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16 marzo 2007

Una chachalaca más: José Woldenberg (analizando a los adversarios)

Envía lectora nota con comentario... algunos dirán: "at chihuas, si yo te mando mil notas inchi sam y no las subes", ahhh, da la casualidad de que les he dicho manden notas CON UNA OPINIÓN Y/O COMENTARIO SUYO, yo también leo Proceso, La Jornada, Rebelión, Machetes, etc, etc pero a ustedes ¿donde los leo? Tonses mientras manden copia y pega busquen otro blog porque aquí BUSCAMOS QUE USTEDES POR MEDIO DE LAS NOTAS GENEREN SUS PROPIAS IDEAS, AQUÍ ES PARA REVOLUCIONAR CONCIENCIAS NO PARA ATIBORRAR EL ESPACIO CON PURAS NOTAS SIN COMENTARIOS...

Y ya tenía ganas de comentarles algo sobre el Woldenberg, vean que bajo cayó, no sin antes comentario de lectora que comparte la nota:

Hola, Sam. De nuevo encontré un artículo para "reflexionar". Salió en la edición de hoy (15 de marzo) en la misma página que el del Dr. Lorenzo Meyer, en el periódico El Norte (equivalente al Reforma). Es una "perla", pues fue escrito por el señor José Woldenberg, quien como tu sabes, se prestó a desdorar su propio prestigio para presentar el libracucho ese lleno de mentiras del aprendiz de intelectual Carlos Tello Díaz, curiosamente, tataranieto del dictador del mismo apellido, Porfirio Díaz. El señor Woldenberg, claro está, como presentador del escrito, pues está a favor de
su autor, y hace una serie de comparativos de sucesos que pasaron, y que a nos, pues, nos "pasaron de noche". Sucesos como los "bloqueos" esos si, violentos de los de la ultraderecha en los 60s del siglo pasado, protagonizados, por los ultraderechistas MURO, de la UNAM, hacia toda actividad proizquierda, como cineclubes, manifestaciones culturales, obras de teatro, etcétera. Y claro, hace la comparación, con la valiente y ordenada intervención de los jóvenes en resistencia, que según Woldemberg, irrumpieron contra ciudadanos que también tienen derecho a tener sus propios puntos de vista. De acuerdo hasta ahí. Pero también tienen derecho a decir mentiras, es decir, a difamar en un libro impreso? Ay, pobrecitos, panuchines! Que no los toquen ni con el pétalo de una rosa!

A ver que te parece. Pero a mi si me extraña que un caballero, que se supone tenia su prestigio dentro de la izquierda, esté del lado de un "rollero". No me lo explico.

Saludos. Yolanda.


No pos de izquierda son ¿hasta los chuchos no?, por eso gente les digo que más que definirnos de izquierda, derecha, centro, arriba, abajo, etc DEFINASE PRIMERO COMO MEXICANO Y HUMANO A LA VEZ... va, digamos que el wonchanguei exige respeto a expresar tello sus chachalaqueadas y que ufff la resistencia de esa vez se comportó "diabolica" (supongamos), pensaré tantito que yo era un panista en el evento... yo diría... "ah jijo ¿este repudio de ciudadanos no será producto de que si en efecto tello mienta?, ah jijo no veo a AMLO ni al PRD pero si veo ciudadanos enfurecidos ¿no hubiese sido más fácil haber expuesto la fuente que dice que le dijo que el otro le había dicho que AMLO dijo "perdí"?, ahhh jijo ¿no será tello quien nos este tomando el pelo a nosotros los mega güanabis y na más así quiera vender un libro porque si?... uta lastima no soy panista y dudo que alguno se atreva a decir algo parecido, pues, ellos creen que lo que algun ser fecalero dicta es verdad absoluta, es más si fecal dijera mañana "el sol sera cuadraro y tello lo publicará" uta ahi estarian de babosotes, pero miren, evidencias del fraude hay un ch...iorro ¿porque finge tello y woldenberg que no lo hubo y sacar porquerias con fines mediaticos? ¡por favor y a la inteligencia panista respetan! veanlo:

No nos acostumbremos

José Woldenberg

El 6 de marzo se llevó a cabo la presentación del libro "2 de Julio" de Carlos Tello Díaz. El salón Pegaso del hotel Nikko estaba repleto e incluso algunas personas no encontraron lugar para sentarse. Diez minutos después de lo programado, a las 19:40 horas, dio inicio el acto. Leo Zuckerman era el moderador y me dio la palabra. Luego hablaron Jorge Castañeda y Tello. Pero cuando este último invitó al público a hacer preguntas o comentarios, un grupo organizado que se encontraba distribuido en el salón, a una señal, se acercó a la mesa donde estábamos los presentadores y con gritos e insultos al autor, y algunos portando pancartas, impidieron que el acto pudiese concluir como estaba programado. Llama la atención que precisamente en el momento en que podían hacer uso de la palabra para expresar lo que juzgaran conveniente, sus recriminaciones o críticas incluidas decidieron acabar con el acto. [Pus ese era el comentario: FAVOR DE ACABAR CON SENDA ABERRACIÓN, las preguntas pues si se dijeron ¿porque miente, mentirosito? y se paniquearon, el que nada debe nada teme, ¿porque le huyó y no citó a su disque fuente? Y que conste que dejaron que dijeran sus babosadas los del panel, ya fue mucha cortesía].

¿Nada grave?, ¿gajes del oficio?, ¿simple manifestación de inconformidad?, ¿un oso intrascendente? Me temo que, por desgracia, no. [En efecto Josesito mensito, FUE EVIDENCIAR QUE TELLO MIENTE Y ES COBARDE, QUE TAMBIEN HUBO FRAUDE Y EL PUEBLO NO LO ACEPTA ¿Captará el tontito de Woldenberg? (se lo expreso con cariñito al tontis, no se ofenda)].

No es la primera vez que un grupo organizado irrumpe en un acto para intentar sabotearlo. [A de ser porque no es primera vez que le quieren ver la cara al pueblo ¿verdad Wolden?]. En la inauguración del coloquio "Constitución, democracia y elecciones: la reforma que viene" organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM e IDEA y en la presentación del libro "El presidente electo", de Salvador Camarena y Jorge Zepeda Patterson, sucedieron actos similares. Y todo parece indicar que se trata de las mismas personas que, escudadas en una supuesta militancia de izquierda, se sienten con el derecho de reventar eventos académicos o presentaciones de libros donde están programadas personas que les resultan no gratas. Creen que en un auditorio universitario o en un salón donde se trata de debatir sobre un libro se vale comportarse como si se estuviera en un mitin o una marcha. [Y usted Woldenwey cree que el país junto con sus aliados es para andar pandejeando con la gente y tolerar panfletos?, para defender la dignidad, nosotros, para huir a la realidad USTEDES WOLDENBERG].

Se trata de síntomas de intolerancia inexcusables por varias razones: a) Hasta hoy, esas manifestaciones no han pasado a mayores por la prudencia con la que han reaccionado los públicos agredidos. Pero nada nos asegura que el día de mañana no puedan desencadenar una bronca mayúscula; b) porque impiden que las ideas, los planteamientos, los diagnósticos y hasta las ocurrencias (si se quiere), puedan discutirse en un clima de civilidad, el único propicio para la coexistencia de la pluralidad que convive en nuestro país; c) porque se trata de métodos propios de las expresiones políticas extremistas que se sienten con la autoridad para pretender acallar a quienes no comparten sus convicciones. [¿Este pandejista no sabrá lo que hacen los gorilas de Calderón en todo lado donde se para?, ¿qué no sabe que no hay peor ofensa que pisotear el voto y voz del pueblo en unas elecciones?, ¿qué no sabe de la reacción de coraje que no es odio ni violencia de la resistencia, que es algo que hasta él haría pero que es provocada por su estupido actuar de tello y cia?].

Resulta paradójico y elocuente que en el pasado, grupos de extrema derecha (no de derecha) acudían a esas mismas prácticas para intentar sabotear las actividades de la izquierda. Durante los años 60 en la UNAM, por ejemplo, la siniestra organización conocida como MURO irrumpía en asambleas o cineclubes para sabotear los eventos y agredir a sus promotores. Su "base de legitimación" era asegurar que se trataba de actividades promovidas por comunistas.

Quizá el episodio más dramático fue aquel del 28 de junio de 1981 cuando se presentaba en el teatro Juan Ruiz de Alarcón en Ciudad Universitaria la obra del dramaturgo Óscar Liera, "Cúcara y Mácara". "La noche de aquel domingo las personas que acudieron a ver la controvertida puesta en escena pensaron que los 60 jóvenes que se levantaron de las primeras filas, armados con chacos y trozos de varillas mojadas con ácidos, eran parte del elenco. (Pero) cuando oyeron los gritos y vieron la sangre regada por el escenario, el público sin entender qué pasaba, entró en pánico..." (Silvia Tomasa Rivera. "Parte del pasado inexorable", en Nexos 323, noviembre 2004).

Enrique Pineda (director de la obra) y los actores fueron golpeados sin clemencia ante el estupor de los espectadores. Y en los días siguientes se levantó una fuerte ola de indignación que demandaba castigo para los culpables y que de facto se convirtió en un dique ante posibles futuras incursiones de los golpeadores.

No pretendo equiparar aquella agresión física con las más recientes agresiones verbales, precisamente porque no son lo mismo. [¿Tons para que carajos la cita, que irracional suena el Guldinbirg]. No obstante, el puente que divide el insulto del golpe suele ser pequeño y fácil de cruzar. Me temo, sin embargo, que en la base de ambas actitudes se encuentra presente y bien aceitado el potente resorte de la intolerancia, la convicción profunda de que existe una sola verdad y que quienes no la comparten merecen ser tratados como herejes, apóstatas, criminales. [Con todo gusto Guoldenberg ¿ese trato quieres? solito lo has sembrado en ti, así te estas conportando lo estas cosechando ya].

Pero he traído a cuenta aquellos episodios del pasado, porque entonces la izquierda era la víctima y grupos de extrema derecha, los victimarios. Y resulta más que insensato que ahora grupos organizados y amparados por supuestas causas de izquierda pretendan acallar a las voces que no les son gratas. [No, no nos amparamos en causas de izquierda, nos amparamos en la realidad ¿donde y como comes Woldenberg?, ¿a costa de que eres lo que eres?, ¿verdad que desde tu postura la resistencia es diabolica pero tu te has visto en el espejo marranote?].

El grupo que intentó sabotear la apertura del Coloquio del Instituto de Jurídicas y las presentaciones de los libros de Camarena, Zepeda y Tello, se presenta a sí mismo como seguidor de Andrés Manuel López Obrador. "Es un honor estar con Obrador" es un grito que combinan con los insultos a quienes consideran "mentirosos", "traidores", "cómplices del usurpador". Y por supuesto le hacen un flaco favor al PRD, al Frente Amplio Progresista y al propio AMLO con su inaceptable conducta. ¿No sería conveniente, entonces, un claro y rotundo deslinde por parte de todos ellos en relación a esas fórmulas de acción y a esos grupos? [este tarado ni expresarse sabe ¿que tiene que ver el prd, el fap, el mismo amlo cuando el pueblo libremente se expresa?, ¿preguntaste uno a uno si eran perredistas, militantes, del fap, etc? ¡hay que payasada de nota me cae!

No nos acostumbremos a esas expresiones, no demos carta de naturalización a conductas que lo único que pueden fomentar es la intolerancia y la violencia, no minusvaluemos lo que es un claro síntoma de intransigencia fanática.


Pues usted Woldenberg a demostrado ser más "fanatico" que los otros porque si tuviera ética profesional, uso de sentido común NO ESCRIBIRÍA LA NOTA QUE ESCRIBIÓ DE ESE MODO, EN ESTE MOMENTO Y EN EL TONO ESCRITO EN QUE LO HIZO, ES UN RACISTA EVIDENTEMENTE, SUFRE COMPLEJOS BARBAROS DE INFERIORIDAD, ES INCAPAZ DE PROPONER DE MANERA NEUTRAL COSAS SENSATAS AL RESPECTO, SI ALGUIEN ES FANATICO AQUÍ ES USTED PORQUE PLANTEA SU VISIÓN EGOISTA Y NO CON VISIÓN PROFESIONAL DE COMUNICADOR... quien le de espacio en el diario X para publicar que pena y weba, porque aquí le hemos dado honor de ser publicado pero para balconearle su nula inteligencia, pues... UN ESCRITOR ESCRIBE Y BUSCA COMUNICAR, NO CLASIFICAR, SER RACISTA Y GOLPEAR... ahhh y si chilla por que yo aqui le digo tontito, pandejo, etc, primera no soy comunicador, soy un ser humano que tiene un blog personal y punto, segunda no son ofensas SON DESCRIPCIONES DE LO QUE ES USTED Y ME RESERVO CITAR OTROS CALIFICATIVOS QUE USTED SOLITO SE GANA POR TANTA IGNORANCIA...

¿Qué tal Joshep Nazi Woldenberg? ¿intransigencia fanática? ¡Jail Fiurer Tello!

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