Los Chuchos, hijitos del tristemente célebre Aguilar Talamantes y operadores putativos de Luis Echeverría y después de Carlos Salinas, avanzaron ayer en su plan de sustentarse en el PRIAN para controlar al Partido de la Revolución Democrática (PRD), al que consideran como una franquicia que pueden seguir vendiendo al mejor postor…. como lo han hecho desde hace 19 años.
A ello responde que el Tribunal Federal Electoral, a quienes apelaron los Chuchos, ordenó a las instancias electorales del PRD, que contara todas las casillas incluyendo decenas de ellas que se comprobó que no se instalaron y sin embargo aparecieron con actas e inclusive con votos. Con ello dan una ligera mayoría de votos a favor del dedo chiquito de Aguilar Talamantes, Jesús Ortega.
Y no fue la única irregularidad fehaciente que está tratando de convalidar el tribunal federal, sino otras como son, casillas totalmente atípicas en las que hubo más votos que boletas o aquellas donde había 1,000 votos, todos o casi todos, a favor de Ortega y su equipo salinista.
El fraude chuchista-salinista fue burdo pues los Chuchos de Nueva Izquierda suponían que arrasarían en la elección, pero el fenómeno López Obrador y el ascenso de la lucha contra la privatización de PEMEX influyó para que los integrantes del PRD entendieran lo que significa apoyar a esos mercenarios que dirigidos por Salinas infiltraron el PRD desde hace 19 años. Para ello disolvieron el partido que llamaron del ferrocarril, cuyo antecedente fue el PST echeverriísta.
Lo que sigue es que las fuerzas que se oponen a estas movidas, impugnen las casillas fraudulentas, con el riesgo de que los medios de comunicación, controlados por intereses que apoyan a los mercenarios de los Chuchos, confundan a la opinión pública y traten de imponer al hijito de Talamantes.
Esto se verá en los próximos días.
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