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03 abril 2008

La Esperanza de la Revolución Bolivariana

Por: Elio Córdova

Durante el proceso revolucionario comandado por Chávez, se ha venido apuntando hacia una nueva orientación sobre la connotación y la realización del ejercicio del poder a través del Estado; motivado por la adversa experiencia de los cuarenta años de la democracia representativa, que enmarcados en una serie de políticas entreguistas de los recursos de la patria, mutilaron la esperanza del pueblo.

En este sentido, la dialéctica del proceso venezolano ha permitido algunos avances significativos que apuntan hacia la creación de una nueva figura del poder, ejercido directamente por las comunidades organizadas e impulsadas por el mismo Estado. Ciertamente, la organización del pueblo demanda un nivel de conciencia sociopolítica a través del la cual se pueda materializar realmente el Poder Popular, circunscrito a una concepción participativa de la democracia.

En la transición del Capitalismo Rentístico hacia el Socialismo Bolivariano, es necesario, desde los distintos espacios de lucha, impulsar el Poder Popular a través de la figura de unas Comunidades Organizadas que permitan bypasear la burocracia, la ineficiencia y la lentitud de un Estado, cuya estructura viciada y corrompida frena el avance que demanda el pueblo. A pesar de las grandes diferencias que se han logrado, con respeto al aparato estatal de la IV, la vieja plataforma sigue trabando la puerta del cambio.

Una figura elemental que surge de la Revolución Bolivariano, son los Consejos Comunales (CC). Éstos (CC) no son más que una forma de agrupación social, a través de la cual las comunidades con cierto nivel de conciencia sociopolítica, y a través del respaldo financiero que facilita el Estado, pueden abordar de manera real y concreta los problemas de su entorno inmediato que les perjudican directamente. Este impulso a la organización de las comunidades tiene como fin la construcción de un nuevo modelo de vida, que revolucione nuestros parámetros y marcos de referencia en el ámbito económico y social, integrando ambas variables como parte de un solo sistema, donde le confiera preeminencia a la vida humana, a la conciencia social y se deje a un lado la conciencia individual de nuestro pueblo. Para muchos, este proceso se denomina: Socialismo Bolivariano.

El poder popular comienza a materializarse a través de los Consejos Comunales como una figura social autónoma que trascienda al aparato burocrático del ineficiente Estado venezolano, el cual sigue adoleciendo graves fallas para dar respuesta oportuna y diligente a los problemas más urgentes que agobian a las comunidades. Ciertamente, no podemos perder de vista la voluntad política y la importancia del papel que desempeña el Estado, al transferir un porcentaje de los recursos nacionales a las comunidades organizadas, no obstante no deben escatimarse esfuerzos en potenciar esa política.

La transición hacia el Socialismo Bolivariano

Un ejemplo concreto y tangible enmarcado en nuestra idiosincrasia de un modelo alternativo al capitalismo, pudimos observarlo en el Alo Presidente Nº 307 del domingo 16 de marzo, llevado a cabo en el Estado Lara, Municipio Iribarren en la comunidad Villa de Guadalupe. Sin embargo, no podemos omitir el laborioso empeño o mejor dicho la proeza que realizan algunos ministros a última hora para tratar de “maquillar” ciertas situaciones y así poder exhibir una cuadro más satisfactorio ante la aguda revisión del ojo del Comandante. No obstante, casi nunca lo logran y aún cuando lo lograsen ya existe un cierto nivel de conciencia sociopolítica a través de la organización popular con el cual la comunidad se expresa, como lo demostró el pasado 2 de diciembre del 2007.

A pesar de todo, no podemos dejar de percibir el fondo de la cuestión, el cual a nuestro juicio subyace en la organización de las comunidades dotadas con medios de producción con fines sociales para satisfacer necesidades con una connotación distinta a la del mercado capitalista. Es decir, en ese espacio se está creando un nuevo mercado en el que no prevalece la ganancia monetaria.

Así presenciamos como un conjunto de mujeres organizadas dotadas de los instrumentos de producción, sin ni siquiera haber culminado los estudios básicos, preparan bloques a un precio inferior al del mercado, para ser utilizados en las construcciones de la comunidad. En fin la misma comunidad genera trabajo para si misma. Es un espacio social donde lo colectivo se superpone a lo individual.

A pesar del ello, vemos con preocupación la desidia de algunos ministerios, que deberían desempeñar un papel importantísimo para el avance de la revolución. Las distintas personas que trabajaban en la comunidad no tenían idea, ni fueron absorbidos por ninguna misión técnica del Ministerio del Poder Popular para la Economía Comunal, es por ello que nos surge la interrogante: ¿Dónde están los planes formativos y las misiones que lleva a adelante el MINEC, misión CHE Guevara, etc.?

La realidad fuera distinta, si el MINEC junto al MAT suministrarán los insumos de producción a una comunidad, sumado al refuerzo de los elementos técnicos sobre los distintos procesos productivos, con el interés de optimizar la producción y así poder garantizar el abastecimiento de la demanda local de la comunidad. Por ejemplo: Una familia se dedica a la cría de pollos, otra a la cría cochinos, otra a la siembra de tomates, otra a la siembra de arroz, en fin que la comunidad pueda explotar las potencialidades de la zona, lo cual automáticamente se traduciría en una ampliación de ese nuevo mercado con carácter social.

Empero, si por el contrario sólo tenemos familias que fueron dotadas de casas, y sólo producen bloques, prestan algunos servicios de construcción, automáticamente nos preguntamos: ¿De que viven esas familias?, si el ingreso que perciben esta por debajo del salario mínimo, ¿Quién compra esos bloques? ¿A donde van? Para explicarnos mejor hay que decir que si no hay un proceso de planificación, control y seguimiento constante por parte del ente encargado de impulsar la nueva economía que nace desde las comunidades organizadas, la economía comunal y su producción relativamente poca van a ser desviadas hacia mercado capitalista y entonces el gobierno estaría fortaleciendo al capitalismo en vez de trascenderlo.

No sólo basta con dotar a los sectores populares con casas y darles un camión, o una maquina de hacer bloques, es necesario planificar la economía, la nueva economía comunal, en la cual recae la esperanza de todo un pueblo. Es inaudito que en plena guarimba económica con la escasez ficticia de alimentos, esa comunidad no pueda y no tenga los elementos técnicos y económicos para auto abastecerse, pues con el poco ingreso que generan por mucha conciencia política que tengan, deben acudir al mercado capitalista para poder llevar la comida al hogar. El nuevo mercado debe estar plenamente acompañado y respaldado por una visión integral del problema, lo cual demanda una constante planificación socialista.

El único camino que vemos posible para que el proceso avance a una etapa superior, es a través del impulso al Poder Popular, de un nuevo poder que nace desde la base de las comunidades organizadas que desborde la ineficiencia del Estado -inclusive el de la actualidad- el cual frena la marcha del proceso revolucionario y con ello la esperanza de miles de millones de oprimidos por el sistema.

Eliocz21@gmail.com

Asociación Bolivariana de Economistas Socialistas

Estudiante de Economía (Tesista)

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