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28 julio 2007

Cuento del Sub Comandante Marcos

El Comedor de Gente

… Cuentan esta historia los más sabedores de los guerreros Yaquis, los más mayores, los ancianos sabios.

Y, con otras palabras y símbolos, la cuentan también los más primeros de los guerreros zapatistas, los vigilantes, los que lejos ven en geografías y calendarios.

Y cuentan todos que el mundo vivió antes el terror que hoy es actual.

Que ya antes apareció el Comedor de Gente.

El nombrado por el Yaqui como Yéebua´éeme.

El que los mayas llaman Dzul Caxlán .

Que su ambición no tenía llenadero y que nada respetaba el Comedor de Gente.

Que la gente y sus modos eran devorados y nada se hacía para impedirlo.

Que cuando el Comedor de Gente reinaba, lo hacía con el General Miedo a su lado y así el mundo dos veces lloraba: con lágrimas de miedo sollozaba, y con lágrimas de muerte gemía.

Que todo era destruido y devorado.

Que se perdían así personas, palabras, tiempos, lugares.

Y cuenta la historia que el Comedor de Gente agarró entonces a una mujer y la rompió y la molió.

Pero cuenta también que, antes de morir, la mujer alcanzó a parir a dos muchachos gemelos.

Como roto fue su cuerpo de la madre, el un muchacho quedó en un lado y el otro uno fue a quedar en otro lado.

En uno y otro extremo del largo camino del sol quedaron.

El uno donde el sol empieza su andar y el otro donde el sol termina su jornada.

Aunque lejos uno de otro, los dos fueron criados por la madre mayor, la abuela, la tierra, la madre más primera.

Grande y extendido era la nagüa de la abuela y con ella arropó a los gemelos, aunque lejos estuvieran uno de otro.

Y de su sangre, la abuela creó manantiales y de su carne árboles y frutos.

Con su voz convocó a los animales para acompañar y alimentar a los gemelos, y encomendó al venado que fuera de uno a otro lado para que viera por el bien de ambos y no se olvidaran que su memoria era la misma.

Como guerreros crecieron los gemelos, en uno y otro lado de la extendida nagüa de la tierra.

Y en uno y otro lado conocieron la historia del Comedor de Gente, y en uno y otro lado hicieron su pensamiento de luchar y vencer al que tanto mal hacía.

La madre más mayor, la tierra, los juntó para que acuerdo hicieran los gemelos diferentes.

Echaron trato los dos mismos y distintos, y a su alta casa fueron a buscar al Comedor de Gente.

A retarlo fueron, a echarle bronca, a pelearlo.

Con bravura pelearon los gemelos, en uno y otro lado.

Y vencido fue el Comedor de Gente.

Contenta quedó la madre grande, la tierra.

Y contentos quedaron entonces los hombres y mujeres del mundo.

Ahora, en el calendario que abajo somos, en uno y otro lado del camino del sol, sabemos que no bastan dos fuerzas para derrotar al Comedor de Gente que ha vuelto a pintar de miedo y muerte nuestras tierras.

Sabemos que todas y todos que son el color que son de la tierra, y aquellas y aquellos que también robados son en su trabajo y dignidad, tenemos que unirnos.

Para pelearlo y derrotarlo al Comedor de Gente. Para ser libres.

En nuestra geografía, en nuestro calendario, es el tiempo.

Vale. Salud y que la víspera nos encuentre unidos, aunque diferentes.

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