Señales irresponsables

Por: Eduardo Ibarra Aguirre

Mañana vence el plazo fijado por la banca extranjera, la establecida en el país y allende nuestras fronteras, para que las ofertas que formuló para reestructurar la deuda del Gobierno del Distrito Federal en tales términos ventajosos, sobre todo para la ciudadanía que es la que finalmente paga, que permitiría un ahorro anual de mil 500 millones de pesos.

El cambio de perfil de la deuda al pasar de un plazo de ocho años a otro de 30 y el aprovechamiento de las tasas más bajas de interés, permitirían este sustancial ahorro y liberar recursos para invertir en los urgentes proyectos de infraestructura.

Una operación de esta naturaleza la asume y realiza cualquiera de los gobiernos de los 31 estados de la República como responsabilidad propia. En el caso del DF, donde la ciudadanía y sus órganos de gobierno siguen en la condición de segunda, es indispensable que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, encabezada por Agustín Carstens Carstens, dé la firma para que tenga lugar.

La firma está siendo utilizada por Felipe de Jesús Calderón Hinojosa para hacer politiquería y sacar la mejor raja posible, contradiciendo su propio discurso que ya pasó de la catástrofe que se avecina por el estado en que se encuentra el drenaje profundo en razón del desvío de recursos a obras públicas que arrojaban mejor capital electoral, a la hipócrita comprensión de un nuevo gobierno ajeno a los programas del que encabezó Andrés Manuel López Obrador.

De la catástrofe ya se ocupó Michel Rosengaus Moshinsky, coordinador del Servicio Meteorológico Nacional, al llamar a hacer caso a los expertos y no a los políticos, pero no se atrevió a llamar por su nombre al que ostenta una maestría que nunca cursó en la Universidad de Harvard, y los riesgo los estableció en términos de “inundaciones temporales”. Seguramente como las de Guadalajara que privaron de la vida a siete personas, mientras Calderón y Francisco Javier Ramírez Acuña no hallaban donde esconder la cara.

Está en su papel Mario Delgado Carrillo al exhortar al gobierno federal a no “politizar las finanzas públicas del DF”. Pero lo pertinente sería la no partidización, pues cualquier asunto público, de suyo, es político.

Los promotores del mayor endeudamiento público en la historia de México, mejor conocido como Fobaproa e Ipab, en primerísimo lugar el entonces coordinador del Grupo Parlamentario de Acción Nacional en San Lázaro, el mismo que hoy despacha en Los Pinos, están alarmados porque la deuda pública capitalina se cuadruplicó en una década, al pasar de 11 mil 789 millones de pesos a 42 mil 491. Omiten decir que entre 2005 y 2007, el GDF aumentó sus ingresos en 23 mil mdp y se produjo una disminución absoluta de la deuda al pasar de 47 mil 309 millones de pesos a 43 mil 934 mdp.

Como evidencia del despliegue de politiquería está la misiva que dos asambleístas del PAN enviaron a Marcelo Ebrard Casaubon para aconsejarle que si para lograr el “bien supremo de su ejercicio” es necesario tomarse la foto con Calderón, que “no lo piense mucho y deje a un lado las diferencias políticas”.

La sobrina política del michoacano, Mariana Gómez del Campo Gurza, trata de ocultar una de las obsesiones del tío -que aquí dimos por superada, erróneamente, el pasado 16- y le quema incienso: “El presidente Felipe Calderón se ha fotografiado con mejores políticos”. Tiene razón, sólo que ninguno de los fotografiados gobierna la capital de la República por decisión soberana de los electores.

Pareciera de sentido común que los múltiples obstáculos que se interponen en el camino que conduce a la cámara fotográfica, no se despejan con agresiones y chantajes que en primera y última instancias afectarán a los capitalinos.

Además, no se olvide que los blanquiazules, en particular la sobrina de Margarita Zavala Gómez del Campo y el yunquista Carlos María Abascal Carranza, sueñan, trabajan y prometen ganar en 2009 la mayoría de las delegaciones políticas y de la Asamblea Legislativa.

Por el camino del castigo indirecto y directo a los distritofederalenses -informados, demandantes y participativos- muy difícilmente avanzarán más allá de los reveces que se ganaron a pulso José Luis Luegue Tamargo y Carlos Gelista González.