Daniel Lizárraga, Proceso 1585
Felipe Calderón necesitó 39 días y 4 millones 950 mil pesos para posicionarse en los hogares mexicanos como el nuevo presidente de la República. Durante ese período su equipo desarrolló una intensa campaña que implicó la difusión de varios spots televisivos, repetidos 75 veces por día y que fueron diseñados por empresas especializadas en imagen, opinión pública y levantamiento de encuestas. Los gastos correspondientes corrieron a cargo del erario.
La difusión de la imagen de Calderón con la banda presidencial al pecho alcanzó índices de penetración social de hasta 97%, de acuerdo con datos oficiales obtenidos por Proceso mediante la Ley Federal de Transparencia.
Esta intensa campaña arrancó en el día más aciago para el nuevo gobierno, el 1 de diciembre de 2006, y concluyó el 9 de enero de 2007.
En las semanas anteriores el panista había tenido que aguantar el acoso de seguidores de Andrés Manuel López Obrador en cada uno de sus actos, así como las jornadas de resistencia civil de la coalición Por el Bien de Todos. Al final, el 1 de diciembre se vio obligado a utilizar la fuerza del Estado Mayor Presidencial para rendir protesta en la Cámara de Diputados.
El equipo calderonista sólo aceptó entregar a Proceso un informe parcial, del cual excluyó los registros sobre radio, y notificó al reportero que el contenido de las encuestas, así como de los estudios de opinión y de imagen elaborados entre el 1 de diciembre de 2006 y el 9 de enero de 2007, permanecerán bajo reserva durante seis años.
Esta postura del Comité de Información de la Presidencia es similar a la que prevaleció durante el gobierno de Vicente Fox, que se negó a proporcionar información completa sobre el mismo rubro, en contravención de las disposiciones del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI).
De acuerdo con los lineamientos de este organismo, para que una dependencia se arrogue el derecho de reservar archivos no basta sólo con mencionar que la difusión de esa información está en proceso deliberativo o sirvió para la toma de decisiones; los funcionarios –indican esas normas– están obligados a comprobarlo y a sustentarlo con pruebas, tienen que describir con precisión de qué manera las labores sustantivas del Estado se verían afectadas si la información solicitada se da a conocer.
Técnicas de relumbrón
Desde el inicio, el gobierno calderonista lanzó cuatro campañas: Nuevo presidente, Primeras acciones de gobierno, Mensaje de fin de año y Mensaje de Navidad.
Los spots televisivos –en total fueron 2 mil 955– se difundieron durante 39 días en canales de cobertura nacional –2, 5, 7, 9 y 13– y en los de alcance restringido cuya señal se emite desde la Ciudad de México –4,11 y 22–.
Según los resultados parciales incluidos en el reporte Alcance y frecuencia, campañas Presidencia, fueron 4 millones 445 mil 937 los hogares que vieron los promocionales con “altos niveles de percepción entre sus miembros”.
Mercadólogos y publicistas consultados por Proceso consideran que, para que un mensaje sea plenamente asimilado por las audiencias, es indispensable que los receptores lo vean por lo menos tres veces consecutivas. Para medir este tipo de resultados ellos utilizan una categoría llamada “Frecuencia 3+”.
En el caso de las campañas de Presidencia, sí hubo posibilidades de reforzar la idea de que Calderón era el nuevo presidente de la República. Los dos spots dedicados exclusivamente a este propósito fueron observados en al menos tres ocasiones por 90.98% de la audiencia con televisor encendido en horario triple “A”.
Para alcanzar estos resultados, los promocionales se trasmitieron mil 386 veces sólo entre el 1 y el 17 de diciembre, tanto en canales de cobertura nacional como en los locales; esto es, 81 repeticiones por día con una frecuencia de 3.3 cada hora.
Puede ser que el impacto de esa campaña de posicionamiento sea todavía mayor, toda vez que la Presidencia ocultó la información sobre la transmisión de esos mensajes en las estaciones de radio.
Por lo anterior, Proceso ya interpuso un recurso de revisión ante el IFAI, cuyos comisionados cuentan con 50 días hábiles para resolver la solicitud, aunque tienen la facultad para ampliar el plazo por un período similar.
Respecto a la segunda campaña, titulada Primeras acciones de gobierno, la Presidencia trasmitió un spot de 28 segundos en el que Calderón envió un mensaje a las Fuerzas Armadas. En su tercera y última parte, una solemne voz en off comenta lo siguiente: “En México prevalecerán el orden, la legalidad y las instituciones. Es nuestro compromiso. Para que vivamos mejor el gobierno actúa. Presidencia de la República”.
Este mensaje iba acompañado de imágenes de militares que tocaban tambores, mientras el mandatario aparecía caminando con paso marcial y, finalmente, rendía protesta ante la Cámara de Diputados, arropado por los aplausos de eufóricos diputados panistas. El promocional se transmitió mil 87 veces.
El pasado 3 de enero, justo cuando el spot de la campaña Primeras acciones de gobierno estaba al aire, Calderón se presentó en el campo militar 43-A, en Apatzingán, Michoacán, ataviado con una casaca verde olivo –tan larga que le cubría la mitad de las manos– y un quepí con el grado bordado en hilo negro –que le caía casi sobre las cejas– para saludar a la tropa encargada de enfrentar al narcotráfico y a la delincuencia organizada.
Tras las críticas que recibió por la forma en que apareció vestido y las decenas de caricaturas que lo criticaron, Calderón no volvió a usar esa ropa. Ahora, en cambio, aparece con la banda presidencial.
De acuerdo con los documentos oficiales, en esta primera estrategia propagandística también se incluyeron mensajes de felicitación con motivo de las fiestas navideñas. La campaña Mensaje de Navidad se repitió en televisión 52 veces, mientras que Mensaje de fin de año se transmitió en 151 ocasiones.
El equipo calderonista encargado formalmente de diseñar este tipo de estrategias está encabezado por Alejandra Sota, coordinadora de Imagen y Opinión Pública. Según el organigrama oficial, ella es la responsable de las direcciones de Análisis Internacional, de Imagen, Publicidad y Medios, de Discursos y de Opinión Pública.
En la información entregada a Proceso, Presidencia tuvo que reconocer que también se contrató a cinco firmas especializadas en encuestas y estudios de opinión: Consultores Asociados en Mercadotecnia, Publicidad y Opinión, S.C; Encpro, S.A de C.V.; Investigación de Mercado Grupo IDM y Parámetro Consultores, S.C.; Oveja Negra Consulting, S.C., y Zimat Consultores Comunicación Total, S.A. de C.V.
Ese trabajo de consultoría costó 4 millones 950 mil pesos. De acuerdo con los datos oficiales proporcionados por Presidencia, 2 millones 745 mil pesos fueron para encuestas y 2 millones 205 mil pesos para estudios de imagen y opinión pública.
Los pagos se realizaron mediante transferencias electrónicas, a través de la Tesorería de la Federación, a las cuentas bancarias de las compañías contratadas, algunas de las cuales ya han prestado servicios al gobierno federal. Zimat Consultores, por ejemplo, fue la encargada de diseñar la controvertida “águila mocha” en el gobierno de Vicente Fox.
Argucias de Presidencia
En su respuesta a las solicitudes de Proceso, la Presidencia de la República aduce que durante el período que va del 1 de diciembre de 2006 al 9 de enero de 2007 utilizó los tiempos oficiales a los que el gobierno federal tiene derecho en los medios electrónicos.
Es decir, por el momento no tiene que pagar espacios, gracias a las reformas al Reglamento de la Ley Federal de Radio y Televisión hechas en el gobierno de Fox.
Ahora, la normatividad divide los tiempos en fiscales y de Estado. A la primera categoría corresponde 1.25% del tiempo aire diario a que tiene derecho el gobierno federal en todas las estaciones de radio y en los canales de televisión.
En la segunda clasificación –tiempo de Estado–, se cuenta con 30 minutos aire diarios. En ambas categorías, la instancia que elabora la pauta de transmisión de los spots es la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), dependiente de la Secretaría de Gobernación.
La Presidencia de la República ocupa el 70% de los mencionados 30 minutos diarios, y puede recibir más espacios en la repartición del 1.25% de tiempo aire.
Al bombardeo mediático de los primeros 39 días del gobierno de Calderón siguieron otros. Por cada acción, convenio o acuerdo del gobierno calderonista aparecen más spots en radio y televisión, de cuyas pautas aún no existe información pública disponible.
Sólo el diario Reforma publicó recientemente su primera encuesta trimestral sobre el gobierno de Calderón, según la cual éste alcanzó una calificación de 6.6. De acuerdo con los resultados de ese trabajo, 58% de la gente consultada aprobó las políticas del panista, en especial las relacionadas con seguridad pública y combate al narcotráfico.
Felipe Calderón necesitó 39 días y 4 millones 950 mil pesos para posicionarse en los hogares mexicanos como el nuevo presidente de la República. Durante ese período su equipo desarrolló una intensa campaña que implicó la difusión de varios spots televisivos, repetidos 75 veces por día y que fueron diseñados por empresas especializadas en imagen, opinión pública y levantamiento de encuestas. Los gastos correspondientes corrieron a cargo del erario.
La difusión de la imagen de Calderón con la banda presidencial al pecho alcanzó índices de penetración social de hasta 97%, de acuerdo con datos oficiales obtenidos por Proceso mediante la Ley Federal de Transparencia.
Esta intensa campaña arrancó en el día más aciago para el nuevo gobierno, el 1 de diciembre de 2006, y concluyó el 9 de enero de 2007.
En las semanas anteriores el panista había tenido que aguantar el acoso de seguidores de Andrés Manuel López Obrador en cada uno de sus actos, así como las jornadas de resistencia civil de la coalición Por el Bien de Todos. Al final, el 1 de diciembre se vio obligado a utilizar la fuerza del Estado Mayor Presidencial para rendir protesta en la Cámara de Diputados.
El equipo calderonista sólo aceptó entregar a Proceso un informe parcial, del cual excluyó los registros sobre radio, y notificó al reportero que el contenido de las encuestas, así como de los estudios de opinión y de imagen elaborados entre el 1 de diciembre de 2006 y el 9 de enero de 2007, permanecerán bajo reserva durante seis años.
Esta postura del Comité de Información de la Presidencia es similar a la que prevaleció durante el gobierno de Vicente Fox, que se negó a proporcionar información completa sobre el mismo rubro, en contravención de las disposiciones del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI).
De acuerdo con los lineamientos de este organismo, para que una dependencia se arrogue el derecho de reservar archivos no basta sólo con mencionar que la difusión de esa información está en proceso deliberativo o sirvió para la toma de decisiones; los funcionarios –indican esas normas– están obligados a comprobarlo y a sustentarlo con pruebas, tienen que describir con precisión de qué manera las labores sustantivas del Estado se verían afectadas si la información solicitada se da a conocer.
Técnicas de relumbrón
Desde el inicio, el gobierno calderonista lanzó cuatro campañas: Nuevo presidente, Primeras acciones de gobierno, Mensaje de fin de año y Mensaje de Navidad.
Los spots televisivos –en total fueron 2 mil 955– se difundieron durante 39 días en canales de cobertura nacional –2, 5, 7, 9 y 13– y en los de alcance restringido cuya señal se emite desde la Ciudad de México –4,11 y 22–.
Según los resultados parciales incluidos en el reporte Alcance y frecuencia, campañas Presidencia, fueron 4 millones 445 mil 937 los hogares que vieron los promocionales con “altos niveles de percepción entre sus miembros”.
Mercadólogos y publicistas consultados por Proceso consideran que, para que un mensaje sea plenamente asimilado por las audiencias, es indispensable que los receptores lo vean por lo menos tres veces consecutivas. Para medir este tipo de resultados ellos utilizan una categoría llamada “Frecuencia 3+”.
En el caso de las campañas de Presidencia, sí hubo posibilidades de reforzar la idea de que Calderón era el nuevo presidente de la República. Los dos spots dedicados exclusivamente a este propósito fueron observados en al menos tres ocasiones por 90.98% de la audiencia con televisor encendido en horario triple “A”.
Para alcanzar estos resultados, los promocionales se trasmitieron mil 386 veces sólo entre el 1 y el 17 de diciembre, tanto en canales de cobertura nacional como en los locales; esto es, 81 repeticiones por día con una frecuencia de 3.3 cada hora.
Puede ser que el impacto de esa campaña de posicionamiento sea todavía mayor, toda vez que la Presidencia ocultó la información sobre la transmisión de esos mensajes en las estaciones de radio.
Por lo anterior, Proceso ya interpuso un recurso de revisión ante el IFAI, cuyos comisionados cuentan con 50 días hábiles para resolver la solicitud, aunque tienen la facultad para ampliar el plazo por un período similar.
Respecto a la segunda campaña, titulada Primeras acciones de gobierno, la Presidencia trasmitió un spot de 28 segundos en el que Calderón envió un mensaje a las Fuerzas Armadas. En su tercera y última parte, una solemne voz en off comenta lo siguiente: “En México prevalecerán el orden, la legalidad y las instituciones. Es nuestro compromiso. Para que vivamos mejor el gobierno actúa. Presidencia de la República”.
Este mensaje iba acompañado de imágenes de militares que tocaban tambores, mientras el mandatario aparecía caminando con paso marcial y, finalmente, rendía protesta ante la Cámara de Diputados, arropado por los aplausos de eufóricos diputados panistas. El promocional se transmitió mil 87 veces.
El pasado 3 de enero, justo cuando el spot de la campaña Primeras acciones de gobierno estaba al aire, Calderón se presentó en el campo militar 43-A, en Apatzingán, Michoacán, ataviado con una casaca verde olivo –tan larga que le cubría la mitad de las manos– y un quepí con el grado bordado en hilo negro –que le caía casi sobre las cejas– para saludar a la tropa encargada de enfrentar al narcotráfico y a la delincuencia organizada.
Tras las críticas que recibió por la forma en que apareció vestido y las decenas de caricaturas que lo criticaron, Calderón no volvió a usar esa ropa. Ahora, en cambio, aparece con la banda presidencial.
De acuerdo con los documentos oficiales, en esta primera estrategia propagandística también se incluyeron mensajes de felicitación con motivo de las fiestas navideñas. La campaña Mensaje de Navidad se repitió en televisión 52 veces, mientras que Mensaje de fin de año se transmitió en 151 ocasiones.
El equipo calderonista encargado formalmente de diseñar este tipo de estrategias está encabezado por Alejandra Sota, coordinadora de Imagen y Opinión Pública. Según el organigrama oficial, ella es la responsable de las direcciones de Análisis Internacional, de Imagen, Publicidad y Medios, de Discursos y de Opinión Pública.
En la información entregada a Proceso, Presidencia tuvo que reconocer que también se contrató a cinco firmas especializadas en encuestas y estudios de opinión: Consultores Asociados en Mercadotecnia, Publicidad y Opinión, S.C; Encpro, S.A de C.V.; Investigación de Mercado Grupo IDM y Parámetro Consultores, S.C.; Oveja Negra Consulting, S.C., y Zimat Consultores Comunicación Total, S.A. de C.V.
Ese trabajo de consultoría costó 4 millones 950 mil pesos. De acuerdo con los datos oficiales proporcionados por Presidencia, 2 millones 745 mil pesos fueron para encuestas y 2 millones 205 mil pesos para estudios de imagen y opinión pública.
Los pagos se realizaron mediante transferencias electrónicas, a través de la Tesorería de la Federación, a las cuentas bancarias de las compañías contratadas, algunas de las cuales ya han prestado servicios al gobierno federal. Zimat Consultores, por ejemplo, fue la encargada de diseñar la controvertida “águila mocha” en el gobierno de Vicente Fox.
Argucias de Presidencia
En su respuesta a las solicitudes de Proceso, la Presidencia de la República aduce que durante el período que va del 1 de diciembre de 2006 al 9 de enero de 2007 utilizó los tiempos oficiales a los que el gobierno federal tiene derecho en los medios electrónicos.
Es decir, por el momento no tiene que pagar espacios, gracias a las reformas al Reglamento de la Ley Federal de Radio y Televisión hechas en el gobierno de Fox.
Ahora, la normatividad divide los tiempos en fiscales y de Estado. A la primera categoría corresponde 1.25% del tiempo aire diario a que tiene derecho el gobierno federal en todas las estaciones de radio y en los canales de televisión.
En la segunda clasificación –tiempo de Estado–, se cuenta con 30 minutos aire diarios. En ambas categorías, la instancia que elabora la pauta de transmisión de los spots es la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), dependiente de la Secretaría de Gobernación.
La Presidencia de la República ocupa el 70% de los mencionados 30 minutos diarios, y puede recibir más espacios en la repartición del 1.25% de tiempo aire.
Al bombardeo mediático de los primeros 39 días del gobierno de Calderón siguieron otros. Por cada acción, convenio o acuerdo del gobierno calderonista aparecen más spots en radio y televisión, de cuyas pautas aún no existe información pública disponible.
Sólo el diario Reforma publicó recientemente su primera encuesta trimestral sobre el gobierno de Calderón, según la cual éste alcanzó una calificación de 6.6. De acuerdo con los resultados de ese trabajo, 58% de la gente consultada aprobó las políticas del panista, en especial las relacionadas con seguridad pública y combate al narcotráfico.
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