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07 abril 2008

La resistencia civil antiprivatización debe buscar alianzas con indígenas y campesinos

Para las brigadas de mujeres en resistencia civil

1. En esta semana la alianza PAN/PRI buscará aprobar en el Congreso leyes para privatizar el petróleo; además se recordará el 89 aniversario del asesinato de Emiliano Zapata y, al parecer, también visitará México el presidente Rafael Correa de Ecuador. Es una oportunidad para reflexionar acerca de lo que pasa en el campo mexicano, sobre todo porque después de varias manifestaciones campesinas en las calles para exigir la revisión del Tratado de Libre Comercio, los campesinos por segunda ocasión regresaron a sus pueblos con las manos casi vacías, pero sobre todo más desanimados porque al parecer su fuerza es cada vez menor. ¿Pero es que en alguna ocasión los indígenas y campesinos mexicanos (como organización independiente) han puesto en peligro el poder de la burguesía gobernante? Estoy enterado de combativas y bellas batallas contra el poder capitalista en Ecuador, Bolivia, Perú; en México de muy pocas y muy débiles.

2. El movimiento de resistencia civil contra la privatización del petróleo, encabezado por López Obrador y ubicado esencialmente en la Ciudad de México, no parece agrupar a masas campesinas o indígenas. Incluso en los estados de la República está organizado alrededor de las clases medias urbanas, como si esos sectores del campo no supieran (por falta de información) que también serán afectados en su economía y su vida con esas políticas de privatización. La realidad es que los campesinos siguen cargando con una gran ignorancia (profundizada por sus líderes) acerca de los problemas que más les afectan en el país. Da la impresión de que el discurso de la iglesia, en el sentido de que “la felicidad no hay que buscarla en la tierra y sino en el más allá” sigue predominante en la mente de las masas campesinas e indígenas. Incluso los pocos movimientos parecen muy controlados y con objetivos muy inmediatos y limitados. Los trabajadores del campo siguen al margen de las grandes luchas sociales.

3. Lo que ha sucedido es que todos los movimientos sociales y políticos tienden a concentrarse en grandes urbes porque en ellas se concentran también los medios de información, las universidades y los activistas. Parece haber un gran divorcio o una distancia enorme entre las necesidades campesinas y los requerimientos de los activistas políticos de los sectores urbanos. Mientras los trabajadores del campo sólo se dan cuenta de sus problemas más inmediatos (los que les afectan de manera directa) entre los luchadores urbanos se plantean muchos más asuntos y se descubren las relaciones que se dan entre un problema y otro. Por eso en el movimiento de resistencia civil (de ciudad) no hay campesinos e indígenas. Otra cosa sería si organizaciones independientes del campo (EZLN, “El Campo no aguanta más” o “sin maíz no hay país”) realizaran acciones en defensa del petróleo en los lugares donde están ubicadas.

4. De los campesinos e indígenas mexicanos hay registros de levantamientos notables en la época colonial y en el siglo XIX, pero al parecer fueron movimientos aislados y espontáneos que fueron aplastados cortando cualquier continuidad. Por otro lado, puede verse que las luchas de ese sector económicamente pobre y miserable, han sido controladas por políticos al servicio del poder. Tanto en las luchas de Independencia, como la época de la Reforma y la Revolución Mexicana, lo indígenas y campesinos sólo fueron fuerza de apoyo de corrientes políticas. Todas las batallas han contado con masas de trabajadores del campo, muchas de ellas lograron con la fuerza del sector agrario hacer triunfar los movimientos para luego ser abandonados a su suerte. Como en la Revolución Mexicana lograron que se aprobaran leyes a su favor, aunque fueron tan limitadas que sólo quedaron escritas en el papel.

5. Como ideal el movimiento indígena/campesino que más trascendió fue el que Zapata encabezó desde 1909 hasta que fue asesinado, diez años después, aquel 10 de abril. Fue un movimiento con grandes ideales comunitarios y libertarios que trascendieron en la República, pero respaldado por miles de campesinos limitados en el estado de Morelos y pequeñas áreas del Estado de México, DF, Guerrero y Puebla. Los campesinos de otros estados y regiones ignoraron en su tiempo el zapatismo y los que se enteraron de él sólo escucharon calumnias creadas por el gobierno y las clases poderosas. Quizá el momento más alto fue cuando los ejércitos campesinos e indígenas de villistas y zapatistas llegaron a la ciudad de México, se reunieron en Xochimilco el 4 de diciembre de 1914 y dos días después presenciaron el desfile de sus ejércitos desde Palacio Nacional. Pero hasta ahí: la burguesía, encabezada por Carranza a los pocos meses controló la situación.

6. Desde entonces la clase gobernante controló a los campesinos y de paso a los indígenas, por medio de sus partidos, entre ellos el partido oficial (PNR/PRM/PRI) y su sector campesino que desde los años treinta se conoció como Confederación Nacional Campesina.(CNC) y desde los sesenta por una decena de pequeñas organizaciones semejantes a la CNC. Estas organizaciones siempre recibieron del gobierno la cuota de diputaciones, senadurías y gubernaturas “campesinas”. Otra vez, la dictadura de un partido, durante 70 años, impidió el desarrollo independiente de la población, en particular de los campesinos. Obvio esta dictadura de partido no impidió algunas manifestaciones campesinas independientes pero muy débiles, ni tampoco que los campesinos fueran usados por grupos políticos del partido en el poder para dirimir problemas con otros grupos. Ha sido realmente penoso ese papel, pero ni modo.

7. Los campesinos, al parecer, casi han desaparecido en algunos países. En EEUU sólo se emplea 2%; Japón, 5%; Francia, 2%; Alemania, 2%; España, 5%., que son naciones donde el brutal capitalismo explota trabajo de millones de migrantes, al mismo tiempo que usa tecnología que sustituye y desemplea trabajo humano. En México casi el 25 por ciento vive en el campo y en otros países de América Latina suele llegar a un 37 por ciento como promedio. Mientras en los países desarrollados los campesinos son granjeros y empresarios que explotan trabajo migrante, en México los campesinos sufren miseria y hambre por falta de tierras, inversiones, tecnología, créditos, etcétera; sobre todo por la presencia de un mercado capitalista que compra al campo con precios de hambre para posteriormente incrementar su capital vendiendo a precios inalcanzables para los mismo campesinos y pobres de la ciudad.

8. La visita que realizará el presidente ecuatoriano Rafael Correa a México será importante. No se qué pudiera haber de común entre Correa y el gobierno ilegítimo de Calderón. Aunque Correa aún no adopta posiciones socialistas y radicales como las que Chávez, parece mantener una buena relación con el movimiento indígena de su país. Por el contrario Calderón, como presidente usurpador y de derecha, mantiene una posición anti indígena y anti campesina. ¿Por qué se habrá concertado esa visita de Correa a un representante del gobierno de Bush, tal como lo ha demostrado Calderón hasta la saciedad? De todas maneras hay que seguir observando y reflexionando acerca del papel de los trabajadores del campo en la etapa actual. Espero que las acciones de resistencia contra la privatización se fortalezcan con la participación campesina, sobre todo aprovechando las acciones que se realizarán por el aniversario 89 del asesinato del caudillo morelense.

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