L.S. / AmericaEconomica
La crisis de liquidez ha comenzado afectar también a los precios de las materias primas, que habían escalado hasta máximos, debido a que los inversores se están viendo obligados a ampliar el efectivo colocado como colateral para llevar a cabo sus inversiones.
Los precios de las materias primas, que hasta el momento habían experimentado una fuerte revalorización en lo que va de año, podrían ser las próximas “víctimas” de la crisis crediticia. Según publica The Wall Street Journal, los inversores que se han visto afectados por los problemas en los mercados de crédito, como las obligaciones de deuda colateralizada, se están viendo obligados a colocar más efectivo como colateral para cubrir el dinero que tomaron prestado para realizar sus transacciones, un proceso conocido como desapalancamiento.
Para recaudar capital, estos inversores, al igual que algunos fondos de cobertura han tenido que deshacerse de parte de sus carteras en materias primas. En un momento de incertidumbre y volatilidad como el actual, además, las bolsas y firmas de corretaje (intermediarios bursátiles) obligan a los inversores a apartar más dinero por cada dólar que invierten.
Refugio. Josep Monsó, analista de Gaesco, en declaraciones a El Boletín, considera que, aunque es aventurado asegurar que esta tendencia se esté produciendo, sí es cierto que los precios de las materias primas se encuentran “por las nubes”. Así, las ‘commodities’ podrían ser el primer lugar en que los inversores buscasen sacar su dinero de las materias primas para recaudar capital.
Oro negro. Durante los últimos tiempos, las materias primas han servido como inversiones refugio, dada la incertidumbre de las bolsas y también para compensar la subida de la inflación. Sin embargo, en la última semana se ha visto un cambio de tendencia en estos mercados.
El precio del crudo retrocedía el pasado martes por cuarta jornada consecutiva hasta situarse en el límite de los 100 dólares el barril. El oro negro ha retrocedido un 10% desde que la pasada semana alcanzó su máximo histórico en los 111,8 dólares el barril en el mercado de Nueva York.
La crisis de liquidez ha comenzado afectar también a los precios de las materias primas, que habían escalado hasta máximos, debido a que los inversores se están viendo obligados a ampliar el efectivo colocado como colateral para llevar a cabo sus inversiones.
Los precios de las materias primas, que hasta el momento habían experimentado una fuerte revalorización en lo que va de año, podrían ser las próximas “víctimas” de la crisis crediticia. Según publica The Wall Street Journal, los inversores que se han visto afectados por los problemas en los mercados de crédito, como las obligaciones de deuda colateralizada, se están viendo obligados a colocar más efectivo como colateral para cubrir el dinero que tomaron prestado para realizar sus transacciones, un proceso conocido como desapalancamiento.
Para recaudar capital, estos inversores, al igual que algunos fondos de cobertura han tenido que deshacerse de parte de sus carteras en materias primas. En un momento de incertidumbre y volatilidad como el actual, además, las bolsas y firmas de corretaje (intermediarios bursátiles) obligan a los inversores a apartar más dinero por cada dólar que invierten.
Refugio. Josep Monsó, analista de Gaesco, en declaraciones a El Boletín, considera que, aunque es aventurado asegurar que esta tendencia se esté produciendo, sí es cierto que los precios de las materias primas se encuentran “por las nubes”. Así, las ‘commodities’ podrían ser el primer lugar en que los inversores buscasen sacar su dinero de las materias primas para recaudar capital.
Oro negro. Durante los últimos tiempos, las materias primas han servido como inversiones refugio, dada la incertidumbre de las bolsas y también para compensar la subida de la inflación. Sin embargo, en la última semana se ha visto un cambio de tendencia en estos mercados.
El precio del crudo retrocedía el pasado martes por cuarta jornada consecutiva hasta situarse en el límite de los 100 dólares el barril. El oro negro ha retrocedido un 10% desde que la pasada semana alcanzó su máximo histórico en los 111,8 dólares el barril en el mercado de Nueva York.
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