Julio Hernández López / La Jornada / Abril 01, 2008 / ASTILLERO
Hoy, en Monterrey, lectores de una periodista protestarán frente a las oficinas del diario que “por restructuración de páginas” dejó fuera desde principios de mes la columna “A bocajarro”, de Sanjuana Martínez. Especializada en asuntos de pederastia clerical (ganadora del Premio Nacional de Periodismo por reportajes publicados en La Jornada), Sanjuana encontró freno a su trabajo cuando pasó de la difusión de casos nacionales (como la protección de Norberto Rivera y Juan Sandoval a sacerdotes abusadores de niños) al plano local, documentando, por ejemplo, que en la clínica El Refugio son “atendidos” los curas agresores sexuales, bajo el cobijo del cardenal Francisco Robles Ortega (las columnas publicadas, entre ellas la denominada “El Refugio del cardenal Robles”, pueden ser leídas en www.sanjuanamartinez.com).
A partir de que consideran esa “res- tructuración” como forma de censura, diversas organizaciones no guberna-mentales, y ciudadanos en general, han enviado cartas a la directora de Milenio-Diario de Monterrey, Roberta Garza Medina (pueden leerse en http://cartas-a-roberta-garza.blogspot.com y otros materiales están en http://ombudsman-del-lector.blogspot.com) en demanda de que sea repuesta esa voz que, consideran, ha sido silenciada en sus “denuncias de injusticia social”, como ha sucedido con Carmen Aristegui y Lydia Cacho. La directora de Milenio-Diario de Monterrey, donde dejaron de publicarse las entregas de Martínez, es hermana de Dionisio, principal accionista del Grupo Alfa, quien es miembro de los Legionarios de Cristo, y de Luis, vicario general de esta orden religiosa.
Hoy, en Monterrey, lectores de una periodista protestarán frente a las oficinas del diario que “por restructuración de páginas” dejó fuera desde principios de mes la columna “A bocajarro”, de Sanjuana Martínez. Especializada en asuntos de pederastia clerical (ganadora del Premio Nacional de Periodismo por reportajes publicados en La Jornada), Sanjuana encontró freno a su trabajo cuando pasó de la difusión de casos nacionales (como la protección de Norberto Rivera y Juan Sandoval a sacerdotes abusadores de niños) al plano local, documentando, por ejemplo, que en la clínica El Refugio son “atendidos” los curas agresores sexuales, bajo el cobijo del cardenal Francisco Robles Ortega (las columnas publicadas, entre ellas la denominada “El Refugio del cardenal Robles”, pueden ser leídas en www.sanjuanamartinez.com).
A partir de que consideran esa “res- tructuración” como forma de censura, diversas organizaciones no guberna-mentales, y ciudadanos en general, han enviado cartas a la directora de Milenio-Diario de Monterrey, Roberta Garza Medina (pueden leerse en http://cartas-a-roberta-garza.blogspot.com y otros materiales están en http://ombudsman-del-lector.blogspot.com) en demanda de que sea repuesta esa voz que, consideran, ha sido silenciada en sus “denuncias de injusticia social”, como ha sucedido con Carmen Aristegui y Lydia Cacho. La directora de Milenio-Diario de Monterrey, donde dejaron de publicarse las entregas de Martínez, es hermana de Dionisio, principal accionista del Grupo Alfa, quien es miembro de los Legionarios de Cristo, y de Luis, vicario general de esta orden religiosa.
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