerta Ortega
1913 Pedro Lascuráin Paredes
1911-1913 Francisco I. Madero
1911 Francisco León de la Barra
1884-1911 Porfirio Díaz


Desde el costado derecho, así se veía el templete con el águila republicana sobresaliendo.

La bandera nacional testigo fiel de este evento histórico.


El pueblo de México reconociendo al Presidente Legítimo en el Zócalo capitalino.


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