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03 abril 2008

Otra perspectiva

El martes pasado, como a las 7:30 de la mañana, Carlos Loret de Mola entrevistó a Andrés Manuel López Obrador sobre la elección interna del PRD. AMLO aceptó responder a todo, si Loret de Mola le permitía hablar sobre Pemex. Hablaron durante 40 minutos, sin cortes.

Me imagino que habrá muchos comentarios sobre la entrevista. La mayoría criticará a AMLO, por supuesto. El señor resulta insoportable para un numeroso sector de la población. Desde esa perspectiva es una herejía política y social aceptar que algunas de las cosas que AMLO dijo (y dice) puedan ser ciertas. Por eso me gustaría enfocar el mismo asunto desde otra perspectiva: la de los menos privilegiados en este país.

A menudo usted y yo nos volvemos involuntariamente arrogantes en lo mental. Suponemos que toda la gente está preparada, como nosotros, y por lo tanto, debe entender las cosas también como nosotros. La verdad es otra. Hay perspectivas y percepciones muy diferentes a las nuestras. Y cuentan, lo cual nosotros preferimos olvidar.

La mayoría de la gente en este País (dado su nivel de educación y su ingreso económico) no está educada y forma parte de la masa que no ha salido nunca del País; no sospecha que, según nuestra Constitución, todos los mexicanos somos iguales y merecemos un trato equitativo; desconoce las oportunidades que les fueron negadas o robadas por haber nacido entre los pobres y olvidados; ven como ricos a cualquiera que viva sobre pavimento y tenga luz y agua corrientes; son analfabetas reales o funcionales; se enteran de las elecciones o de un nuevo gobierno sólo cuando cambia el nombre del candidato, pintado con letras gigantescas, en la publicidad de su cerro...

En ellos no pensamos porque, ¿para qué hacerlo? De todos modos no cuentan y, además, si desaparecieran de la noche a la mañana, nosotros, los educados, los habitantes del México globalizado, viviríamos mejor. Los pobres se eliminarían de los discursos políticos y de los presupuestos, con lo cual tendríamos más recursos para nuestros lujos y podríamos presumir del País en el extranjero. (Claro, no tendríamos sirvientes y eso es preocupante).

Todos los lectores cultos que leen estas páginas tienen respuestas precisas para cada argumento de AMLO. No las tocaré porque son evidentes. En su lugar expondré la interpretación de algunos de los NA (no afortunados) que mencioné antes. Son ideas sueltas tomadas de la entrevista.

AMLO: Yo apoyé a Encinas a través de una carta en mi calidad de militante del PRD, pero no estuve ni estoy involucrado en las elecciones.

NA: El señor tiene derecho a apoyar a quien quiera. ¿O le van a quitar ese derecho por ser valiente?

AMLO: No permitiremos la reforma energética porque implica la privatización del petróleo que es patrimonio de los mexicanos y el enriquecimiento de unos cuantos.

NA: Los políticos también se quieren robar el petróleo que es nuestro y Andrés Manuel nos defiende.

AMLO: Mouriño dijo que se había separado de la empresa familiar, pero hay documentos firmados por él como parte de la empresa cuando ya estaba en el Gobierno de Calderón.

NA: Qué bueno que hay alguien que sí denuncia a los del Gobierno que de todo hacen negocio y se tapan sus corrupciones unos a otros.

AMLO: La notaria pública que firma el protocolo de esa transacción es la delegada de Migración en el estado de Campeche y depende de la Secretaría de Gobernación.

NA: Claro, si a la notaria le dan una orden, obedece para no quedarse sin chamba.

AMLO: La empresa española Repsol se enteró, quién sabe cómo, de un proyecto en el que México necesitaría comprar gas y se fue a Perú y lo compró muy barato para vendérselo al Gobierno a un precio muy caro. Fue sólo intermediaria. Calderón lo supo y permitió a los involucrados ganar millones de dólares.

NA: Si él no saca lo de Mouriño y lo de Repsol, nadie lo saca. Por eso no lo quieren.

Loret de Mola: ¿Será usted candidato otra vez?

AMLO: No sé, no sé.

NA: Ojalá sí sea. Sólo él piensa en nosotros y nos ayuda. Por eso lo interrumpe tanto Loret de Mola.

Créame, no todo México es Monterrey, ni todos los mexicanos son clase media. Las respuestas, redactadas por mí, no son mías. Son de tres NA.

Rosaura Barahona*/ El Norte / REFORMA / 03 abril 2008
* Maestra del TEC de Monterrey

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