No cabe duda que la manifestación revolucionaria venezolana del sábado 2 de junio, fue una lluvia majestuosa de argumentos contundentes para disuadir -por ahora- a los golpistas. Argumento revolucionario, racional, democrático y arrollador para frenar las fiebres desestabilizadoras. No hay duda. Pero no hay garantías. Siguen en pie las amenazas y las canalladas.
No son pocos los interesados en el negocio de descarrilar la Revolución Venezolana. Los hay de todo tipo, de adentro y de afuera. No son pocos los deseosos y no son pocos los activistas de la traición. Corren de un lado a otro, buscan y rebuscan argumentos legaloides, politiqueros y revanchistas. La democracia revolucionaria nueva les ha dolido en lo más profundo porque nunca tomaron en serio que se cumpliría el mandato popular que, a través de las leyes, determina qué se hace con los recursos soberanos. Se los prometió la voz popular y Chávez se los cumplió. Y aun ahora no pueden creerlo.
Da la impresión (al menos en ciertas esferas) de que “amainaron” aquellas puñaladas mediáticas que tuvieron sus puntos de raiting momentáneos gracias a la solidaridad de los cómplices oligarcas mass media que, en el mundo entero, lloraron lágrimas de cocodrilo ante los negociados perdidos. Da la impresión de que se “retraen” las arremetidas y que se pausan las groserías. Parecería que el tiempo cura las penas burguesas y que acostumbrados a olvidarlo todo (matanzas, represión, hurto, saqueo, explotación, golpes de estado…) los oligarcas se refugian en sus reductos y hacen balance de pérdidas definitivas. Alguien piensa que ya se quedarán quietos. ¡Nada de eso! No podemos ser ingenuos.
En cualquier momento saltaran las “novedades”. Vendrán como hienas doloridas a rescatar lo “perdido” y vendrán por más, de seguro. Ya se prometen venganzas y “lecciones imborrables”. Juran que “esto no se queda así”… que “esto aquí no acaba”. Ya se pactan fidelidades internacionales renovadas. Ya se reacomodan en el escenario y hacen sus ahorros para financiar, con donativos jugosos venidos de intereses muy diversos, un intento nuevo de golpismo, desestabilización e injerencismo burgués contra la Revolución Venezolana. ¿Hay alguien que no se percate? ¿Hay alguien que no lo crea? Ellos estudian nuestras debilidades, día y noche. Ellos a estas horas infiltran a sus agentes aquí y allá. Los disfrazarán, si fuese necesario, de corderos “revolucionarios” para que, llegada la hora, suelten la puñalada traicionera. Ellos estudian minuciosamente las debilidades. Nosotros, a veces, no somos capaces de ventilar abiertamente, fraternalmente, solidariamente la crítica y la auto-crítica… y eso es suicida.
13 debilidades (habidas y por haber) para atender de inmediato:
- Debilidad en materia filosófico-política. El Estado y la Comunicación: La Revolución Venezolana cuenta asimétricamente de su lado, con algunos Medios de Comunicación del Estado y con medios solidarios organizados de manera diversa. No cuenta con una Política Revolucionaria de Estado en Materia de Comunicación y, ni sus Ministerios ni sus Especialistas han podido, hasta ahora, consensuar una agenda política internacional que someta, por un lado a escrutinio sistematizado y popular el papel golpista y alienante de los mass media dentro y fuera de Venezuela; y por otro lado qué hacer para gestar una Revolución de la Comunicación que impulse al Socialismo como fuerza proletaria internacionalista. (con perdón de muchas grandes contribuciones)
- Debilidad en la convocatoria: El Estado y la Comunicación: hace falta construir el gran foro filosófico-político internacionalista que construya de manera abierta, dinámica y consensuada las definiciones transicionales con que debe trabajar el Estado en materia de Comunicación en el corto, mediano y largo plazo. Un Consejo Consultivo Internacional con Movimientos Sociales de Base y con resultados medibles de inmediato.
- Debilidad en la formación de cuadros: Hace falta una gran Escuela Nacional de Cuadros para la Comunicación Revolucionaria que se disponga a formar, de una vez por todas, una generación naciente de comunicadores internacionalistas armados con una agenda mundial y una Política de Estado Revolucionario al servicio del Socialismo en todo el planeta. Escuela para la intervención inmediata en la transformación a fondo de la conciencia revolucionaria, su ascenso irrefrenable en la lucha a muerte contra la alienación y el capitalismo.
- Debilidad en la reordenación de medios: Hace falta un debate nacional (e internacional) sobre la propiedad privada de los Medios de Comunicación, las contradicciones y peligros que esto acarrea. Debate sobre las formas y los contenidos. Debate en las escuelas primarias, las secundarias, las universidades, las sobremesas, las oficinas… un debate que prevea por dónde vendrán las agresiones y de dónde saldrán los intereses que financiarán las nuevas arremetidas oligarcas contra Venezuela. Si ese debate no está en manos de los campesinos, los obreros, los estudiantes y trabajadores todos se corren muchos riesgos innecesarios.
- Debilidad ante el desarrollo tecnológico: Es preciso estudiar, cuestionar y aniquilar la dependencia tecnológica en las formas de comunicación burguesas. Salir cuanto antes de los medios y los modos que ellos imponen para complementar la vida comunicacional de los pueblos con acciones diversas, modalidades y mediaciones distintas capaces de idear, cambiar y/o reponer otras maneras de comunicación social aniquiladas por el aparato capitalista dominante.
- Debilidad en tácticas narrativas: Es urgente un Consejo Consultivo para la Comunicación con delegados permanentes de los movimientos sociales de base que haga suya la defensa de las conquistas Revolucionarias y el debate junto a la colaboración para diseñar tácticas y estrategias no sólo de defensa sin de crecimiento y consolidación de las experiencias mejores que el proceso revolucionario mundial ha venido ganando.
- Debilidad en las políticas administrativas: Es necesario frenar el desorden conceptual y administrativo en materia se acción Comunicativa, nos carcome el empirismo y la falta de conocimiento científico sobre la realidad mundial y las luchas. Es necesario cerrar el paso a toda forma de infiltración burocrática, conformista y mojigata que no esté dispuesta a llamar las cosas por su nombre y a combatir al capitalismo en todas su variedades y escondites. Frenar las manías subterráneas de esos funcionalistas y/o estructuralistas burgueses que acarician con codicia mercantil el “sueño de Goebels” para perfeccionar los métodos de manipulación de las conciencias. Todo Ministerio dedicado, directa e indirectamente a la Comunicación y a la Cultura debe ser un motor para la liberación de la conciencia y asegurarse escrupulosamente de no ser un repetidor de fórmulas gastadas. Eso implica haber perdido una parte fundamental de la batalla.
- Debilidad en el campo estético: Es preciso ganar la Batalla Simbólica. Mientras los paradigmas reinantes en los valores y en las acciones no se afiancen en los valores revolucionarios del socialismo creativo, ameno, movilizador y enamorador… la lucha estará a la zaga y será fácil revertirlo con sólo apelar a las matrices ideológicas que infestan las mentes de los pueblos. Es urgente trabajar a fondo en éste campo y el tiempo apremia. La Estética es también un problema de clases y un problema que deben atender los revolucionarios. Que la ética sea la estética del futuro.
- Debilidad en el campo de la acción directa de las ideas: Es preciso ganar la Batalla de las Ideas para la praxis. No hay contenido informativo, cultural, deportivo, dramatúrgico, novelístico, poético… que no deba ser cada día más exigente con la cantidad y la calidad de sus ideas revolucionarias. Hay deficiencias Filosóficas, conceptuales, ideológicas de todo tipo, hay confusión y hay pereza para estudiar a diestra y siniestra. La Revolución no puede ser una licuadora loca infestada de bagatelas teóricas que sólo apelan a slogans para hacer pasar por “idea” lo que bien puede ser una falacia lógica. Es necesario impulsar desde los mass media y para los mass media un movimiento superador para alcanzar las mejores ideas hacia el Socialismo. No un uniformador ciego, no un cercenador de imaginación teórica creativa, no una tabla raza de los pensamientos… si un trabajo de educación y sistematización del debate y de las conclusiones que vaya de la mano del método dialéctico que permita continuar permanentemente el perfeccionamiento de las ideas y de las acciones.
- Debilidad en los imaginarios revolucionarios: Venezuela quedará debilitada si no pone en claro, a toda hora y en todo lugar, que la fuerza mayor de la Comunicación Social Revolucionaria es la fuerza del pueblo que rescató a su presidente en abril de 2002 para continuar su ruta al socialismo. Nada por encima, nada que lo opaquen, nada que lo reduzca al olvido. No pocos hay que por las buenas o por las malas depositan todo mérito en el líder. No pocos exageran tal mérito, para bien o para mal, ignorantes de que toda sobredosis mediática de los líderes suele generar desgastes y fracturas. El termómetro no lo ponen los “especialista”, los “asesores de imagen”, los publicistas… El termómetro pertenece sólo a los pueblos y a sus luchas y sólo ahí está a salvo el sentido de la duración y la frecuencia de la presencia de un líder ante sus bases. Descuidar esto es un peligro que entienden muy bien los nazi-fascistas (por ejemplo)
- Debilidad Sectaria: A estas horas todo sectarismo es un dispendio irresponsable. Florecen en Venezuela y en el mundo ideas, iniciativas y acciones cuya riqueza es indispensable para la riqueza de la Revolución. Todo ministro debe encontrar los cauces organizativos suficientes y creativos para incluir, desde las bases, cuanta idea contribuya a triunfar en todos los frentes habidos y por haber.
- Debilidad narrativa: Urge una Batalla ejemplar por la Libertad de Expresión Revolucionaria. (No la Libertad de Empresa burguesa). Potenciarla, mejorarla, dinamizarla. Magnificar la Libertad de Expresión que ya se ha ganado y a la que es urgente sumar todas las demás formas de la Libertad de Expresión revolucionarias que nacen al calor de la construcción del Socialismo. Libertad de Expresión de los triunfos y las quejas, de los acuerdos y los desacuerdos, de las alegrías y las penas… en el proceso revolucionario, con él y para él. Y cuando alguien quiera “expresarse” en contra (con argumentos racionales y sin traiciones armadas) garantizar el debate profundo, convencido e incontestable de una Revolución que sólo debe tenerle temor al quedarse estancada, atrapada en los vicios burocráticos o sectarios de siempre, en la corrupción, en la traición y en los descuidos irresponsables.
- Debilidad organizativa: Urge impulsar una Corriente Internacional de la Comunicación hacia el Socialismo capaz de poner manos a la obra a una y miles de estrategias de defensa y profundización de los procesos revolucionarios mundiales incluso en materia de Comunicación, haciendo uso también, de los medios y los modos de la Comunicación social revolucionaria. No contar con esto es una debilidad.
Es tarea insoslayable diseñar planes y acciones que contribuyan al triunfo del proceso revolucionario esté donde esté. Y eso es imposible sin un diagnóstico correcto sobre la situación dinámica en que se da una lucha. ¿Quiénes somos, qué pensamos, qué soñamos para todos… con qué contamos para triunfar y qué debemos hacer para no dilapidar recursos y logros? ¿Cómo haremos para no retroceder y para avanzar en los éxitos? ¿Qué hace el adversario… a qué se dedica... qué sueña, cómo se organiza, con quién se alía?... Preguntas elementales que demandan respuestas muy ricas, concretas y movilizadoras. Preguntas que no son las únicas, que se multiplican en cada frente y en cada etapa. Preguntas que nacen de la lucha y que suelen tener algunas de sus mejores respuestas en las voces de los luchadores más expertos. De los que saben cuánto ha costado avanzar incluso si el avance ha sido pequeño. De los que saben cuánto ha costado retroceder porque muchos retrocesos han costado vidas y se ha desperdiciado el tiempo. Venezuela, a estas horas fuerte, contundente y enamoradora cuenta con el tiempo y con el poderío necesario para garantizarse un ascenso permanente y sin traiciones, obediente a su dialéctica y atento a los peligros. Nadie debe quedarse callado si mira en lo inmediato o en el futuro peligro contra la Revolución Bonita… callarse es criminal. Y sospechoso. ¿Alguien sabe qué hacen a estas horas los oligarcas nostálgicos de RCTV? Seguro no estarán mirando TVES. ¿O sí?
Es inobjetable que la correlación de fuerzas entre las clases sigue siendo favorable a la revolución. Hay que recordar siempre que en la lucha de clases (como en cualquier guerra) la moral de la tropa, la conciencia de la fuerza propia (como decía Trotsky) y el entusiasmo expresado en iniciativa de triunfo pueden son decisivos. No basta con ser más fuertes, hay que perfeccionar y dignificar esa fuerza cada día, hay que ensanchar, organizar y movilizar esa fuerza en la calle, en los barrios, en los centros de estudio y especialmente en los centros de trabajo. Sólo así será posible derrotar definitivamente a toda iniciativa de la contrarrevolución capitalista y sólo así será posible avanzar hacia el Socialismo.
13 Fortalezas de la Revolución Venezolana:
- Que la Revolución emerge desde abajo y se dirige al Socialismo.
- Que la Revolución ha entendió la necesidad de su partido y se puso a construirlo.
- Que la fortaleza sirve para corregir las debilidades.
- Que hay iniciativa e inventiva.
- Que comienza a cuestionar la “Propiedad Privada”
- Que ha ganado en organización, movilización y democracia de los trabajadores.
- Que la Revolución ha comenzado a poner las riquezas del país a su servicio.
- Que entiende la integración y la solidaridad internacional en el mejor sentido revolucionario.
- Que ha desgarrado los velos y los tabú, que se habla de Socialismo con libertad... que se habla con libertad de Socialismo.
- Que multiplica la Libertad de Expresión revolucionaria a pasos agigantados.
- Que avanza sin trampas reconciliadoras de clase hacia la sustitución definitiva del capitalismo.
- Que se impulsa con su fuerza propia (la de los trabajadores, la del proletariado)
- Que hierra, reintenta, aprende y corrige abiertamente… Que es una Revolución Bonita.
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