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30 mayo 2007

¿DE QUÉ ESTÁN HECHOS?

30 de Mayo de 2007

ÍNDICE POLÍTICO, FRANCISCO RODRÍGUEZ


"La realidad es que no saben de lo que estamos hechos"

Sergio Aguirre Anguiano,

Ministro de la Corte Suprema de Justicia


SI AÚN FUESE NIÑO, destriparía a uno de ellos, como lo hice con aquél oso café –Teddy Bear, me enteraría más tarde que se llamaba— dentro del cual sólo encontré borra. O como aquel viejo primer reloj cuya maquinaria aún no dejaría de intrigarme, si no lo hubiese desarmado para enojo de mi abuelo quien me lo regaló.

Lástima que ya adulto y creo que en la madurez –aunque se aceptan opiniones-- no pueda abrir en canal a uno o dos de esos togados.

Tarea esta que muy probablemente acometería con gusto Hannibal Lecter, el personaje de ficción creado por Thomas Harris, quien estoy cierto que hasta cierto sabor les encontraría. Eso sí, ¿quién sabe si agradable o no?

¿De qué están hechos los señores ministros? Todo un misterio.

Podríamos jugar a las cábalas, eso sí, para encontrar respuesta a la interrogante planteada por el señor ministro Sergio Aguirre, como respuesta a quienes, dijo, presionan a la Corte so pretexto de la llamada Ley Televisa.

Primero en jugar, el lector y radioescucha consentido Franciso A. Servín de Alba quien concluye que, cuando menos en el caso del mismísimo ministro Aguirre, por ser del PAN, "está relleno de migajón".

Tanto a favor de don Francisco, por esta variable, pero… ¿y los demás?

Pues, en la composición de todos, la constante es el interés.

O los intereses. Económicos y políticos, sobremanera.

En primer lugar, los intereses de aquellos que tienen a la parentela casi completa, incrustada en cargos diversos, importantes y, sobre todo, bien remunerados dentro del propio Poder Judicial. Franco es el linaje.

Luego están quienes han formado ya sólidos grupos de poder y presión, colocando secretarios, jueces, ministros y miembros de la Judicatura, par cuidar sus parcelas de interés con fallos "a modo" de quien se "ponga a mano". Casi todos, para no escribir que todos.

Por ahí están también quienes sin desparpajo conviven en sus fiestas privadas con ex Presidentes, gobernadores, obispos, empresarios "primer nivel", y además tienen a sus vástagos en cargos del Ejecutivo o candidateados por partidos políticos. ¿Bailamos un Vals?

¿De qué están hechos los señores ministros?

De ambición. De conveniencias. De codicia. De poder. De dinero, de mucho dinero.

Voraces, no cesan de buscar más de esos rellenos.

No se necesita, pues, abrir en canal a ninguno de ellos.

Tampoco practicarles análisis de su DNA partidista, o de sus niveles de acaramelamiento con el poder presidencial, ni saber si la grasa económica que corre por las venas ministeriales está alta o no.

Menos falta nos hace aún una radiografía.

¿Para qué, si encontraríamos que, como las marionetas, su esqueleto es movido por hilos muy visibles?

Sabemos todos ya de qué están hechos, ¿o no?

Y aún así, ¡qué ganas de abrir a uno que otro en canal!

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