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28 julio 2007

Línea de Calderón: amenaza militar y negociación con el PRI

1. En México, después del golpe de Estado que derrocó a Madero en 1913 y el establecimiento del gobierno militar del general Victoriano Huerta, no hubo más gobierno de ese tipo. Después de la promulgación de la Constitución de 1917 puede decirse que todos los gobiernos han sido civiles aunque los presidentes Obregón, Calles, Rodríguez, Cárdenas y Ávila Camacho (de 1920 a 1946) hayan sido generales por haber participado en la fase armada de la Revolución. Pero podría decirse que por lo menos, desde 1917 hasta la actualidad la línea de los diferentes gobiernos se ha basado, esencialmente, en la negociación y el control de masas, no en la represión. Que en esos 90 años se han registrado represiones y asesinatos de obreros, campesinos y sectores populares, puede demostrase con amplitud; pero la característica básica ha sido la mediatización ideológica, la absorción de líderes y la manipulación de grupos.

2. ¿Por qué el presidente usurpador, Felipe Calderón, se regocijó nuevamente con las fuerzas armadas en el Campo Militar número uno? Colmado de militares y marinos acompañados de sus familiares, se escuchó a Calderón; después recibieron alimentos y oyeron emocionados a un grupo de salsa. A ellos Calderón les dijo: "cuentan conmigo", y repitió que siempre han estado en primera línea. Además de recordar el aumento salarial que autorizó para el sector, anunció que este año su gobierno otorgará 12 mil créditos a integrantes de las fuerzas armadas. De acuerdo con este anuncio, cada soldado y marino beneficiario recibirá un apoyo gratuito que va de los 30 mil a los 43 mil pesos, además que Banejército y el Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas (ISSFAM) les otorgarán un crédito de hasta 180 mil pesos, que lo restituirán a largo plazo y a tasas de interés accesibles y acordes con su capacidad de pago.

3. ¿Está cambiando la línea? Los altos jefes militares y la tropa están muy contentos por el trato que les ha dado el “señor presidente”, pero también lo están los empresarios y panistas que han aplaudido con entusiasmo frases que Calderón ha expresado decenas de veces: “entiendan muy bien señores, como se les prometí en campaña, no me temblará la mano para hacer justicia; no escatimaré esfuerzos para atrapar y castigar a todos aquellos que violen el Estado de derecho, así como a aquellos delincuentes que no respeten a las instituciones. Incluso aprovecharé la amistad de los gobiernos de otros países para pedir su extradición y juzgarlos de acuerdo a las leyes mexicanas. Por eso les digo que vengan de donde vengan o sean quienes sean se les aplicará todo el peso de la ley. Quien dañe los intereses de la Patria recibirá un castigo ejemplar, sin contemplaciones. Tendrán que ir a la cárcel porque nosotros somos más fuertes”.

4. El gobierno de Calderón (a raíz del formidable fraude electoral en el que ha tratado de sentar su sexenio), después de analizar y repensar sus posibilidades, parece estarse moviendo en dos líneas o carriles: 1. La presencia policíaco/militar en el país para amenazar cualquier protesta o rebeldía y 2. La búsqueda permanente de negociaciones políticas de intercambio con la jerarquía priísta. Esa línea calderonista ha contado con un fuerte apoyo empresarial, del alto clero y de los medios de información. En este sentido Calderón ha avanzado mucho más que Fox tanto en el trato con los militares como con los altos jefes del PRI. Este partido, aunque ha mantenido algunas posiciones críticas, con intercambios ha obtenido muchísimo en el legislativo y en las gubernaturas de los estados de Yucatán, Oaxaca, Puebla y quizá Baja California. Pero sería más grave que ahora Calderón esté metido en el PRD usando a Nueva Izquierda.

5. En el PRD se sabía que la llamada corriente de “los chuchos”, cuya característica básica es siempre la búsqueda de negociación política con los grupos de poder, era la corriente mayoritaria por la misma composición social de ese partido. Sin embargo lo que no se sabía es que después de las grandes movilizaciones del lópezobradorismo (que busca una democracia popular y participativa) esta corriente fuera derrotada ampliamente dentro de la militancia perredista. El gobierno de Calderón, así como los medios de información han echado las campanas al vuelo porque López Obrador ha sido derrotado en su propio partido y porque ahora se augura que pronto el PRD reconocerá a Calderón y sus legisladores, así como sus gobernadores podrán trabajar en paz con el gobierno panista, convirtiéndose en un partido “civilizado”. ¿Podría pensarse en que Calderón realizó algunos contactos y algunas maniobras para esos resultados?

6. El gobierno de Fox, por lo menos en sus primeros tres años, giró en torno de su personalidad. Explotó toda la popularidad que había ganado durante su campaña política hasta el grado de perderla. Aunque repetía que todo estaba bien, la realidad es que aumentaba de manera acelerada el desempleo, la producción caía y la miseria entre la población se incrementaba. El resultado de las elecciones de medio sexenio fue una gran derrota para él y su partido, pero también lo obligó a cogobernar con el PRI y otros grupos políticos. Calderón no tuvo popularidad, al contrario, asumió el poder de manera impopular, repudiado por millones electores, pero con la fuerza del poder, de la policía y del ejército. Se le consideró un impostor porque se negó al conteo de los votos que permitiría limpiar las elecciones. Por eso Calderón acudió al apoyo del ejército con el pretexto del combate al narcotráfico cuando en la realidad busca acabar la lucha social.

7. Tanto el panismo como el mismo Calderón saben que tienen que ceder o negociar pero no con la izquierda o con el movimiento de masas que protesta en las calles, sino con el PRI, con Gordillo y el Verde Ecologista. Sabe que con ellos puede lograr una amplia mayoría en el legislativo, necesaria para la aprobación de las llamadas “reformas estructurales”, de la ley del Trabajo y demás. Contra el descontento que se manifiesta en las calles desatará la fuerza y la represión para obligarlos a someterse, aunque antes buscará negociar con algunos “moderados”. No se vislumbra lo que pasará en el PRD en los próximos meses. Puede registrarse una gran escisión que sería muy negativa; puede llegar a una política muy moderada que negocie con Calderón, que sería su muerte como izquierda; o puede continuar como está hoy, terriblemente estancado. No se vislumbra un gran debate ni mucho menos que los movilizadores impongan su línea.

8. Ante la política derechista y privatizadora de Calderón sólo aparecen los oaxaqueños, los electricistas, los del Diálogo Nacional, los de la CNTE, buscando la unidad mediante la movilización. Si estos grupos movilizados pudieran influir entre la militancia del PRD y del FAP, si lograran acercarse con los Lópezobradoristas para firmar acuerdos de movilización, se lograrían importantes avances. Dentro este objetivo del diálogo se sabe muy poco de acercamientos con los mineros que dirige Gómez Urrutia y con los zapatistas de La Otra Campaña. Al parecer es más fácil y luce más para la historia individual trabajar solos o con pequeños grupos. Pero en la lucha contra el gran poder de la burguesía y en la búsqueda de ayudar realmente al proceso de transformación política, económica y cultural, es indispensable enfrentarse al poder de los opresores con el poder masivo de los explotados. Lo demás es entretenimiento.

pedroe@cablered.net.mx

Nota de Pedro Echeverría V. Rebelión

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