PARA ENTENDER LA NOTICIA
Por Benjamín Castro
No es un "tesoro"
Cuando Felipe Calderón y su grupo habla de que México tiene un "tesoro" debajo del mar en las aguas profundas del Golfo de México, no solo esta mintiendo porque hable solo de reservas prospectivas, es decir, reservas no probadas; sino porque además da una visión errónea sobre la verdadera importancia del petróleo. Los liberales como Calderón se frotan las manos cuando piensan en el crudo debido a que piensan que tiene mucho "valor" en dólares en los mercados especulativos. Calderón y las compañías petroleras o energéticas con las que tiene sus compromisos –Respsol .Shell, Hallibruton etc- quieren eliminar las restricciones constitucionales para poder llevarse ese crudo y venderlo en el mercado spot de petróleo en Nueva York, en Rótterdam o en Londres en donde ahora el llamado "oro negro" es el principal instrumento de la especulación. Su plan es elevar el costo del barril del petróleo hasta 200 dólares si les es posible y de esa manera engrosar las ganancias especulativas que hacen todos los días.
Además de Calderón, aquí en México la facción de Beltrones y Gamboa Patrón en el PRI piensan igual. Ellos quieren imponer la modelo de "Petrobrás" para la privatización de PEMEX en alianza con esos mismos intereses de los mercados especulativos del petróleo y ofrecerles el manejo y la "administración" de la paraestatal y desde luego del petróleo. Los que se oponen a ellos, figuras como el propio López Obrador, Manuel, Bartlet o Francisco Rojas tiene la convicción de que el petróleo y los ingresos que genere deben quedarse en México y servir de alguna manera para el desarrollo y el crecimiento de la economía. Sin embargo, la parte débil de estas fuerzas que se oponen a la privatización es la falta de una concepción de cómo usar el petróleo para el desarrollo del país. No se trata solamente de recuperar la "renta petrolera" para que se quede aquí –actualmente se destina al pago de la usurera deuda externa e interna ---, sino de saber como físicamente debe ser invertida esa renta petrolera, es decir, cual es la, ruta tecnológica hacia el futuro. En ese sentido y pensando hacia adelante, el petróleo no debe consumirse como energético, sino mas bien debe usarse como base de la industria petroquímica tanto industrial como agrícola. Por esa razón es necesario dejar de utilizar el petróleo como energético o como combustible. La economía mexicana debe transitar hacia la tecnología nuclear como energético y como base de la economía total. Si en los próximos 20 años México no se convierte a la energía nuclear no tendrá viabilidad como nación y se quedará en una "edad de piedra con computadoras", es decir, sin capacidad de crecer industrialmente y sin poder incorporar los avances tecnológicos del futuro inmediato. Sin una economía basada en la energía nuclear, México no podría entrar a la "economía de isótopos" es decir, la economía que puede obtener sus "recursos naturales" de cualquier material disponible alterando la estructura del átomo para convertir, por ejemplo, un mineral corriente en acero o en aluminio. Eso solo es posible con las altas densidades de energía que representa la energía nuclear. Un primer paso en esa economía de isótopos sería la desalinización de agua de mar a grande escala utilizando los rectores nucleares de tercera generación que ya existen. El petróleo puede servirnos en estos años como el recurso necesario para adquirir esos avances tecnológicos. Sino se hace así solo servirá para traer dinero, dólares, que son finalmente puro papel.
El autor es miembro del Movimiento Internacional del economista Lyndon H. LaRouche.
Por Benjamín Castro
No es un "tesoro"
Cuando Felipe Calderón y su grupo habla de que México tiene un "tesoro" debajo del mar en las aguas profundas del Golfo de México, no solo esta mintiendo porque hable solo de reservas prospectivas, es decir, reservas no probadas; sino porque además da una visión errónea sobre la verdadera importancia del petróleo. Los liberales como Calderón se frotan las manos cuando piensan en el crudo debido a que piensan que tiene mucho "valor" en dólares en los mercados especulativos. Calderón y las compañías petroleras o energéticas con las que tiene sus compromisos –Respsol .Shell, Hallibruton etc- quieren eliminar las restricciones constitucionales para poder llevarse ese crudo y venderlo en el mercado spot de petróleo en Nueva York, en Rótterdam o en Londres en donde ahora el llamado "oro negro" es el principal instrumento de la especulación. Su plan es elevar el costo del barril del petróleo hasta 200 dólares si les es posible y de esa manera engrosar las ganancias especulativas que hacen todos los días.
Además de Calderón, aquí en México la facción de Beltrones y Gamboa Patrón en el PRI piensan igual. Ellos quieren imponer la modelo de "Petrobrás" para la privatización de PEMEX en alianza con esos mismos intereses de los mercados especulativos del petróleo y ofrecerles el manejo y la "administración" de la paraestatal y desde luego del petróleo. Los que se oponen a ellos, figuras como el propio López Obrador, Manuel, Bartlet o Francisco Rojas tiene la convicción de que el petróleo y los ingresos que genere deben quedarse en México y servir de alguna manera para el desarrollo y el crecimiento de la economía. Sin embargo, la parte débil de estas fuerzas que se oponen a la privatización es la falta de una concepción de cómo usar el petróleo para el desarrollo del país. No se trata solamente de recuperar la "renta petrolera" para que se quede aquí –actualmente se destina al pago de la usurera deuda externa e interna ---, sino de saber como físicamente debe ser invertida esa renta petrolera, es decir, cual es la, ruta tecnológica hacia el futuro. En ese sentido y pensando hacia adelante, el petróleo no debe consumirse como energético, sino mas bien debe usarse como base de la industria petroquímica tanto industrial como agrícola. Por esa razón es necesario dejar de utilizar el petróleo como energético o como combustible. La economía mexicana debe transitar hacia la tecnología nuclear como energético y como base de la economía total. Si en los próximos 20 años México no se convierte a la energía nuclear no tendrá viabilidad como nación y se quedará en una "edad de piedra con computadoras", es decir, sin capacidad de crecer industrialmente y sin poder incorporar los avances tecnológicos del futuro inmediato. Sin una economía basada en la energía nuclear, México no podría entrar a la "economía de isótopos" es decir, la economía que puede obtener sus "recursos naturales" de cualquier material disponible alterando la estructura del átomo para convertir, por ejemplo, un mineral corriente en acero o en aluminio. Eso solo es posible con las altas densidades de energía que representa la energía nuclear. Un primer paso en esa economía de isótopos sería la desalinización de agua de mar a grande escala utilizando los rectores nucleares de tercera generación que ya existen. El petróleo puede servirnos en estos años como el recurso necesario para adquirir esos avances tecnológicos. Sino se hace así solo servirá para traer dinero, dólares, que son finalmente puro papel.
El autor es miembro del Movimiento Internacional del economista Lyndon H. LaRouche.
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