Encendiendo Conciencias, Rebelión
El que fuera vocero de la presidencia en el sexenio de Fox, Rubén Aguilar, declaraba que "las estadísticas revelan que un número muy, muy alto, de las personas que emigran a Estados Unidos tenían trabajo en México, no emigran por no tener trabajo, sino por otras condiciones también de carácter cultural". Ahora resulta que se van para elevar su nivel de cultura. Esto pasa sólo en foxilandia, pero en el México real son otras las causas de la emigración.
El gobierno foxista prometió crear 1 millón 350 mil empleos por año, para cubrir al millón 200 mil personas que cada año ingresan a la lista de espera, en busca de trabajo, contrayendo insignificantemente el desempleo ya existente. Al cabo de su gestión, sólo creó un millón 146 mil 492 empleos formales, pero no anualmente, sino en todo su sexenio. Esto produjo que jóvenes en edad productiva no tuvieran un empleo con el cual pudieran sobrevivir y evidentemente el desempleo creció.
Con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en 1994, se limitaron aun más los créditos y apoyos al campo, se terminó con la repartición de tierras y se dejó a los campesinos en el abandono total, el campo mexicano quedó devastado. Sólo un ejemplo: en el lapso de 2003 a 2005 se dejaron de sembrar medio millón de hectáreas en México, en ese mismo periodo 400 mil campesinos dejaron de serlo.
Estas dos causas pueden explicar el porqué se fueron a Estados Unidos, en el sexenio pasado, alrededor de 3 millones 450 mil mexicanos, lo que significa que cada día se nos van mil 597 compatriotas y que cada minuto emigra, en promedio, poco más de un mexicano ( 1.10). Personas que dejan esposas, hijos, padres, etc. Se van por necesidad, por no tener trabajo, no tener tierras que cultivar o no poder competir con los productos que vienen de EU. Para sobrevivir, se ven obligados a abandonar el país y a cruzar la frontera, arriesgando la vida en un sin fin de peligros. Cada año mueren 500 mexicanos tratando de atravesar la frontera.
La migración representa una enorme válvula de escape para todo el descontento que se va acumulando en México, por esa misma situación de falta de alternativas para una vida digna, por todos los años del neoliberalismo que nos ha negado los derechos más elementales como educación, salud, vivienda digna, trabajo con un salario decoroso. En México, el neoliberalismo también nos arrebata a más de 500 mil mexicanos cada año, imposibilitados de trabajar en su propio país. Pero si es medio millón de mexicanos que anualmente emigran no tuvieran más opción que quedarse, el elemento natural de supervivencia sería organizarse para luchar por cambiar este sistema que nos condena a condiciones de miseria.
Nuestros migrantes representan una fuente de estabilidad para la economía mexicana. Las remesas, dinero que los migrantes mandan a sus familiares en México, son la segunda fuente de ingreso de divisas en nuestro país, superadas sólo por el petróleo. En el 2006 el monto de las remesas fue de 24 mil millones de dólares, mientras que en 1980, cuando el neoliberalismo apenas asomaba la cabeza en nuestro país, eran de sólo 700 millones de dólares. Este ingreso permite que en 1 millón 600 mil hogares de México se pueda sobrevivir. Estos recursos sólo representan el 8.9% del ingreso de los mexicanos en EU, el 92.1% restante es gastado en la economía norteamericana, incentivando así el mercado interno de ese país.
La mayoría de los migrantes indocumentados en EU trabajan en condiciones de cuasiesclavitud, no cuentan con ningún tipo de prestaciones, viven en condiciones insalubres, en viviendas sin servicios, reciben un salario más bajo que el de los estadounidenses. Por ejemplo, los trabajadores agrícolas migrantes cobran en promedio 8 mil dólares al año, el peor salario de EU. La mano de obra barata que representan los migrantes, aunada a los subsidios que reciben del gobierno, permite que los terratenientes estadounidenses puedan vender sus mercancías a un menor precio en otros países (como México) desplazando a los productos nacionales. Esto genera un círculo vicioso para el campo mexicano: el gran terrateniente estadounidense, con mano de obra campesina mexicana, de bajo costo para él y con alta tecnología en la producción, logra enviar a México sus productos para la venta a bajo precio, eso provoca que esos campesinos al servicio del norteamericano compita con sus familiares en México, con productos agrícolas a la venta. En la competencia los del norte ganan, y más campesinos mexicanos se ven en la necesidad de migrar. Ellos, los capitalistas agrarios en EU destruyen el campo de México, se llevan a los campesinos, con ellos logran producir con bajo costo y exportan sus mercancías, esas mercancías de bajo precio vuelven a dejar sin posibilidades a otros campesinos en México, obligándolos a migrar, y así, consecutivamente. La familia mexicana en EU compitiendo con la misma familia mexicana en Zacatecas o Puebla. La medicina (migrar) es la fuente de la enfermedad (más pobreza).
En el caso de México, desde la entrada en vigor del TLC, se han perdido 1.3 millones de empleos agrícolas. La situación, si los mexicanos lo permitimos, empeorará, ya que en 2008 se van a liberar de impuestos al maíz, al frijol, y cereales provenientes de EU; al entrar los productos agrícolas estadounidenses libremente a México, nuestros campesinos no podrán competir contra los estadounidense, ni contra sus propios paisanos que están trabajando en EU, recrudeciendo este lacerante círculo vicioso en que el capital ha metido a millones de mexicanos.
Si seguimos por el mismo camino, la migración seguirá creciendo, deteriorando las condiciones de trabajo de los mexicanos en EU, ya que al ser mayor la gente que está dispuesta a trabajar por lo que sea, los patrones pueden darse el lujo de establecer las perores condiciones, el peor salario, la peor humillación. Por lo demás, los migrantes no tienen ni derechos laborales que los protejan.
El año pasado el gobierno estadounidense comenzó la construcción de un muro de más de mil kilómetros y la militarización de la frontera con México, para intentar frenar el creciente flujo migratorio. Pero con el muro (irónicamente construido por trabajadores mexicanos) y la militarización de la frontera, no se podrá evitar que las personas se vayan a EU, lo que va a suceder es que los nuevos migrantes tomarán más riesgos, incrementando el numero de muertos en la frontera. Lo que se busca en realidad es hacer más ilegal al migrante, entre más ilegal sea, mayor será su explotación.
En vez de construir un muro de concreto para "frenar la migración", ¿por qué no construir un muro de empleos bien pagados, con prestaciones laborales, con seguridad social, con educación, con vivienda, dándoles tierras a los campesinos, subsidios y créditos para la producción del campo? ¿Por qué tenemos que desprendernos de nuestros campesinos, si el trabajo que van a realizar en EU, es el mismo que realizaban aquí? ¿Por qué exportar fuerza de trabajo e importar mercancías realizadas por los migrantes? Ese muro de derechos y seguridad económica sí que detendrá la migración.
Si en el gobierno de Fox la migración creció a extremos insospechados, en el gobierno Calderón, el "presidente del empleo", se estima que la migración crecerá 40%, es decir, que en el 2007 se espera que el país expulse a 600 mil personas, entre ellos un número creciente de niños que van en busca de sus padres, de profesionistas que no encuentran trabajo, o si lo encuentran es fuera el área para que se prepararon y casi siempre en el subempleo.
Si Fox prometió crear más de un millón de empleos anuales, sobre la base de un crecimiento económico de 7% en proporción del PIB, meta por mucho incumplida, Calderón, que ha dicho que creceremos un 3.6%, ¿Cuántos empleos podrá crear para frenar la migración?
Pues como pinta el sexenio la gente seguirá saltando muros para ganarse la vida con un empleo que en México se nos es negado.
¿O será que los mexicanos piensan que elevarán su nivel cultural cruzando desiertos a pié durante días enteros? ¡Vaya gobernantes sinvergüenzas que tenemos!
El que fuera vocero de la presidencia en el sexenio de Fox, Rubén Aguilar, declaraba que "las estadísticas revelan que un número muy, muy alto, de las personas que emigran a Estados Unidos tenían trabajo en México, no emigran por no tener trabajo, sino por otras condiciones también de carácter cultural". Ahora resulta que se van para elevar su nivel de cultura. Esto pasa sólo en foxilandia, pero en el México real son otras las causas de la emigración.
El gobierno foxista prometió crear 1 millón 350 mil empleos por año, para cubrir al millón 200 mil personas que cada año ingresan a la lista de espera, en busca de trabajo, contrayendo insignificantemente el desempleo ya existente. Al cabo de su gestión, sólo creó un millón 146 mil 492 empleos formales, pero no anualmente, sino en todo su sexenio. Esto produjo que jóvenes en edad productiva no tuvieran un empleo con el cual pudieran sobrevivir y evidentemente el desempleo creció.
Con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en 1994, se limitaron aun más los créditos y apoyos al campo, se terminó con la repartición de tierras y se dejó a los campesinos en el abandono total, el campo mexicano quedó devastado. Sólo un ejemplo: en el lapso de 2003 a 2005 se dejaron de sembrar medio millón de hectáreas en México, en ese mismo periodo 400 mil campesinos dejaron de serlo.
Estas dos causas pueden explicar el porqué se fueron a Estados Unidos, en el sexenio pasado, alrededor de 3 millones 450 mil mexicanos, lo que significa que cada día se nos van mil 597 compatriotas y que cada minuto emigra, en promedio, poco más de un mexicano ( 1.10). Personas que dejan esposas, hijos, padres, etc. Se van por necesidad, por no tener trabajo, no tener tierras que cultivar o no poder competir con los productos que vienen de EU. Para sobrevivir, se ven obligados a abandonar el país y a cruzar la frontera, arriesgando la vida en un sin fin de peligros. Cada año mueren 500 mexicanos tratando de atravesar la frontera.
La migración representa una enorme válvula de escape para todo el descontento que se va acumulando en México, por esa misma situación de falta de alternativas para una vida digna, por todos los años del neoliberalismo que nos ha negado los derechos más elementales como educación, salud, vivienda digna, trabajo con un salario decoroso. En México, el neoliberalismo también nos arrebata a más de 500 mil mexicanos cada año, imposibilitados de trabajar en su propio país. Pero si es medio millón de mexicanos que anualmente emigran no tuvieran más opción que quedarse, el elemento natural de supervivencia sería organizarse para luchar por cambiar este sistema que nos condena a condiciones de miseria.
Nuestros migrantes representan una fuente de estabilidad para la economía mexicana. Las remesas, dinero que los migrantes mandan a sus familiares en México, son la segunda fuente de ingreso de divisas en nuestro país, superadas sólo por el petróleo. En el 2006 el monto de las remesas fue de 24 mil millones de dólares, mientras que en 1980, cuando el neoliberalismo apenas asomaba la cabeza en nuestro país, eran de sólo 700 millones de dólares. Este ingreso permite que en 1 millón 600 mil hogares de México se pueda sobrevivir. Estos recursos sólo representan el 8.9% del ingreso de los mexicanos en EU, el 92.1% restante es gastado en la economía norteamericana, incentivando así el mercado interno de ese país.
La mayoría de los migrantes indocumentados en EU trabajan en condiciones de cuasiesclavitud, no cuentan con ningún tipo de prestaciones, viven en condiciones insalubres, en viviendas sin servicios, reciben un salario más bajo que el de los estadounidenses. Por ejemplo, los trabajadores agrícolas migrantes cobran en promedio 8 mil dólares al año, el peor salario de EU. La mano de obra barata que representan los migrantes, aunada a los subsidios que reciben del gobierno, permite que los terratenientes estadounidenses puedan vender sus mercancías a un menor precio en otros países (como México) desplazando a los productos nacionales. Esto genera un círculo vicioso para el campo mexicano: el gran terrateniente estadounidense, con mano de obra campesina mexicana, de bajo costo para él y con alta tecnología en la producción, logra enviar a México sus productos para la venta a bajo precio, eso provoca que esos campesinos al servicio del norteamericano compita con sus familiares en México, con productos agrícolas a la venta. En la competencia los del norte ganan, y más campesinos mexicanos se ven en la necesidad de migrar. Ellos, los capitalistas agrarios en EU destruyen el campo de México, se llevan a los campesinos, con ellos logran producir con bajo costo y exportan sus mercancías, esas mercancías de bajo precio vuelven a dejar sin posibilidades a otros campesinos en México, obligándolos a migrar, y así, consecutivamente. La familia mexicana en EU compitiendo con la misma familia mexicana en Zacatecas o Puebla. La medicina (migrar) es la fuente de la enfermedad (más pobreza).
En el caso de México, desde la entrada en vigor del TLC, se han perdido 1.3 millones de empleos agrícolas. La situación, si los mexicanos lo permitimos, empeorará, ya que en 2008 se van a liberar de impuestos al maíz, al frijol, y cereales provenientes de EU; al entrar los productos agrícolas estadounidenses libremente a México, nuestros campesinos no podrán competir contra los estadounidense, ni contra sus propios paisanos que están trabajando en EU, recrudeciendo este lacerante círculo vicioso en que el capital ha metido a millones de mexicanos.
Si seguimos por el mismo camino, la migración seguirá creciendo, deteriorando las condiciones de trabajo de los mexicanos en EU, ya que al ser mayor la gente que está dispuesta a trabajar por lo que sea, los patrones pueden darse el lujo de establecer las perores condiciones, el peor salario, la peor humillación. Por lo demás, los migrantes no tienen ni derechos laborales que los protejan.
El año pasado el gobierno estadounidense comenzó la construcción de un muro de más de mil kilómetros y la militarización de la frontera con México, para intentar frenar el creciente flujo migratorio. Pero con el muro (irónicamente construido por trabajadores mexicanos) y la militarización de la frontera, no se podrá evitar que las personas se vayan a EU, lo que va a suceder es que los nuevos migrantes tomarán más riesgos, incrementando el numero de muertos en la frontera. Lo que se busca en realidad es hacer más ilegal al migrante, entre más ilegal sea, mayor será su explotación.
En vez de construir un muro de concreto para "frenar la migración", ¿por qué no construir un muro de empleos bien pagados, con prestaciones laborales, con seguridad social, con educación, con vivienda, dándoles tierras a los campesinos, subsidios y créditos para la producción del campo? ¿Por qué tenemos que desprendernos de nuestros campesinos, si el trabajo que van a realizar en EU, es el mismo que realizaban aquí? ¿Por qué exportar fuerza de trabajo e importar mercancías realizadas por los migrantes? Ese muro de derechos y seguridad económica sí que detendrá la migración.
Si en el gobierno de Fox la migración creció a extremos insospechados, en el gobierno Calderón, el "presidente del empleo", se estima que la migración crecerá 40%, es decir, que en el 2007 se espera que el país expulse a 600 mil personas, entre ellos un número creciente de niños que van en busca de sus padres, de profesionistas que no encuentran trabajo, o si lo encuentran es fuera el área para que se prepararon y casi siempre en el subempleo.
Si Fox prometió crear más de un millón de empleos anuales, sobre la base de un crecimiento económico de 7% en proporción del PIB, meta por mucho incumplida, Calderón, que ha dicho que creceremos un 3.6%, ¿Cuántos empleos podrá crear para frenar la migración?
Pues como pinta el sexenio la gente seguirá saltando muros para ganarse la vida con un empleo que en México se nos es negado.
¿O será que los mexicanos piensan que elevarán su nivel cultural cruzando desiertos a pié durante días enteros? ¡Vaya gobernantes sinvergüenzas que tenemos!
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