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16 abril 2008

Un amigo del mafioso don Beltrone en el centro del PRD

"Tengo los pelos en la mano": Arturo Núñez

Irregularidades de ambos bandos

Francisco Garfias

Arturo Núñez Jiménez permanecía en su escaño mientras sus compañeros senadores del Frente Amplio tomaban la tribuna de la cámara alta. Hombre forjado en las instituciones y no en los movimientos sociales, manifestaba de este modo su desacuerdo con el secuestro del Congreso por los leales a Andrés Manuel López Obrador para bloquear la reforma energética.
Este ex priista tabasqueño, convertido al perredismo en los tiempos en que su adversario interno, Roberto Madrazo, era todopoderoso en el tricolor, fue uno de los principales forjadores del Instituto Federal Electoral, que presidió incluso en la década de los noventa.
Dueño de un legendario ingenio que lo ha hecho popular entre sus pares, cuenta con una larga trayectoria política. Fue, además de presidente consejero del IFE, subsecretario de Gobernación, líder de la bancada tricolor en la Cámara de Diputados y candidato a gobernador por su natal Tabasco.
Ya como perredista presidió la polémica Comisión Técnico Electoral que arbitró la controvertida elección interna para renovar la dirigencia nacional del PRD. Núñez y su equipo no concluyeron el cómputo. Los partidarios tanto de Alejandro Encinas como de Jesús Ortega lo impidieron. El lunes 7 de abril dio por concluido el cómputo, sin dar a conocer el vencedor. Faltaba 63% de los votos por computar. “Las fuertes tensiones políticas impidieron concluirlo”, dijo entonces.

Historia de un recuento
Mientras esperaba las definiciones de su bancada en cuanto a la toma de la tribuna, el senador charló ampliamente con este reportero sobre su papel en la Comisión Técnico Electoral: las presiones que vivió, las agresiones verbales que sufrió, los sabotajes que lo obligaron a cancelar el cómputo. “Hubo más irresponsabilidad e irracionalidad de la que yo supuse originalmente”, confiesa.
No faltó quien calificara de “desastrosa” la actuación del Comité Técnico Electoral o manifestara que Núñez y su equipo “aventaron prematuramente el arpa”.
—¿Lo hicieron?
—No. Hubo un resolutivo de la Comisión Nacional de Garantías que emplazaba a que en un periodo perentorio de 48 horas diéramos a conocer los resultados en las entidades no objetadas. Y nos adelantamos: lo terminamos 24 horas antes de que venciera el plazo y también, de paso, atendimos un resolutivo del Consejo Nacional que nos exigía igualmente concluir el cómputo. Esa sesión de cómputos debió terminar el domingo 23 de marzo y la cerramos el lunes 7 de abril.
Hicimos todos los esfuerzos para que hubiese cómputo. Nos trajimos la paquetería y a los delegados de diez entidades federativas acá, remplazamos delegados, emitimos algunas reglas, como ayuda de memoria, para tratar de destrabar las sesiones de cómputo.
Asistimos a tres reuniones con los candidatos, a dos desayunos promovidos por otras personalidades del PRD para llegar a acuerdos y no fue posible que las partes cedieran.
No estábamos obligados, como algunos pretenden ahora, a entregar necesariamente los 33 sumandos del cómputo nacional, sino los que teníamos disponibles: 23 entidades federativas y uno del exterior, 24. Evidentemente faltaron nueve. Los nueve estados que aún faltan. Concluimos con ello. Todas las comisiones están sujetas a la ratificación o la rectificación por parte del Comité Ejecutivo Nacional, en un plazo de 48 horas que vencieron el miércoles por la noche, y el cen no sesionó.
Eso implica que haya una especie de afirmativa ficta que valida lo que hicimos. Ahora hemos sido informados por la Comisión de Garantías que ambos candidatos se fueron a interponer un medio de impugnación contra el cierre del cómputo nacional, alegando que está incompleto. La norma no dice que obligadamente tengan que ser los 33 sumandos, que ellos mismos impidieron que se dieran.
Ahora se hacen los agraviados por el acto de la Comisión Técnico Electoral; acuden a Garantías. Pero mientras Alejandro Encinas insiste en que se hagan dos cómputos, uno de casillas no cuestionadas y otro de cuestionadas, Jesús Ortega exige que se haga el cómputo sólo como lo dice el reglamento, que no distingue entre unas y otras.
En la hipótesis de que la Comisión de Garantías resolviera que tienen razón los agraviados y hay que reponer el cómputo, nosotros le contestaríamos que no estamos en condiciones de hacerlo, porque otra vez uno pide que no se computen unas casillas que considera irregulares, y en muchos casos efectivamente lo son, pero no somos la instancia indicada para anularlas, sino Garantías; y el otro exige que se compute todo, incluidas las irregularidades, porque la norma no las prevé. Está más cerca de la norma Ortega que Encinas. Le tocaría hacerlo a Garantías.
—Tengo una duda: ¿Garantías tiene facultades para terminar el cómputo? Supongamos, a escala nacional, que si el IFE no termina el cómputo, pasarlo al Tibunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) no parece el mejor camino…
—Bueno, para mejor proveer puede atraer los cómputos de las casillas que faltan, que si bien representan 64% del total nacional no estamos en cero en cada entidad federativa: hay algunas en que nos faltan más de 100 casillas, pero hay otras en que faltaron sólo unas cuantas, como en Zacatecas, siete de 122; en el Estado de México, 35 de mil 45; en Oaxaca, 85 de 209… Por mencionar tres ejemplos destacados.
Podría atraer las cuestionadas, dado que nosotros no tenemos facultades para decidir si las computamos o no, ellos sí; decidirlo y terminar el cómputo. Es el único escenario que veo de oportunidad para que la elección se salve de la nulidad.
—¿Qué es lo que le dejó la experiencia de encabezar el Comité Técnico Electoral? ¿Si le volvieran a ofrecer un trabajo similar en idénticas condiciones lo volvería a hacer?
—No, definitivamente no.
—¿Por qué?
—Hay muchos comportamientos irracionales, muchas irresponsabilidades con el partido y parto de supuestos distintos que finalmente resultaron falsos. No se puede ser tan irresponsable con su propio partido.
—Cuando a usted le hacían toda clase de acusaciones, cuando le gritaban “Arturo Ugalde” y cosas así, ¿qué le provocaba?
—Hubo de las dos partes denostaciones que nunca consideré más que al calor de la lucha política y de la pasión irracional que en ocasiones esa lucha política genera.

Imparcialidad
Arturo Núñez subraya que cuando se pensó en él para organizar y supervisar el proceso electoral perredista, se acababa de afiliar al PRD, en octubre pasado: “El mismo día en que formalicé mi afiliación, el presidente nacional del partido, Leonel Cota, me hizo la invitación (para encabezar el Comité). Sé que surgió de una propuesta inicial de Manuel Camacho, de que por mi conocimiento electoral, por mi experiencia, por mi supuesta autoridad moral, por el hecho de no estar vinculado a ninguna de las dos corrientes de expresión, podía arbitrar y organizar imparcialmente la elección”.
—¿En ningún momento se sintió agraviado?
—No, en lo personal no, de ninguna manera. Porque cuando se me hace la invitación me estoy afiliando, y debo dar constancia de que fui candidato externo propuesto por el PRD de la Coalición por el Bien de Todos al Senado de la República por mayoría relativa, no plurinominal.
Lo importante aquí no es el prestigio de Arturo Núñez, sino el partido, que es de las tres fuerzas importantes a nivel nacional. Está en una crisis y hay que tratar de contribuir con el granito de arena que me correspondió: por lo menos tratar de organizar imparcialmente la elección.
Aunque hubo mucha más irracionalidad e irresponsabilidad de la que supuse originalmente. Pero, bueno, como diría el célebre cartel del Che Guevara, estaría en el cálculo lógico de las probabilidades. De tal manera que yo no me engaño a estas alturas de mi vida política.
Por lo demás, si he contribuido a tomar una decisión que finalmente termina en la anulación de la elección, estoy haciendo algo que los propios candidatos no se atreven a hacer; y alguien tiene que hacerlo.
—Me llamó la atención cuando dice que si hacemos un balance Jesús Ortega está más apegado a la norma, porque me indica que del lado de Encinas hubo más irracionalidad… siendo que a usted lo propuso Manuel Camacho, directamente vinculado con Andrés Manuel López Obrador, quien apoya a Encinas.
—Cuando yo digo que el mayor apego a la norma está del lado de Ortega, también hay que complementar que las mayores irregularidades están del lado del orteguismo, nada más que amparadas por la norma.
—Poniéndolo en lenguaje coloquial: ¿hubo más trampa del lado de Ortega?
—Esta es mi hipótesis, la misma que platiqué con Pablo Gómez: creo que los asesores de Alejandro Encinas lo aconsejaron mal. Le dijeron: “Tú ganaste, lo reportaron los conteos rápidos, el orteguísmo te quiere robar con una serie de picardías que hicieron para tener más votos que boletas, para decir que se instalaron casillas que no se instalaron y que rellenaron ellos; no te dejes, no dejes que fluyan los cómputos, porque te van a ganar”. La verdad es que los cómputos debieron de haber fluido, y todas esas irregularidades denunciarlas en la Comisión de Garantías. Era el momento procesal para, en todo caso, invalidar casillas.
—También hubo irregularidades del otro lado.
—Creo que hubo irregularidades de ambos lados. Es más: no lo creo, lo afirmo, tengo los pelos en la mano.
Pero en tamaño son más sin duda las que hallamos del lado del orteguismo que del encinismo. Están más organizados, están más presentes en todo el país, maniobraron. Sin embargo, el que impidió que se aplicara la norma para los cómputos, el que arrojó la primera piedra, fue Encinas.
Hay que entender que esto era un espejo: cuando Encinas dice “que se traigan a México los cómputos de Oaxaca, de Chiapas, de Veracruz, porque son muy sucios y que acá se limpien”, inmediatamente Ortega dice “que se traigan acá Zacatecas, Tabasco y también voy a objetar el Distrito Federal”. Y cuando los encinistas detienen Oaxaca y Chiapas, los orteguistas Tabasco y Zacatecas.
Es una escalada. Es decir, puedo afirmar que él arrojó la primera piedra, pero de que son corresponsables ambos, de eso no hay duda.
—¿Merece alguno de los dos ser declarado presidente del PRD?
—Es una valoración política que todavía, como autoridad electoral, no he querido hacer y no tendría comentarios sobre el particular.
—¿Quién iba adelante en los conteos?
—No sé, ni tan siquiera de los 23 estados.
—Se dieron resultados en 23 entidades y las del extranjero…
—Nosotros no los dimos, pero estaban para sumarse. Decir que alguien ganó con 34% de las casillas es simple y sencillamente manipular el tema.
—La frase “si saben contar, no cuenten conmigo” ¿es de usted?
—Si saben contar no cuenten conmigo para votar, claro que fue mía. Yo les he advertido que no tenemos ni capacidad operativa, que los imparciales que nos llegaron del df y de Michoacán, al final también se parcializaron, y que además nosotros ya concluimos el cómputo nacional.

Futuro perredista
Arturo Núñez ha dicho que lo importante del resultado del proceso interno perredista para elegir a la nueva dirigencia nacional no será el prestigio del organizador de los comicios, es decir, su prestigio personal, sino cómo se perfile el futuro del mismo PRD.
—¿Cómo ve el futuro del partido?
—Va a salir, sin ninguna duda. El asunto es que no se vaya a producir una situación de que se diga “aquí no ha pasado nada, fue un incidente menor”. Eso sería un autoengaño. El prd tiene que revisarse a fondo. No lo digo sólo como perredista, sino como mexicano consciente: es mejor un sistema de partidos que la ausencia de partidos aun si se les considera un mal necesario, son mejores que la alternativa.
¿Cuál es la alternativa? Las personalidades, los outsiders que pueden venir de la nada, como llaneros solitarios, a querer gobernar un país. Y lo hemos visto en varios países de América Latina, que han perdido finalmente su sistema de partidos. Venezuela: ya no más la copei, ya no más la democracia cristiana. Bolivia: ya no más el MNR, el ADN. Argentina: ya no más el justicialismo, ya no más el radicalismo. Imagínese: si tenemos dificultades para construir acuerdos entre ocho partidos nacionales, imagínese para construirlo sin partidos.
—En varias ocasiones habló de elección nula ante pleno derecho si 80% de las casillas no se computaran…
—Las causales de nulidad que establece el reglamento de elecciones y consultas del ife dicen que una casilla será nula cuando ocurran varios supuestos. Luego dicen: una elección será nula en el ámbito territorial de que se trate cuando las causales de nulidad de las casillas se den en por lo menos 20% del total. Si no está bien en 80%, la elección se anula.
Es cierto, como dijo la Comisión de Garantías, que en el sistema mexicano no hay nulidad de pleno derecho, no es automática, la tiene que declarar la autoridad cuando alguien impugna. Y a partir de la declaratoria de la autoridad, que lo puede hacer a solicitud de parte o por oficio, pero tiene que haber una declaratoria de autoridad, no es que sea mecánicamente. Cuando hablamos de nulo derecho es que el supuesto normativo se satisface. Imagínate si bastara con que 20% fuera irregular, si ahora hay 64% irregular nada más porque no se computaron.
—Dadas las circunstancias, ¿no sería mejor la nulidad?
—Yo tengo mi propia valoración política de la elección, pero aquí no fui llamado para hacer juicios de valor, sino para llevar a cabo procedimientos técnicos. Por eso me he reservado mi opinión.

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