
1.- EL ex Presidente Carlos Salinas de Gortari y su familia llegaron ayer al rancho El Guajolote en Agualeguas... 2.- CUENTAN que el ex Mandatario arribó a eso de las 19:00 horas en helicóptero, casi al tiempo en que llegaban al lugar otros dos o tres vehículos, entre los que se vio a Enrique Regules Uriegas y su esposa...
«El Norte» 8 de agosto en 2007
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La capital nuevoleonesa se volvió pieza clave en la investigación del crimen de Enrique Salinas de Gortari Por Antonio Jáquez «El Norte» Enero 23, 2005
MÉXICO.- En busca de claves sobre el asesinato de Enrique Salinas de Gortari, los investigadores llegaron por fin a Monterrey, plaza fuerte del clan Salinas en sus años dorados y en donde trabó alianzas empresariales, sociales, políticas y hasta periodísticas.
Entre los personajes identificados a la fecha como parte del círculo regiomontano de Enrique Salinas, en el marco de las pesquisas de la Procuraduría de Justicia del Estado de México, destacan Javier Garza Calderón, Roberto González Barrera y Enrique Régules Uriegas, todos ellos beneficiarios del salinismo.
Otros datos vinculan a Enrique Salinas con el Proyecto Fénix de Pemex, para la construcción de un gran complejo petroquímico, en el que intentaba participar con la ayuda del empresario Garza Calderón, cercano a Raúl Muñoz Leos. Pero ante la salida de Muñoz Leos de la dirección de Pemex, el 1 de noviembre, el negocio se frustró.
Una vertiente adicional de la red regiomontana de Enrique Salinas es Alejandro del Valle de la Vega, presidente de Telmark, empresa que se dedica a hacer sondeos, estudios de opinión y campañas políticas. Esta firma participó el año pasado en la campaña de Natividad González Parás a la Gubernatura de Nuevo León, uno de cuyos principales patrocinadores fue González Barrera. Régules
Proceso averiguó que las pistas de los tratos de Enrique en Monterrey fueron aportadas por su esposa Hilda Deneken, y por su hermana Adriana Salinas. Se supo así que Enrique le debía a Régules Uriegas un millón de dólares, de los cuales sólo le liquidó la mitad, confirmó en su declaración ministerial el empresario citrícola.
Los nexos de Régules con los Salinas datan de los años 80. En Monterrey, se le identificaba como prestanombres del patriarca del clan, Raúl Salinas Lozano, en negocios citrícolas en Nuevo León y Veracruz, y como integrante de su primer círculo de amistades, que incluía al empresario inmobiliario Alberto Santos de Hoyos y a Francisco González Sánchez, director de Multimedios Estrellas de Oro y Editor de MILENIO.
Régules, González y Santos, por cierto, se asociaron para constituir la empresa Cítricos de Tamiahua, en marzo de 1992. Unos meses después, recibieron un crédito del Bancomext por 5.17 millones de dólares. Este no pudo recuperar el crédito, pero recibió en "dación de pago" terrenos sobrevaluados. Los mismos personajes se ligaron en otro negocio dudoso, el de la Inmobiliaria Mesopotamia, impulsada con un crédito de Confía-Abaco -banco en el que figuró Régules como consejero suplente- que fue liquidado esta vez con terrenos que estaban en litigio.
Ligado primero con Salinas Lozano, cuando éste era Senador, Régules trabó después relación con sus hijos, en particular con Raúl, Enrique y Carlos. Mantuvo su relación con Enrique y, en tiempos recientes, afianzó sus vínculos con Carlos. Precisamente el día en que se descubrió el cadáver de Enrique en Huixquilucan, el ex Presidente se disponía a viajar a Monterrey para cenar con Régules.
El caso es que Enrique no pudo pagarle a Régules su deuda de 500 mil dólares. Ante las reiteradas exigencias de éste, Enrique le propuso liquidarle la deuda mediante su inclusión en el grupo de inversionistas del Proyecto Fénix, pero Régules consideró que el negocio estaba aún en el aire y declinó la oferta. Régules le pidió entonces a otro empresario salinista que le ayudara a cobrarle a Enrique.
"El Maseco"
El mediador resultó ser González Barrera, quien alzó su imperio tortillero-bancario al amparo del poder político, empujado por Carlos Hank González y Carlos Salinas de Gortari. Su nombre fue deslizado en una declaración ministerial por Adriana Salinas, quien durante el largo exilio de Carlos se erigió en la jefa del clan, operadora de negocios y dineros que no han sido objeto de indagaciones judiciales. Cercano a los Salinas durante largo tiempo, González Barrera se distanció de la familia en años recientes, luego de confrontarse con el ex Presidente por el control de Gruma (Grupo Maseca) y Banorte.
No obstante, González Barrera intentó ayudar a Enrique. Le ofreció un crédito con el fin de que interviniera en un proyecto de construcción de viviendas para trabajadores petroleros en Tuxpan, Veracruz.
"Este proyecto requiere una inversión de 8 millones de dólares", le dijo, "si quieres, tú éntrale con un porcentaje. Enrique aceptó y González Barrera le facilitó entonces 1.5 millones de dólares. El proyecto de vivienda está en marcha, manejado por el constructor Carlos de la Mora.
En el expediente de las indagaciones de la Procuraduría mexiquense sobre el asesinato de Enrique Salinas hay cuatro fojas desprendidas de otra averiguación, las cuales refieren la presunta participación de Régules y González Barrera en operaciones de lavado de dinero: son parte del maxiproceso, la ofensiva legal más importante contra el narcotráfico, que abarca a más de 100 miembros y colaboradores del Cártel de Juárez.
Ambos empresarios fueron piezas de la red empresarial que apoyó la campaña de González Parás a la Gubernatura. Régules ya tenía experiencia en la materia: presidió el comité de finanzas estatal del PRI en la campaña de 1994, posición que logró por su amistad con Luis Donaldo Colosio. González Barrera, por su parte, fue aportante en las campañas de Salinas y Zedillo. El apoyo de ambos a González Parás se dio por medio de Telmark, la empresa de Alejandro del Valle, a quien se atribuyen lo mismo nexos con el dirigente nacional del PRI, Roberto Madrazo, que con la CIA.
Según las pesquisas, la cercanía de Del Valle con Madrazo le valió para ser contratado por el PRI en los procesos electorales de Tijuana, Ciudad Juárez, Veracruz y Oaxaca, y ahora en Guerrero y Quintana Roo. Muñoz Leos
Amigo de Garza Calderón, se les veía juntos en Monterrey, Enrique quiso aprovechar los nexos de este empresario con el director de Pemex, Muñoz Leos, para incorporarse al Proyecto Fénix, obra codiciada por varios grupos regiomontanos. Al final, salió derrotado Muñoz Leos por los intereses representados por el Secretario de Energía, Fernando Elizondo. El grupo de Garza Calderón fue desplazado por una subsidiaria del consorcio regiomontano Alfa que, de acuerdo con información oficial, es una de las tres compañías mexicanas que participarán en la construcción del complejo petroquímico, en sociedad con una canadiense, a partir de junio.
Días antes de su asesinato, Enrique y uno de sus socios, José Ricardo Hernández, viajaron a Monterrey para reunirse con Garza Calderón, conocido como El Manitas. Le externaron su preocupación por la salida de Muñoz Leos de la dirección de Pemex, pues ellos ya habían invertido dinero en el citado proyecto, vía Javier Garza Cantú, misterioso personaje que aparentemente no tiene parentesco con los tamaulipecos de esos apellidos. La discusión fue áspera. Hasta el momento, la averiguación judicial no ha determinado el monto del dinero invertido por Enrique para allanar su entrada al Proyecto Fénix. Pero se presume que fue una cantidad importante, parte de los más de 7 millones de dólares que le liberaron de bancos suizos y de los cuales sólo le dio 400 mil dólares a su ex esposa Adriana Lagarde, en tanto que otro monto no conocido quedó en manos de Adriana Salinas.
Pero ésa es otra historia.
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