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06 junio 2008

Triunfó el negro Obama sobre la mujer Hilary, pero los saqueos y guerras de EEUU continuarán

1. En México, como seguramente en muchos países de América Latina, surgen siempre preguntas (no se si son tontas o esperanzadoras) tales como éstas: ¿Qué gobernante de EEUU le convendrá a México? ¿Beneficiará al país una victoria del partido Demócrata o del Republicano? ¿Será mejor Obama que Hilary para los mexicanos migrantes? Sin poseer una visión amplia de los problemas mundiales, sin importarles si lo que beneficia a México beneficia al mundo, sin pensar en las guerras e invasiones que realizan los gobernantes de los Estados Unidos, muchos mexicanos piensan que lo único que vale es que México reciba beneficios. ¿Será que no se den cuenta del significado de las invasiones a Afganistan e Iraq, del apoyo yanqui al gobierno de Israel para someter a los palestinos, de las amenazas de EEUU a América Latina para adueñarse de sus recursos naturales y, por ese hecho, sólo estén pensando de manera unilateral o egoísta en México, México, México? ¿Será que les importe un bledo el mundo?

2. No podrá ser de otra manera ni podrán existir sorpresas en que gobierne un negro (que debería reivindicar las batallas de Luther King y Malcom X contra el racismo y la esclavitud) o una mujer (que debería luchar por las igualdad sexual, tal como lo hacen cientos de miles de mujeres feministas) Está más que probado que cualquiera que ocupe la Presidencia de los EEUU tendrá la obligación ineludible de continuar con la política general que ha seguido el imperio desde principios del siglo XX. Pueden manifestarse diferencias de estilo de gobernar entre los partidos Demócrata y Republicano, pueden registrarse discrepancias entre los poderosos consorcios o intereses transnacionales que apoyan a uno u otro partido, pero en lo esencial, lo determinante, es una política de gobierno que quiere seguir dominando militar, económica y políticamente en el mundo para apropiarse de las riquezas de otros países y así garantizar el alto nivel de consumo de los yanquis.

3. Al parecer triunfará el partido Demócrata, porque ya le toca en eso que llaman la “alternancia” que no es otra cosa que un acuerdo no escrito, una especie de contrato social entre los más grandes grupos empresariales y políticos para conservar la paz social de Estado. Pero el compromiso de Obama (si no surge por allí un grupo de locos de la CIA o del Departamento de Estado que lo asesine) es esencialmente con los que han manejado la vieja industria de la guerra. La guerra en los EEUU ha sido base esencial de su economía: a) por los billones de dólares que representa la fabricación de aviones, tanques, helicópteros, submarinos, bases militares, uniformes, etcétera, y b) porque ese mismo poderío militar permite al gobierno yanqui intimidar a gobiernos y pueblos que pudieran pensar en rebelarse. Por eso cuando se revisan los discursos de Obama, Hilary o el del Repúblicano apenas se pueden distinguir algunas diferencias, pero en lo esencial son los mismo.

4. Es interesante ver, con un simple repaso, que tantos gobernantes “demócratas” cono “republicanos” en EEUU son más de lo mismo: Kennedy ordenó la invasión a Cuba mientras, junto a su mujer, se presentaba ante el mundo como un simpático presidente; Johnson, del mismo partido “demócrata”, incrementó los bombardeos contra el pueblo de Vietman. Nixon, que cargaba un gran desprestigio por ser del partido “republicano”, antes que fuera obligado a renunciar por lo de Watergate, derrocó al presidente Allende, reconoció al gobierno chino y puso fin a la invasión yanqui de Vietnam. Carter, a partir de 1977, realizó algunos acuerdos de paz. Reagan intervino contra Nicaragua, Granada, Libia y vendió armas secretas a Irán. El 1991 Bush padre ordenó la invasión de Panamá y la de Irak, misma que su hijo repitió en 2003. Clinton intervino en Haití y Yugoslavia (Kosovo) ¿Quién fue el peor o el menos malo? Entonces es muy importante no confundirse.

5. Obama va a gobernar como blanco, así como Hilary hubiera gobernado como hombre. ¿O es que se conoce a algún gobernante negro, mujer, religioso, indio, (con excepción de Evo Morales), intelectual, que haya gobernando favoreciendo a su clase social o género y que se haya alejado u opuesto a los intereses de las clases económicamente dominantes? La historia demuestra que todos los gobernantes actúan de acuerdo a la clase social que lo llevó al poder y lo mantiene en él. No gobierna nadie de acuerdo a lo que desea, quiere o piensa; son las fuerzas dominantes las que imponen el programa político o económico, no el personaje que gobierna. Para que Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa continúen con proyectos de gobierno acordes a los intereses del pueblo se ha requerido que ese mismo pueblo apoye, exija, critique y se mantenga vigilante. Si esto se acaba esos gobernantes serán derrocados o cambiarán de programa.

6. Pero Obama no ha dejado de hacer llamados a los latinos para obtener sus votos, por eso ha creado esperanzas en ellos al decir: “Yo estuve al lado de la comunidad hispana cuando fui un organizador comunitario en Chicago, estuve a su lado en marchas por inmigración y estaré a su lado cuando sea presidente. Necesitamos pasar una reforma inmigratoria integral, reducir la deserción escolar de los latinos, y por fin promulgar la ley DREAM y proveer a los 15 millones de latinos que no tienen seguro con cuidados de salud de alta calidad y al alcance de sus bolsillos. Y terminemos esta guerra en Irak ahora y demos vuelta la página en estas políticas fallidas de los últimos siete años que han dejado atrás a tantos latinos y a muchos otros americanos”. Sin embargo esas promesas como candidato no son garantía alguna para cuando ocupe la Presidencia; mucho menos se puede esperar algo del candidato “republicano” que será la continuidad exacta de Bush.

7. Pero lo indiscutible es el papel determinante de la política de los EEUU sobre México y demás países del mundo. La devaluación del dólar y del peso mexicano junto a él; la lucha por el mercado entre EEUU, China y el Mercomún europeo, así como las confrontaciones violentas de Israel con los países árabes, son más poderosos que la misma política nacional. Mientras en la provincia, incluso en todo el país, nos peleamos por una serie de demandas muy locales, un tanto ridículas, que resuelven muy poco, los grandes problemas económicos y políticos de México se discuten y resuelven en grandes instituciones bancarias norteamericanas. Más que esperanzarse en que el gobierno de Obama beneficie a México, es necesario dar continuidad a nuestras luchas contra la dominación imperial, contra todos los procesos de privatización, por la creación de un millón 300 empleos anuales necesarios, por atender los problemas de los campesinos y por el aumento al salario mínimo.

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