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22 abril 2008

La educación mexicana está en los últimos lugares por culpa de la SEP y del SNTE

1. Yo no se si ya da vergüenza decir que estudiamos en México; quizá por eso aumentan los títulos del extranjero. Todos los informes que llegan de organismos internacionales dicen que estamos en los últimos lugares en todo: en presupuesto aplicado a educación, en calidad educativa (matemáticas, lenguaje,) en porcentaje de investigadores, en proporción de alfabetizados. Quizá por eso los hijos de los millonarios estudian en otros países o esos ricos, con apoyo gubernamental, crean en el país escuelas particulares de alto nivel con cuotas millonarias. Si se siguen publicando esos registros internacionales donde México ocupa los últimos lugares en educación nuestros licenciados y doctores muy poco valor tendrán en el extranjero; peor aún: las investigaciones en nuestra nación no alcanzarán la calidad necesaria para darle prestigio a México. Pareciera que muchos toman esta realidad como chacoteo, pero es una cosa muy seria (no es un campeonato de fútbol), la educación es fundamental para cualquier país.

2. La opinión pública, formada por los medios de comunicación, pero también por su falta de visión y su inmediatez, ha culpado siempre a los profesores del enorme deterioro educativo. Mientras tanto el presidente de la República, la secretaria de Educación y la cacique sindical determinan (sin consultar) las medidas que toman. Sucede a la opinión pública lo mismo que cuando culpan de la carestía de las mercancías a las tiendas de la esquina o cuando acusan a los médicos por los malos servicios de salud que proporcionan el IMSS o el ISSSTE. Tras esa corta visión se esconden las instituciones y sus poderosas autoridades que son en definitiva las verdaderas culpables de los grandes problemas del país. Por decirlo de otra manera, mientras entretienen al pueblo viendo a los títeres éste no se dan cuenta que quienes los mueven y los hacen hablar son los titiriteros que se esconden para hacer de ellos lo que les de la gana.

3. Si alguna culpa tienen los profesores de grupo, es permitir por comodidad y falta de conciencia, que la educación mexicana se encuentre cada vez más en peores condiciones. Pero los profesores no son directamente culpables del desastre educativo. No debe olvidarse que ellos simplemente reciben órdenes del patrón, que es la Secretaría de Educación Pública (SEP) y algunas veces tienen el apoyo de su organización que es el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) Quienes organizan los planes, programas, objetivos, calendarios, periodos vacacionales, son los funcionarios de la SEP y quienes los avalan son los directivos del SNTE. La crítica a los profesores sólo puede hacerse por su irresponsabilidad de no preocuparse y organizarse para luchar porque se hagan bien las cosas. Sufren el peso de la ideología capitalista que les hace olvidar el importante papel que pueden jugar para transformar este país para ser equitativo y justo.

4. Los profesores de los últimos cuarenta años, en cuanto a ideología e intereses, son radicalmente distintos a los que en los años veinte integraron la llamada escuela rural mexicana y los que en los treinta proclamaron la llamada educación socialista. Pero también a los profesores que de los cuarenta hasta los sesenta mantuvieron todavía el peso de una educación que todavía pesaba en el campo y el trabajo agrario. La ideología de los profesores y de la educación misma comenzó a cambiar en los años cincuenta al mismo ritmo en que el país se convertía de agrario en industrial y de servicios, al mismo tiempo en que la ciudad y la cultura urbana crecieron sobre los sacrificios del campo. Los profesores que entonces se identificaban con los padres de familia y con los problemas de la población que vivía en el campo, con el crecimiento de las ciudades y los medios de comunicación se integraron con otra cultura y otra ideología.

5. La solución de los problemas educativos del país siempre han estado en manos de las más altas autoridades, pero estas nunca han hecho nada importante para que la educación del país sea buena. Ha dependido de: a) la aplicación del presupuesto educativo necesario, b) de la instrumentación de una política educativa correcta y c) de garantizar una estructura de funcionarios inteligentes y honestos. Ninguno de estos tres problemas han sido abordados correctamente. Nuestro presupuesto educativo ha estado alrededor del cuatro por ciento del PIB cuando lo que se requiere es el ocho o el 12 por ciento, como en muchos países; la política educativa no ha estado orientada para que la mayoría de la población tenga acceso ni tampoco para una educación de calidad; y, en cuanto a la inteligencia y honestidad de los funcionarios ha sido una cosa muy difícil, por no decir, imposible. Los dirigentes del sindicato nacional corrupto, aliados con las máximas autoridades, también han contribuido para el desplome educativo.

6. A partir de que en diciembre de 2006 Josefina Vázquez Mota asumió el cargo de secretaria de Educación (sin el menor conocimiento del ramo) por nombramiento del gobierno ilegítimo de Felipe Calderón, la opinión pública adelantó: “dirigirá la educación en México la cacique sindical Esther Gordillo”, quien lleva ya 18 años como máxima dirigente del sindicato nacional. Sin embargo, a pesar del apoyo de Calderón para la profesora Gordillo, parece que en los últimos meses esta líder ha comenzado a perder el piso porque no ha podido disciplinar a algunas secciones estatales. Las heroicas batallas que ha venido sosteniendo desde 1979 la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) sólo han logrado controlar unas ocho secciones del sindicato magisterial, pero sus permanentes luchas han estado penetrando indirectamente en otras secciones que ahora están perdiendo el miedo a la dirigencia espuria de la maestra Gordillo.

7. Cuadros cercanos disputan a Esther Gordillo, líder sindical del magisterio (según publicó El Universal) el control del SNTE y del Partido Nueva Alianza (Panal). De acuerdo con datos recabados en el SNTE y el partido, la asonada ha provocado que Gordillo Morales enfrente políticamente a sus hijas Mónica Arreola y Maricruz Montelongo, así como a su yerno Fernando González, subsecretario de Educación de la SEP. En este jaloneo, Gordillo ha tenido que desintegrar prácticamente a su primer círculo, como ocurrió con el diputado Miguel Ángel Jiménez, que dejó de ser su enlace con el gobierno federal. Jiménez fue destituido el jueves pasado como coordinador de los diputados del Panal en San Lázaro. Él fue el primer enlace de la maestra con el equipo de campaña del entonces candidato Felipe Calderón y, al inicio del sexenio, con el gobierno federal. El legislador fue útil durante los meses de confrontación con Vázquez Mota, secretaria de Educación Pública.

8. El gobierno de Calderón no hará nada para sacar a la educación pública del hoyo en que se encuentra. No tiene el presupuesto, el proyecto, ni los funcionarios adecuados para ayudar a transformar el rumbo educativo. Como el gobierno de Fox que nombró a un secretario de Educación que se dedicó a ser guardaespaldas de su esposa Martha Sahagún, así Calderón nombró a una secretaria de Educación que sólo repite que está poniendo en práctica la política educativa (al parecer inexistente) de Calderón. Después de secretarios de Educación del alto nivel de pensamiento como José Vasconcelos y Jaime Torres Bodet, los secretarios del ramo han tenido que subordinarse a los directivos del SNTE para pasar sin problemas sus seis años de gestión. Mientras tanto los organismos internacionales seguirán informando al mundo sobre el nivel vergonzoso de la educación en México. ¿Qué posibilidad hay que profesores y pueblo abran los ojos?

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