A propósito del anuncio de las nuevas medidas para contener la crisis y la inflación, queda muy claro que a la presidencia ilegitima le interesa proteger a sus grandes socios comerciales, como la acaparadora de granos básicos Cargill, y que no va a tomar el camino de renegociar el TLC, que prefiere el clientelismo político del programa Oportunidades , y subsidiar a los grandes agricultores, antes que apoyar con subsidios a los pequeños productores y los campesinos que aún trabajan sus ejidos o sus tierras comunales, no hay mucho que decir del impacto de subsidios de quinientos pesos al mes, para los más pobres y marginados del país.
Pero esto también nos lleva a ver otro lado del problema, particularmente en las grandes ciudades del país hemos venido observando como los grandes centros comerciales desplazan al pequeño comercio, de manera tal que las misceláneas y los tendejones han ido cediendo su espacio urbano frente a los grandes centros comerciales, y otro tipo de cadenas comerciales que son los puntos de venta del comercio al menudeo.
Ahora bien, pudiéramos pensar que estos centros comerciales, a fin de cuentas, son el símbolo de la modernidad, que se anuncian con lemas como “todo en un mismo lugar y al mejor precio”, realmente presentan ventajas variadas sobre los otros esquemas de comercio al menudeo, suponiendo que esto sea cierto, entonces lo que ha pasado es que cuando menos hay verdades que se han relativizado; y entendidos o supuestos que son falsos.
Existe la idea de que el comercio ofrece una tasa de ganancia muy pobre, cuando se habla de comercio al menudeo nos encontramos con que las misceláneas y las tienditas trabajan en promedios del 10, 12 ó 15% de ganancia, que las distribuidoras o los mayoristas dan de margen a los comerciantes minoristas.
Pero hablando de estas cadenas comerciales, la más grande en el país, Wal Mart de México, filial de su homónima de Estados Unidos, donde se encuentra su matriz, al cierre de 2007 tiene más de 600 establecimientos, operando el 41% del mercado de los grandes centros comerciales, tuvo un valor de capitalización de mercado de 36,350 millones de dólares (al 16 de mayo de 2008); le sigue la cadena comercial del grupo Soriana, que acaba de comprar a la cadena de tiendas Gigante, que en diciembre (2007) pasado acordó pagar 1,700 millones de dólares por 205 supermercados del Grupo Gigante (198 en México y siete en Estados Unidos) y sus centros de distribución, con ello llegaría a su participación en el mercado a 26.3% con 458 tiendas, con una capitalización de 6,130 millones de dólares (mayo de 2008),
Entre otras cadenas de establecimientos de supermercados se encuentran: Controladora Comercial Mexicana quien concentró el 12.1%; en tanto que la cuarta mayor cadena Chedraui concentró el 8.1% con sus casi 115 locales, en tanto la México-estadounidense Casa Ley contribuyó con el 5.0% con sus 137 establecimientos.
Lo que debiéramos de tener claro es que las tasas de ganancia del comercio al mayoreo son más altas que el comercio al menudeo, aparte de las ventajas de compras masivas que este tipo de centros comerciales realiza, pero si adicionalmente vemos que la introducción de artículos chinos y coreanos, por señalar algunos, sobre todo en ropa, electrodomésticos, calzado, son de uso común en estas cadenas comerciales, tendremos que aceptar, que las tasas de ganancias se deben también al posicionamiento que en materia de adquisición de mercancías han venido realizando, en estos casos que señalamos en detrimento del mercado nacional y de las empresas mexicanas.
Wal Mart de México, es la de más altas ventas en toda Latinoamérica de esta cadena, y podemos señalar es de las más exitosas a nivel mundial, que en el caso del comercio de tiendas departamentales en el país. Ahora se habla de fusionar o establecer alianzas de los grupos comerciales, para hacerle frente a Wal Mart, toda vez que esta sola ocupa el 41% del mercado de las tiendas departamentales.
Ahora bien, vista esta parte, nos preguntamos por qué siempre las políticas de la Secretaria de Economía, Hacienda o Banco de México, se orientan a revisar o establecer acuerdos con estas grandes cadenas comerciales, ni siquiera se habla por ejemplo de los introductores que están alrededor de las centrales de abasto o de distribuidoras al mayoreo de mercancías y productos; no, simplemente se dirigen a la Asociación Nacional de Tiendas Departamentales, y específicamente a Walt Mart, Soriana, Comercial Mexicana, y ya está la política de precios, pues muy sencillamente porque en realidad estas grandes cadenas han establecido un control del mercado.
Más específicamente, merced a las políticas públicas que se han orientado a favorecer a los empresarios lo que ahora tenemos es un mercado nacional regulado por estos grandes consorcios de tiendas departamentales, y como consecuencia no hay una libre competencia de los agentes económicos, de tal manera que el control de la inflación o de los precios pasa por la regulación que del comercio hacen estas grandes cadenas.
Vista de esta manera la problemática, debemos llegar a entender el por qué es tan importante que la sociedad recupere espacios, sea un contrapeso a los acuerdos tácitos entre el gran comercio y la clase política PANista, por qué son importantes las campañas de boicot en contra de los centros comerciales.
Habrían otros elementos, como la socialidad en el interior de los barrios y colonias, que se ha perdido desde que los mercados y las tiendas tienen poca o nula influencia frente al comercio de los grandes centros comerciales, y qué decir de la transculturización con los valores que trae implícito el centro comercial.
Cuando se habla de la crisis alimentaria y del control de precios, lo que hemos observado es que las grandes cadenas siempre se adelantan, como lo hemos visto con el arroz, frijol y otros granos de la dieta y el consumo masivo de la población, y es que, quién, sino son los grandes compradores y distribuidores de las mercancías son los que pueden ejercer el acaparamiento, la re etiquetación de precios y otras prácticas en contra de los consumidores.
*Miembro del Taller de economía Social y Políticas Públicas de la Facultad de Economía de la UNAM.
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